Mussolini: Son Of The Century | Official Trailer | Sky
Matteo Tomasoni.
Universidad de Salamanca)
- Un impacto mediático y cultural: el problema de “recordar” a Mussolini y el fascismo
El pasado 10 de enero los italianos hemos asistido – no sin expectación y alguna que otra polémica – al estreno de la miniserie de televisión M – Il Figlio del Secolo. Se trata de una producción basada en la primera obra de la tetralogía sobre la vida de Benito Mussolini, publicada entre 2018 y 2024 por Antonio Scurati[1], cuyo primer volumen, El Hijo del Siglo, fue galardonado con el Premio Strega en 2019[2]. Este reconocimiento literario no solo destacó el valor estético y narrativo de la obra, sino que también subrayó su capacidad para reabrir, en la esfera pública italiana e internacional, el debate sobre la memoria histórica del fascismo en el país transalpino. Más recientemente, el estreno de la serie homónima[3] ha reavivado el interés por este título, extendiéndose desde el espacio mediático hasta el debate social y político[4]. Por un lado, la adaptación televisiva ha propuesto a un público más amplio un relato que se caracteriza por su ambición narrativa y su minuciosa reconstrucción histórica, elementos que invitan a repensar la figura del Duce y a cuestionar los límites entre la ficción y la realidad. Por el otro, la representación de Mussolini por el actor Luca Marinelli, cargada de simbolismos y matices ambiguos – expresamente impuestos por el director británico Joe Wright y con el respaldo del mismo Antonio Scurati –, ha reavivado viejas heridas y polarizado la opinión pública, en tanto que algunos sectores ven en la obra un acto de reivindicación cultural y otros una peligrosa relativización de uno de los periodos más oscuros de la historia italiana.
M – Il Figlio del Secolo | Nasce il fascismo
En el terreno político, M. Il Figlio del Secolo se erige como un espejo en el que se reflejan las tensiones y divisiones propias de la Italia contemporánea. La serie y su obra literaria subyacente han servido de catalizador para reabrir el debate sobre cómo abordar la memoria del régimen fascista: ¿es posible recuperar la complejidad de un pasado tan convulso sin caer en la simplificación o el revisionismo? La respuesta a esta pregunta ha dividido a políticos, historiadores y críticos, poniendo en juego no solo la interpretación de hechos históricos, sino también la construcción de una identidad nacional que reconozca y asuma sus contradicciones.
El valor literario reconocido con el Premio Strega confiere a M. El Hijo del Siglo una dimensión adicional. La narrativa de Scurati se despliega en la intersección entre el periodismo literario, la investigación histórica y la ficción, lo que le permite adentrarse en los mecanismos a través de los cuales se construye y se reinterpreta el pasado[5]. Esta mezcla de géneros enriquece la discusión sobre el fascismo, pues no se trata únicamente de recordar hechos, sino de interrogar cómo se memorializa y resignifica el imaginario colectivo. La obra, por tanto, se convierte en un referente obligado para repensar los límites entre la objetividad histórica y la licencia creativa, elemento que ha sido fuente de tantos elogios como críticas[6].
En definitiva, el estreno de M. Il Figlio del Secolo y el debate que ha generado, confirman el poder transformador de la literatura y su adaptación en la reconstrucción de la memoria histórica. La polémica que rodea a la obra de Scurati – lejana de ser un mero debate ideológico – se presenta como una oportunidad para profundizar en el diálogo sobre cómo se configura el pasado en una sociedad que, aún hoy, sigue lidiando con las secuelas del fascismo. Así, la convergencia de medios, política y narrativa no solo reabre viejas disputas, sino invita también a una reflexión crítica sobre el rol de la cultura en la construcción de identidades plurales y en el desafío de recordar sin olvidar.

- “Él es como una bestia”. Mussolini en el imaginario colectivo italiano
La figura de Benito Mussolini ha atravesado las décadas con una persistencia que desafía tanto la lógica del olvido como la uniformidad del rechazo. Durante la segunda mitad del siglo XX, tras la condena y el estigma impuestos por la derrota y la posguerra, el Duce se ha transformado en un símbolo ambivalente: por un lado, un recordatorio de los horrores del autoritarismo, mientras por el otro, en un mito rescatado por sectores que ven en su imagen un emblema de fuerza y orden. En las últimas décadas, historiadores como Emilio Gentile han profundizado en esta metamorfosis, enfatizando cómo el régimen fascista no sólo instauró un sistema político, sino que creó un verdadero “culto de la personalidad”, convirtiendo la figura de Mussolini en un mito omnipresente[7]. La construcción de este mito se fundamentó en la instauración de rituales, símbolos y narrativas que, a lo largo de las décadas, han logrado trascender los hechos históricos para ocupar un espacio estable dentro del imaginario colectivo italiano.
M – Il Figlio del Secolo | Il fascista ragionevole e rispettabile
Esta habilidad para simbolizar y enaltecer ideales, ha permitido que el Duce y su ideología se perpetúen como una presencia inquietantemente viva en el entramado de la memoria nacional (lo que en varias ocasiones se ha definido “fascismo genérico”[8]), desafiando el olvido y reconfigurando de manera constante el debate sobre su legado[9]. Por su parte, otro gran conocedor del fascismo y primer biógrafo de Mussolini, el historiador Renzo De Felice, ofreció una lectura compleja y, a menudo, polémica de este personaje. Sus estudios resaltan la interacción entre el régimen de Mussolini y las masas populares, evidenciando cómo el líder supo tejer un relato que apelaba tanto a la aspiración de orden como a la necesidad de pertenencia de amplios sectores sociales. De Felice subrayó en más de una ocasión que, pese a las evidentes atrocidades cometidas, la figura del Duce se transformó en un referente para quienes buscaban y siguen buscando en el pasado una respuesta a las incertidumbres del presente, haciendo eco de la nostalgia por un orden que, aunque autoritario, parecía proporcionar estabilidad[10].
En el escenario actual del siglo XXI, esta dualidad parece agudizarse. El resurgimiento de la extrema derecha y la actividad de grupos neofascistas han reactivado, en el debate mediático y político, la imagen de Mussolini como un recurso discursivo, casi una narrativa al uso. Los medios de comunicación, en un contexto de crisis y polarización, han jugado un papel muy importante en la recuperación del mito del Duce en la discusión pública, a menudo como metáfora de un liderazgo fuerte y resoluto[11]. En este sentido, los trabajos del historiador Steven Forti han sido fundamentales para entender esta dinámica, especialmente en tiempos más recientes. En ellos, se documenta cómo ciertos actores políticos y grupos radicales utilizan la figura de Mussolini para legitimar discursos de exclusión y autoritarismo, aprovechando la complejidad del legado fascista para alimentar narrativas que, bajo el manto de la tradición, buscan reconfigurar el presente[12]. Esto nos ayuda a entender que la persistencia de Mussolini en el imaginario colectivo no es, por tanto, un fenómeno anacrónico, sino un reflejo de las tensiones internas de la sociedad italiana. La historia, reinterpretada y resignificada a través de la obra de intelectuales y políticos (por no hablar de nostálgicos), se convierte en un campo de batalla en el que se disputan identidades, valores y visiones del futuro.
M – Il Figlio del Secolo | Mussolini vuole andare in Parlamento
La imagen del Duce sigue actuando como un espejo en el que reflejar las contradicciones y aspiraciones de una Italia que lucha por definir su identidad. En este proceso de resignificación, Mussolini aparece representando “como una bestia” – parafraseando la expresión utilizada en los primeros episodios de la serie de televisión – que se resiste a morir, para seguir siendo un elemento disruptivo en la memoria histórica, recordándonos que la lucha por la verdad y la justicia requiere, ante todo, un compromiso inquebrantable con la reflexión crítica y el diálogo democrático. Este resurgir se ha visto potenciado por el debate mediático contemporáneo, en el que la figura del Duce ha vuelto a ocupar un lugar preponderante gracias, en parte, a la apuesta editorial, mediática y también cinematográfica.

Sin duda alguna, la obra de Antonio Scurati ha contribuido a renovar el interés por una época convulsa y ha ofrecido nuevas claves para interpretar el pasado, transformando a Mussolini en un “ser multifacético” que, dependiendo del discurso, puede encarnar tanto la advertencia ante los peligros del autoritarismo como la idealización de un liderazgo fuerte. La reciente llegada de la serie de televisión en las casas de los italianos ha amplificado esta relectura, mostrando ante el espectador una imagen aparentemente cercana y accesible, pero al mismo tiempo vulgar y grotesca. Es la representación de un Mussolini que aparenta ser un simple excombatiente e ideólogo en busca del rumbo en la Italia de posguerra, para convertirse en un hábil orador, político, manipulador, charlatán, impulsivo depredador y misógino primer ministro del Reino. Una escalada hacia el paroxismo, que elevó la brutalización del fascismo y de su máximo referente hacia el abismo.
No es casual que el debate mediático se haya convertido, por tanto, en un espacio de confrontación ideológica. Por un lado, las voces que rechazan cualquier intento de rescatar o glorificar el legado fascista denuncian la peligrosidad de revivir un pasado que adolece de autoritarismo y exclusión. Por otro, ciertos sectores encuentran en la figura de Mussolini un arquetipo que, reinterpretado en el contexto actual, ofrece respuestas a sentimientos de desamparo y a la incertidumbre que genera la crisis del actual sistema democrático. En este escenario, la narrativa visual y literaria se entrelaza con discursos políticos, utilizando la figura del Duce para legitimar proyectos ideológicos que, en ocasiones, buscan revivir estéticas autoritarias y antidemocráticas. Así, tanto la crítica periodística como los debates en redes sociales y foros académicos han puesto de manifiesto que la reaparición de Mussolini en el imaginario colectivo es un reflejo de tensiones profundas en la sociedad italiana que vienen de lejos[13].
La convergencia de la literatura de Scurati y el formato televisivo ha mantenido la imagen del Duce en el epicentro del debate público y político. Lejos de alimentar una simpatía directa por Mussolini, esta relectura contribuye a mantener fija su figura en el centro del debate público, obligando a la sociedad italiana a confrontarse continuamente con las sombras de su legado. Se trata de un proceso que revela cómo la memoria histórica del régimen fascista sigue siendo empleada para construir discursos que, en ocasiones, reconfiguran el pasado con consecuencias palpables en el presente. Además, la reaparición mediática de Mussolini plantea interrogantes críticos sobre el rol que desempeña el recuerdo de un período tan convulso en la formación de identidades y en la configuración de proyectos políticos en una sociedad marcada por la polarización y la crisis democrática. Este fenómeno, en última instancia, invita a profundizar en la reflexión sobre la función de la memoria histórica y la responsabilidad de la cultura en la edificación de un futuro que, a pesar de sus desafíos, debe basarse en un análisis riguroso y plural del pasado.
M – Il Figlio del Secolo | Ingresso in parlamento
- M cómo Mussolini. La serie que no nos esperábamos.
Hace apenas unos veinte años que se grabó la miniserie Hitler: The Rise of the Evil (Hitler: el reinado del mal, 2003), dirigida por el canadiense Christian Duguay y con, entre otros, el actor británico Robert Carlyle como principal intérprete en el rol de Adolf Hitler. Una serie que se enmarca en una larga tradición de interpretaciones cinematográficas sobre la vida del principal dirigente del nacionalsocialismo: desde los primeros esfuerzos propagandísticos, como Triumph des Willens (Leni Riefenstahl, 1935), pasando por la audaz sátira de The Great Dictator (Charlie Chaplin, 1940), y hasta las más recientes interpretaciones, queda patente que esta producción no ha sido la primera ni será la última en abordar tan controvertido legado[14]. Lo mismo se puede decir por el caso italiano, empezando por la aparición del Duce en los Cinegiornali del Istituto Luce o en la sátira de Yellow Caesar (Alberto Cavalcanti, 1941), a las producciones cinematográficas de los años setenta como Il caso Matteotti (Florestano Vancini, 1973) y Mussolini. Ultimo atto (Carlo Lizzani, 1974). Dentro del marco de este análisis, resulta relevante destacar la miniserie Il giovane Mussolini (Gianluigi Calderone, 1993), en la que Antonio Banderas interpreta a un joven Mussolini, retratando su paso por la enseñanza en su Romagna natal, la etapa de agitador político en Suiza y la Trento austríaca, hasta la ruptura con los ideales socialistas al comienzo de la Gran Guerra. Asimismo, destaca Vincere (Marco Bellocchio, 2009), que explora la conflictiva vida sentimental del Duce a través de sus relaciones con Ida Dalser y Rachele Guidi.
Volviendo a la actualidad y a la serie dirigida por Joe Wright, basada en la exitosa novela de Antonio Scurati, podemos destacar varios elementos que evidencian cómo la representación mediática de Mussolini adopta una dimensión intencionadamente distinta del enfoque literario original, alejándose, además, de las interpretaciones realizadas hasta aquí. En primer lugar, la adaptación televisiva reconfigura el relato histórico al centrar el Duce como protagonista activo, capaz de establecer un diálogo directo con el espectador. En este sentido, la apuesta por recursos narrativos innovadores, entre los que destaca el uso deliberado de la “cuarta pared”, es sin duda un elemento a destacar. Se trata de un mecanismo de diálogo (aunque la serie se limita al monologo) procedente tanto del teatro como del cine experimental, que pretende romper la barrera convencional que separa a los personajes del público, permitiendo que Mussolini se dirija de forma directa y personal a la audiencia. Así, la narrativa deja de ser una simple exposición lineal y se transforma en una experiencia interactiva que intensifica el impacto emocional del relato, llevando al espectador a una reflexión directa y visceral sobre el drama histórico.
Antonio Scurati | La rottura della quarta parete | M – Il Figlio Del Secolo
Como ya hemos mencionado, la serie también se distancia en estilo y formato de la obra literaria de Scurati. Mientras que el libro ofrece una narración densa y reflexiva, que invita a explorar en profundidad los matices históricos y políticos del régimen fascista (gracias también al uso de una ingente documentación[15]), la adaptación televisiva apuesta por recursos estéticos y narrativos que privilegian la inmediatez y el dramatismo: un enfoque que ha generado numerosas opiniones y críticas. Por ejemplo, en un artículo publicado en la revista Wired se resalta la audacia con la que se ha recompuesto la figura del Duce, transformándola en un ente mediático que, mediante el diálogo directo con la audiencia, redefine la relación entre historia y espectáculo[16]. Por su parte, Il Post subraya que, pese al atractivo visual y narrativo de la serie, la simplificación de ciertos rasgos de Mussolini, en aras del efecto dramático, corre el riesgo de desvirtuar la complejidad inherente del personaje[17].
La banda sonora emerge como uno de los recursos más innovadores de la serie. Se abre con el emblemático Il Canto degli Arditi, que evoca la crudeza y el fervor del conflicto desde la óptica de uno de los repartos más celebrados del ejercito italiano durante la Primera Guerra Mundial y motor pulsante del futuro squadrismo fascista. Se trata de un elemento sonoro, cargado de simbolismo y aproximación al fascismo sansepulcrista, que parece integrarse de manera orgánica con la estética operística hábilmente dirigida por Joe Wright.
Il canto degli Arditi – Fiamme Nere (Youtube)
Al mismo tiempo, la producción apuesta por la inclusión de música contemporánea de corte electrónico y futurista, estableciendo un puente sonoro entre el pasado violento y una visión que se proyecta hacia el futuro. Esta fusión no solo refuerza la atmósfera dramática, sino que también transforma la banda sonora en un componente visceral de la narrativa, capaz de penetrar en los meandros de un periodo histórico convulso. Tal y como ha afirmado Tom Rowlands, célebre componente del dúo musical The Chemical Brothers y autor de la banda sonora de la serie, el elemento sonoro «è un elemento viscerale, che penetra nella narrazione e scava nei meandri di un periodo storico violento, sospeso tra passato e futuro. La colonna sonora della serie, fondendosi con l’estetica operistica di Joe Wright, non si limita a tradurre l’intensità del libro di Antonio Scurati, ma ne diventa un’estensione, un linguaggio autonomo che racconta la brutalità del fascismo in chiave universale e senza tempo»[18].
La ambivalente apuesta estética de la serie, que combina momentos de dramatización exagerada con instantes de sutil introspección, permite construir un retrato polifacético del líder fascista, generando reacciones encontradas y abriendo un espacio de debate sobre su vigencia en la sociedad contemporánea. Al respecto, a este debate se suma la perspectiva crítica de algunos expertos. Es el caso del historiador Marco Mondini, quien subraya que la exageración de ciertos personajes y situaciones debe reconducirse a la apuesta por representar una fiction que a su vez se inspira en una novela histórica. Siempre según el profesor Mondini, esta falta de rigor historiográfico limita la capacidad de la serie para ofrecer una interpretación equilibrada de la figura de Mussolini, favoreciendo en cambio una narrativa sensacionalista que prioriza el efecto dramático sobre la precisión histórica. Una apuesta sin duda interesante desde el punto de vista del espectáculo, pero menos acorde con la autenticidad de los hechos y de los personajes[19].
Finalmente, cabe también tener en cuenta que el actor Luca Marinelli, encargado de encarnar a Mussolini, ha reconocido en diversas entrevistas las dificultades que implica dar vida a un personaje tan complejo y contradictorio. Según sus declaraciones, interpretar a un personaje que encarna ideas tan opuestas a sus propias convicciones – y en especial, su firme antifascismo[20] – y que, al mismo tiempo, posee una ambigüedad casi mítica, supone un desafío teatral de gran envergadura. Marinelli ha enfatizado que la tensión interna y la carga simbólica de Mussolini le han obligado a navegar entre el rigor de una representación histórica y la necesidad de humanizar a un personaje cuya figura se ha construido en el imaginario colectivo como sinónimo de autoritarismo y manipulación[21]. Sobre este aspecto hay, no obstante, que aclarar una ulterior cuestión: la convergencia entre la narrativa literaria propuesta por Scurati y su adaptación televisiva, no pretenden reavivar simpatías hacia Mussolini, sino mantener vivo el debate en torno a su legado. La centralidad del Duce en la pantalla, reforzada tanto por la intensa actuación de los actores (Marinelli in primis) como por el empleo deliberado de recursos narrativos (la ya mencionada “cuarta pared”), evidencian cómo esta figura sigue siendo un elemento disruptivo en el debate público. La reconfiguración mediática del pasado muestra que la historia no se encierra en las páginas de un libro, sino que se reinventa en formatos contemporáneos, poniendo en juego las tensiones entre memoria, identidad y política.
Antonio Scurati | Il rapporto di M con il presente | M – Il Figlio del Secolo
El impacto de esta representación trasciende de una simple actualización estética y plantea interrogantes sobre la responsabilidad de utilizar figuras históricas tan polémicas como Mussolini en la construcción de narrativas actuales. Al enfatizar tanto la brutalización del fascismo como la ambigüedad del propio Duce, la serie invita a una reflexión crítica sobre los riesgos de una relectura que, sin quererlo, pueda trivializar aspectos oscuros del pasado. Al mismo tiempo, abre la puerta a un diálogo plural en el que el espectador es convocado a cuestionar y reconstruir una memoria histórica y colectiva, a la luz de las complejidades del presente. La serie se convierte, en suma, en un espacio de confrontación y reflexión, donde la memoria histórica y el espectáculo se entrelazan para ofrecer una experiencia que, a pesar de sus desafíos, invita a no olvidar las lecciones del pasado.

Notas
[1] Los cuatro libros publicados por Scurati son: M. Il Figlio del Secolo (2018), M. L’uomo della provvidenza (2020), M. Gli ultimi giorni dell’Europa (2022), M. L’ora del destino (2024), tutti pubblicati dalla casa editrice Bompiani. En España, se han publicado hasta el momento M. El Hijo del Siglo (2020), M. El hombre de la providencia (2021), M. Los últimos días de Europa (2023), todos publicados por la editorial Alfaguara de Barcelona. En este blog, se han publicado cuatro entradas al respecto: “Encerrado con Mussolini” (03/04/2020, https://conversacionsobrehistoria.info/2020/04/03/encerrado-con-mussolini/) y “Ese “pánico imbécil”. Unas notas sobre “M. El hijo del siglo” (05/07/2020, https://conversacionsobrehistoria.info/2020/07/05/ese-panico-imbecil-unas-notas-sobre-m-el-hijo-del-siglo/) sobre la primera obra; “Un silencio que ensordece. Notas sobre “M. El hombre de la Providencia” (29/07/2021, https://conversacionsobrehistoria.info/2021/07/29/un-silencio-que-ensordece-notas-sobre-m-el-hombre-de-la-providencia/); y “Preludios del desastre. Notas sobre “M. Los últimos días de Europa” (28/07/2023, https://conversacionsobrehistoria.info/2023/07/28/preludios-del-desastre-notas-sobre-m-los-ultimos-dias-de-europa/) todos escritos por el profesor de la Universidad de Córdoba, Álvaro Castro Sánchez salvo el primero que reproduce las páginas iniciales de El hijo del siglo y el texto de Javier Melero.
[2] El Premio Strega es el más importante galardón literario que se otorga en Italia desde 1947.
[3] Página oficial de la serie en la web de Sky Atlantic: https://programmi.sky.it/m-il-figlio-del-secolo-serie [visitado el 18/02/2025].
[4] Sólo para citar algunos de los artículos aparecidos a los pocos días del estreno de la serie (enero de 2025): “M. Il figlio del secolo” la serie con Luca Marinelli arriva su Sky”, La Repubblica, 10/01/2025 https://www.repubblica.it/spettacoli/tv-radio/2025/01/10/news/m_il_figlio_del_secolo_la_serie_con_luca_marinelli_dal_10_gennaio_su_sky-423930452/ [visitado el 18/02/2025]; “M. il figlio del secolo: la storia in chiave grotesca”, Corriere della Sera, 15/01/2025, https://video.corriere.it/spettacoli/televisioni/m-il-figlio-del-secolo-la-storia-in-chiave-grottesca/e90c632c-de6e-4287-aff9-b3b9b4dcexlk [visitado el 18/02/025]; “Esce oggi la serie tv su Mussolini “M. Il figlio del Secolo”, Meloni: “Non la guarderò”, Euronews, 10/01/2025 [vistiado el 18/02/2025]. Conviene recordar que la primera proyección de la serie se realizó en ocasión de la 81ª Mostra del Cinema di Venezia (28 agosto – 7 septiembre de 2024), contrubyendo a originar el debate que se ha extendido hasta la actualidad, véase: “Mostra del Cinema di Venezia, in anteprima M – Il figlio del secolo con Luca Marinelli”, Sky tg24, https://tg24.sky.it/spettacolo/serie-tv/2024/09/05/m-il-figlio-del-secolo-serie-tv [visitado el 18/02/2025].
[5] Véase la reflexión del ya citado profesor CASTRO, SÁNCHEZ, Álvaro, “Ese “pánico imbécil”. Unas notas sobre “M. El hijo del siglo”, Conversación sobre Historia, 5/07/2020, https://conversacionsobrehistoria.info/2020/07/05/ese-panico-imbecil-unas-notas-sobre-m-el-hijo-del-siglo/#comments [visitado el 23/02/2025].
[6] Entre los muchos ejemplos que podríamos hacer, merece la pena recordar el debate surgido a raíz de la primera entrega de la tetralogía entre el Scurati y el historiador Ernesto Galli della Loggia. Éste último, ha dedicado varios artículos al ensayo, señalando la existencia de errores históricos y cierta falta de precisión en la introducción de personajes relevantes del panorama político e intelectual italiano de la época, como fueron Antonio Salandra o Benedetto Croce. Véase, “Si sta discutendo molto del nuovo romanzo di Scurati”, Il Post, https://www.ilpost.it/2018/10/18/antonio-scurati-risposta-galli-della-loggia/ [visitado el 19/02/2025].
[7] Sólo para citar algunas de las obras de este autor, véase: GENTILE, Emilio, E fu subito regime. Il fascismo e la marcia su Roma, Roma, Laterza, 2019; Mussolini e il fascismo, Roma, Laterza, 2012; Fascismo. Storia e interpretazione, Roma, Laterza, 2012; Il culto del littorio. La sacralizzazione della politica nell’Italia fascista, Roma, Laterza, 2009; Il mito dello Stato nuovo. Dal radicalismo nazionale al fascismo, Roma, Laterza, 2002.
[8] Para Emilio Gentile, el concepto de “fascismo genérico” se refiere a la esencia atemporal y universal de ciertos elementos simbólicos y rituales que caracterizan al fascismo. En lugar de entenderlo únicamente como el régimen específico de Mussolini, Gentile lo interpreta como un arquetipo o paradigma de política totalizante que trasciende su contexto histórico original (la Italia de los años veinte y treinta) para manifestarse en otros lugares y tiempos de la historia contemporánea. Véase, GENTILE, Emilio, Chi è fascista, Roma, Laterza, pp. 38-39.
[9] Esta última cuestión está, a mi ver, magistralmente recogida en el análisis lúcido y riguroso de FILIPPI, Francesco, Mussolini también hizo cosas buenas. Las idioteces que siguen circulando sobre el fascismo, Buenos Aires, Promoteo, 2023 (ed. orig. Mussolini ha fatto anche cose buone. Le idiozie che continuano a circolare sul fascismo, Torino, Bollati Boringhieri, 2019). Y también, de mismo autor, Ma perché siamo rimasti fascisti? Un conto rimasto aperto, Torino, Bollati Boringhieri, 2020. Sobre este autor y su obra, véase además la entrevista de TOMASONI, Matteo y RINA SIMÓN, César “Un pasado que no pasa. Persistencias y mutaciones del fascismo: diálogo con el historiador Francesco Filippi”, Con-Ciencia Social, 7 (2024), pp. 87-124.
[10] Entre la exterminada obra de De Felice, véase la imprescindible biografía dividida en los siguientes volúmenes (todas reediciones): DE FELICE, Renzo, Mussolini il rivoluzionario, 1883-1920, Torino, Einaudi, 2019; Mussolini il fascista (Vol. I y II), Torino, Einaudi, 2019; Mussolini il Duce (Vol. I y II), Torino, Einaudi, 2019. Mención aparte, también para la obra: Autobiografia del fascismo. Antologia di testi fascisti 1919-1945, (Vol. I y II), Torino, Einaudi, 2019.
[11] BARIS, Tommaso, “La stampa italiana e il dibattito sul regime fascista (1945-1990). Appunti per una ricerca”, E-Review, 6 (2018), https://e-review.it/baris-stampa#nt-2 [visitado el 20/02/2025].
[12] FORTI, Steven, Extrema derecha 2.0, Qué es y cómo combatirla, Madrid, Siglo XXI, 2021, pp. 70-80. Véase también la ampliación sobre esta cuestión en la más reciente publicación del mismo autor: Democracias en extinción. El espectro de las autocracias electorales, Madrid, Akal, 2024, pp. 37-93.
[13] Otro buen ejemplo de reaparición de la figura de Mussolini en el imaginario colectivo italiano actual, podría ser el caso de la película Sono tornato (He vuelto), de Luca Miniero, 2018. En ella – un remake “a la italiana” de Er ist wieder da (Ha vuelto, David Wnendt, 2015) – se presenta el hipotético “resurgir” de Mussolini 70 años después de su muerte, catapultándolo en la sociedad italiana actual. Aunque la película tiene algún que otro filtro y juega constantemente con la espontaneidad de las personas que interactúan con el ficticio Mussolini, su presencia genera un cierto revuelto, apela de inmediato a la memoria del régimen y de su máximo representante, en un continuo intercambio de opiniones entre simpatizantes y detractores del mismo. Cfr., “El ‘regreso’ de Mussolini divide a Italia”, El País, https://elpais.com/cultura/2018/02/05/actualidad/1517844286_404445.html [visitado el 20/02/2025].
[14] El listado de películas, series y documentales dedicados a la figura de Adolf Hitler es muy extensa y abarca un amplio abanico de géneros cinematográficos. Por ejemplo, en el portal The Movie DB (TMDB), se contabilizan por lo menos 128 entre películas y documentales (véase: https://www.themoviedb.org/keyword/241930-adolf-hitler/movie?sort_by=primary_release_date.asc&language=es-ES, [visitado el 20/02/2025]), aunque la aparición de este personaje en la gran pantalla es probablemente mucho más amplia.
[15] Al respecto, véase reflexiones como la de Mario Barenghi en su artículo “Antonio Scurati / M. Il figlio del secolo” Doppiozero, https://www.doppiozero.com/m-il-figlio-del-secolo [vistado el 21/02/2025].
[16] “M. Il figlio del secolo è una serie vertiginosa e spettacolare tra il feroce e il grottesco”, Wired, https://www.wired.it/article/m-il-figlio-del-secolo-mussolini-luca-marinelli-serie-sky-venezia-recensione/ [vistado el 21/02/2025].
[17] “La trovata dietro a “M – Il figlio del secolo”, Il Post, https://www.ilpost.it/2025/01/13/serie-tv-m-figlio-del-secolo/ [vistado el 21/02/2025].
[18] “Tom Rowlands: «Per ‘M – Il figlio del secolo’ ho creato il suono della violenza»”, Rolling Stone Italia, https://www.rollingstone.it/cinema-tv/interviste-cinema-tv/tom-rowlands-per-m-il-figlio-del-secolo-ho-creato-il-suono-della-violenza/959752/ [visitado el 21/02/2025]. Para una muestra de la banda sonora de la serie, véase “Tom Rowlands – Selections from the ‘M – Son Of The Century’ Soundtrack” (Youtube): https://www.youtube.com/watch?v=VpyxBmbvC7g
[19] MONT D’ARPIZIO, Daniele, “Serie TV, Mussolini e dibattiti (anche sbagliati)”, Il BO Live (Università di Padova), https://ilbolive.unipd.it/it/news/cultura/serie-tv-mussolini-dibattiti-anche-sbagliati [visitado el 21/02/2025]. El video con la intervención integral del profesor Mondini también está disponible aquí Youtube): https://www.youtube.com/watch?v=rVJZ0RWPd2Y
[20] “Luca Marinelli: Da antifascista è stato doloroso interpretare Mussolini”, La Stampa, https://www.lastampa.it/spettacoli/2024/09/06/video/luca_marinelli_da_antifascista_e_stato_doloroso_intgerpretare_mussolini-14611365/ [visitado el 20/02/2025]. Las declaraciones de Marinelli han sido objeto de numerosas críticas de parte de exponentes del mundo mediático italiano y en especial de aquellos estrechamente vinculados a la derecha política. Citamos, por ejemplo, los casos de Vittorio Feltri (ya director del periódico Libero y actualmente diputado en el Consejo Regional de la Lombardia por Hermanos de Italia), Alessandro Sallusti (director de Il Giornale), así como el célebre locutor radiofónico Giuseppe Cruciani (transmisión La Zanzara), del periodista e historiador Paolo Mieli (quién ha definido la confesión de Marinelli como un “antifascismo da operetta”, un antifascismo de chiste) o del también periodista Nicola Porro. La Presidenta del Consejo de Ministros italianos, Giorgia Meloni, quién en el pasado ha expresando en diferentes ocasiones su simpatía por el legado de Mussolini y del fascismo, ha asegurado no haber aún visto la serie, por lo que ha evitado cualquier comentario al respecto: «se vedrò serie su Mussolini? Non vedo serie da due anni, mi perdonerete se ho altre priorità», cfr., “Giorgia Meloni ha spiegato perché non vedrà “M. Il figlio del secolo” sulla vita di Mussolini con Luca Marinelli”, Fanpage, https://www.fanpage.it/spettacolo/personaggi/giorgia-meloni-ha-spiegato-perche-non-vedra-m-il-figlio-del-secolo-sulla-vita-di-mussolini-con-luca-marinelli/ [visitado el 23/02/2025]. Sin duda más tajante ha sido el Presidente del Senado, Ignazio La Russa – histórico miembro del MSI y actual integrante del partido Hermanos de Italia –, quién ha afirmado que la serie le ha hecho reconsiderar la obra de Scurati, debido a su naturaleza de “novela histórica”, mientras que la serie, a su ver, «è una fiction che non insegna niente. Che non lascia niente. Che ridicolizza e basta». Cfr., “La Russa: “Ho visto la fiction ‘M.’, ma preferisco il libro di Scurati, meno caricaturale di questa serie”, Il Foglio, https://www.ilfoglio.it/politica/2025/01/16/news/la-russa-ho-visto-la-fiction-m-ma-preferisco-il-libro-di-scurati-meno-caricaturale-di-questa-serie–7335647/ [vistado el 23/02/2025.
[21] El mismo actor se refiere a este aspecto en un especial – un behind the scenes – emitido por Sky poco antes de lanzar la serie, afirmando que «cuando él [Mussolini] habla en el coche, habla con sus electores. Habla de entonces y de hoy, tal vez para convencer el público de hoy. Es como si llevara el presente en aquel pasado». Cfr., “M – Il Figlio del secolo | Il dietro le quinte”, https://www.youtube.com/watch?v=Ecz6PFMSp7s (min. 9’54’’).
Fuente: Conversación sobre la historia
Portada: fragmento del cartel promocional de la serie de TV
Ilustraciones: Conversación sobre la historia
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