España cuenta con muy pocos centros dedicados a la historia, un vacío particularmente acusado respecto al conflicto. Existen aún demasiadas memorias sin lugar y demasiados lugares sin memoria

 

Adrian Shubert, Antonio Cazorla-Sánchez Joan Maria Thomàs

Catedráticos de Historia Contemporánea en las universidades de
York, Trent y Rovira i Virgili, respectivamente

 

 

Hace unos pocos días, el pasado 15 de septiembre, historiadores, un arqueólogo, una experta en estudios culturales y un bibliotecario de humanidades digitales inauguramos en la Universidad de Trent, en Canadá, el primer museo dedicado a mostrar lo que fue la Guerra Civil de manera virtual. Por su propia naturaleza digital, el nuevo Museo Virtual de la Guerra Civil Española-Virtual Museum of the Spanish Civil War es un museo abierto de forma gratuita a todos quienes, por cualquier razón, estén interesados en el conflicto. Sus 130 imágenes, agrupadas en cinco galerías, están acompañadas de textos que de forma sencilla pero rigurosa explican cómo se desarrolló el conflicto a nivel militar, en las retaguardias, su impacto en el mundo de entonces, y, sobre todo, sus efectos en la vida de las personas corrientes y en la/las memoria/as.

Batalla del Jarama, Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Colección de fotografías del Ejército Popular de la República

A quienes formamos el equipo que ha creado el museo, profesionales residentes en Norteamérica y Europa —Alison Ribeiro de Menezes (Universidad de Warwick), Andrea Davis (Arkansas State University), Dwayne Collins (Trent), Alfredo González Ruibal (CSIC) y quienes firmamos este artículo— nos ha movido una realidad evidente pero no siempre percibida por la sociedad: que en España hay muy pocos museos de historia, y que este vacío es particularmente acusado en el tema de la Guerra Civil. En otras palabras, que en España hay un déficit de lo que ha venido en denominarse historia pública —es decir, aquella dedicada a la divulgación entre el gran público de los resultados de las investigaciones académicas y profesionales— y que, en cuanto a la memoria de la Guerra Civil, existen aún demasiadas memorias sin lugar y demasiados lugares sin memoria. Este museo quiere contribuir a que ese déficit se reduzca y a que el público interesado pueda acceder fácilmente al conocimiento de este conflicto, de manera que la memoria y la historia se acerquen más.

La Guerra Civil es un tema complejo, pero creemos que la investigación histórica está lo suficientemente avanzada, como lo está la madurez de la sociedad española, para poder explicarla de forma serena y rigurosa. Los dos valores fundamentales que están tras este nuevo, e insólito, museo son, por un lado, la defensa de la democracia, y, por otro, la promoción del humanismo. Cuando el visitante explora las galerías, descubre la compasión por aquellos que sufrieron la guerra y la terrible posguerra. También descubre que nuestra visión de la historia huye de los marcos políticos excluyentes. Este es un museo que trata, sobre todo, de la gente corriente y bastante menos, sobre las ideas, aunque por supuesto estas, como las propagandas, estén presentes. En este sentido, la lamentable inexistencia de un museo general dedicado a la Guerra Civil en España nos ha impulsado —como antes lo ha hecho a otros, y ahí está la gran red de museos de carácter local y/o regional dedicados a aspectos de la guerra de España— a construir este nuevo proyecto con voluntad de llegar al gran público, evitando al tiempo narrativas simplistas en torno a lo que fue aquel conflicto y los sufrimientos de millones de españoles. Pero creemos que en el mundo actual toda buena historia pública ya no puede ser local, y aún menos nacional, sino que tiene que enfocarse en una perspectiva global.

 

Ángel del Horna. Franco en Salamanca. 1 de octubre de 1936. Filmoteca de Castilla y León

El Museo Virtual de la Guerra Civil Española no ha sido concebido como un museo cerrado, sino como uno abierto y en los próximos meses y años incluirá nuevos colaboradores académicos y, sobre todo, está abierto a la incorporación de nuevos objetos y salas, siempre mostrados y explicados con rigor y voluntad de llegar al máximo de personas. Estará abierto a las propuestas de nuevas piezas, imágenes, textos, audios y filmes. Y su contenido estará disponible, aparte de en castellano e inglés, en las otras lenguas del Estado —la catalana, la vasca y la gallega— y en francés. Incorporaremos, de manera prioritaria, módulos con recursos pedagógicos para su uso en las aulas en sus diferentes niveles. Y, por supuesto, profundizaremos la colaboración ya iniciada con otros museos y memoriales dentro y fuera de España, como el Centro Documental de la Memoria Histórica, el Memorial Democràtic y el Museo de la Paz de Gernika, entre otros. Todo ello permitirá a los investigadores el acceso a fuentes archivísticas, bases de datos y otras fuentes accesibles de forma digital, así como a cientos de testimonios filmados, de historia oral, documentales, etcétera. Invitamos al público a visitar y a participar con sus objetos e historias a hacer más rica y diversa nuestra narrativa. El proyecto no ha hecho más que comenzar.

Fuente El País, 11 de octubre de 2022  

Portada: Museo del Prado (Camión militar evacuando a Valencia ‘La familia de Carlos IV’, de Goya), BNE, El Español 1 de abril de 2019

Ilustraciones: Conversación sobre la historia

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