Ana de Zaballa Beascoechea
Óscar Álvarez Gila

 

En 2024 se publicó la obra colectiva titulada ¿Conforme a la razón natural? Perspectivas interdisciplinares de la esclavitud y otras situaciones de trabajo forzado (editorial Icaria), de la que ambos somos coordinadores. Como su nombre indica, se trata de un libro (¿uno más?) centrado en abordar una cuestión que, como ha ocurrido otras tantas veces, ha trascendido desde el debate social al terreno de la reflexión científica. Todavía tenemos recientes en la memoria las imágenes de las estatuas derribadas de prominentes esclavistas y las manifestaciones coordinadas en los ámbitos físico y también virtual, en torno a cuestiones tan históricamente vinculadas como la esclavitud y la formación del racismo, especialmente en el mundo occidental.

En el mundo académico en el que nos ha tocado vivir, es práctica habitual en la comunicación científica la presentación y evaluación del contenido de obras recién publicadas, como modo no solo de darlas a conocer, sino también de establecer un diálogo con su contenido y su autoría. Quienes firmamos esta presentación, como muchos otros colegas, también hemos firmado este tipo de reseñas; aunque, por lo general, siempre lo hemos hecho sobre obras ajenas. Nos resulta así novedoso, a la vez que complicado, ponernos a la tarea de glosar el contenido de nuestro propio libro, más si -como es este el caso- se trata de un trabajo colectivo. Por ello, pensamos que nada mejor que remitirnos a la introducción que elaboramos en su momento para explicar al lector el contenido de la obra, y dejar que sea este mismo lector el que, posteriormente, obtenga sus propias conclusiones.

En 1985 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió celebrar cada 2 de diciembre el Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud, en conmemoración del hecho de que varias décadas antes, en 1949, la Asamblea General de dicha institución internacional había aprobado el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena, en base al artículo 4º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada un año antes, en la que se señala que “nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”. No se trata sin embargo de una fecha dedicada a rememorar la historia y recuperar la memoria de un pasado ya desaparecido y que no se quiere repetir, sino el signo de una realidad todavía presente en este siglo XXI, por la existencia de formas contemporáneas equiparables a la esclavitud, especialmente de trata de personas y de prácticas de trabajo forzoso y explotador. Prueba de ello es que, también a nivel europeo, se haya visto la necesidad de firmar un convenio específico en el Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de seres humanos. De hecho, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “en 2021 había 10 millones más de personas en situación de esclavitud moderna en comparación con 2016, lo que eleva el total a 50 millones en todo el mundo”, debido a que:

La esclavitud ha evolucionado y se ha manifestado de diferentes formas a lo largo de la historia. Hoy en día, algunas formas tradicionales de esclavitud aún persisten en sus formas anteriores, mientras que otras se han transformado en otras nuevas […]. Junto con formas tradicionales de trabajo forzoso, como el trabajo en condiciones de servidumbre y la servidumbre por deudas, existen en la actualidad formas más contemporáneas como el de los trabajadores migrantes que son víctimas de la trata a fin de ser sometidos a todo tipo de explotación económica en el plano mundial.

Documento sobre el envío de 85 esclavos efectuado por el alavés Juan de Narria en una nao del maestre Pedro de Iriarte (Archivo General de indias, Contratación, leg. 5762, libro 8, f. 73, reproducido en la tesis de Javier Ortiz Arza ‘La comunidad vasca de Sevilla y la trata de esclavos (s. XVI)’ (EHU/UPV)

Toda sociedad y toda época tienden a indagar en el pasado para hacerse preguntas sobre el presente y, sobre todo, por el futuro. La esclavitud es una de esas cuestiones que, en el mundo contemporáneo, despierta la necesidad de comprender cómo y por qué unos seres humanos, durante milenios, no solo procuraron obtener para su beneficio los frutos del trabajo forzado de otros humanos, sino que para ello acabaron por reducirlos al mero estado de posesiones, de objetos a los que poder usar, comprar y vender a voluntad. En el mundo occidental, los debates sobre los orígenes y la bases éticas de su legitimidad han trascendido escuelas filosóficas y religiosas, en una discusión entre quienes aceptaban la servidumbre humana como un hecho natural y quienes, por el contrario, ponían en duda que fuera conforme a la razón, definiéndola como un producto de la contingencia y del interés humano, y propugnaran, ya su desaparición, ya la atenuación de sus efectos más perversos. En el mundo occidental la opinión basculó, a fines del XVIII, hacia la negación de la esclavitud como una institución éticamente legítima, y su progresiva desaparición a lo largo del siglo XIX mediante la prohibición de su comercio internacional, en primer lugar, y la gradual abolición en las legislaciones nacionales de Europa y América. Y más recientemente, la memoria del pasado esclavista se ha vuelto a poner de actualidad en un movimiento de opinión pública extendido por diversas naciones occidentales, que ha obligado a repensar los lazos históricos que las sociedades occidentales tuvieron con la esclavitud y los beneficios que de ella obtuvieron.

Partiendo de estos presupuestos, en el grupo de investigación “País Vasco, Europa y América: Vínculos y Relaciones Atlánticas”, creado en 2010 en la Universidad del País Vasco, nos planteamos la conveniencia de ofrecer un conjunto de reflexiones por parte de sus miembros y colaboradores, en torno a esta cuestión. El resultado, como no podía ser menos en un grupo de marcado carácter interdisciplinar, debía estar igualmente caracterizado por una conjunción de perspectivas desde la historia, la literatura, o las relaciones internacionales, todas ellas unidas por el nexo común de reflexionar en torno a la historia y las memorias de la esclavitud, en un abanico temporal que abarca desde la época medieval hasta el siglo XXI, y en un espacio geográfico centrado en el continente europeo y en su expansión global, especialmente por América, desde el siglo XVI.

Las contribuciones a esta obra se hallan, de este modo, divididas en cuatro partes. En la primera de ellas, “La esclavitud y su valoración”, se aborda la visión que se generó sobre la esclavitud en los siglo XVII y XVIII, así como la que han realizado los historiadores. En primer lugar, el trabajo de Ana de Zaballa Beascoechea ahonda en la interpretación que hicieron en el siglo XVII de la persona y los derechos del esclavo. Analiza cómo fueron considerados en las Partidas, el derecho canónico y la teología moral, pasando por las opiniones de juristas y teólogos. Se descubren las fuertes contradicciones del momento que por una parte considera al esclavo hombre libre por derecho natural y a la vez, esclavo por derecho de gentes. Se revisa la aplicación de la libertad o la servidumbre según las situaciones y los derechos.

Sede de la Guipuzcoana en Puerto Cabello (dibujo tomado del Álbum de Caracas y Venezuela)

Alberto Angulo Morales y Álvaro Aragón Ruano, partiendo de los intereses mercantiles de la Compañía Guipuzcoana de Caracas, de los ideales y dudoso liberalismo de las llamadas “ciudades blancas” –en este caso referido a Caracas–, nos hablan de la mentalidad dual de quienes por una parte consideraban la esclavitud una institución contra natura y contra la voluntad divina, pero por otra defendían y justificaban la legislación a favor de la esclavitud, su compraventa y su utilización en los negocios americanos. Nos muestran asimismo la presencia de vascos en el negocio de esclavos desde el siglo XV hasta finales del XIX. Los miembros de la Compañía de Caracas no tuvieron problema, a pesar de sus creencias y de los debates teológicos que se desarrollaban sobre la legitimidad de la esclavitud, en embarcarse en esos negocios de la trata negrera llevados por un pragmatismo utilitarista.

Por último, Jesús Turiso Sebastián revisa la visión de los historiadores sobre la esclavitud en Veracruz analizando las fuentes utilizadas y los enfoques analíticos que les han interesado desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Se centra en el análisis historiográfico de la esclavitud en Veracruz, examinando las distintas perspectivas que se han dado en su estudio, apuntado los principales estudios de carácter histórico y su contribución a comprensión del fenómeno esclavista durante el periodo virreinal. Insiste Turiso en el olvido hasta tiempos recientes del papel que ha jugado la población africana o afrodescendiente en la configuración de la sociedad e identidad veracruzana.

El segundo apartado se dedica a la “Memoria e imagen literaria de la esclavitud” y lo inicia Oscar Álvarez Gila que aborda esta institución desde la memoria que ha sobrevivido en el País Vasco, donde se ha repetido y asumido la inexistencia de esclavos en su territorio, así como el rechazo que siempre tuvo el pueblo vasco a la trata esclavista. Aporta interesantes datos que muestran que durante mucho tiempo no se ha admitido ninguna crítica a esa mitificación del supuesto anti-esclavismo vasco. Álvarez Gila trabaja por una reconformación de la memoria de un pueblo a través de la investigación histórica que enfrente la pertinencia de superar los mitos referidos al pasado.

Esta memoria se forja en muchos casos a través de la lengua o la literatura donde Miguel Ayerbe Linares y Carmen Gil Fombellida analizan la imagen que ambas disciplinas proyectan de la esclavitud. Ayerbe Linares se sumerge en el mundo germánico medieval y analiza la terminología empleada para referirse a los esclavos en el espacio lingüístico y geográfico germánico de la Edad Media. Se centra en fuentes literarias y religiosas en las que encuentra términos para esclavos y esclavas en todas las lenguas referidas; con distintos significados en ocasiones, y debiendo distinguir cuándo esos términos se referían a personas realmente privadas de libertad o siervos de otra índole.

Representación de la revuelta antiesclavista protagonizada por Gaspar Yanga en Veracruz a comienzos del s. XVII, Pintura en el Museo Regional de Palmillas, en Yanga, Veracruz

Gil Fombellida cierra este apartado con un amplio recorrido por la literatura española desde el siglo XVI hasta el exilio de la guerra civil. El interés de este trabajo reside en el repaso de las alusiones a la esclavitud desde época moderna hasta las referencias a una especie de esclavitud de los trabajadores forzados del último siglo. Quiere mostrar de forma panorámica cómo se han expresado esas situaciones vitales en la literatura. Analiza desde biografías de los años de la conquista de América, el siglo de Oro, el Siglo de las luces y termina con las citas a los trabajos forzados presentes en la literatura española del exilio republicano del 39.

Los apartados tercero y cuarto quieren mostrar la realidad de la esclavitud, en la época virreinal el tercero y los siglos XIX y XX el cuarto.

Respecto al periodo virreinal Anabell Rodríguez Apreza ofrece la novedad de la presencia de esclavos donados para una cofradía peculiar, la cofradía de la Virgen de los Remedios, que contaba con una cantera, una mina y sementeras. Analiza para los siglos XVII y XVIII tanto las vías de llegada a la cofradía como el trato que se les dispensaba en los diferentes ámbitos de trabajo.

María Isabel Paredes Vera dedica su capítulo al esclavo africano en la Española, isla a la que llegan a Indias los primeros africanos. Presenta el papel que cumplen estos esclavos en la sociedad insular del siglo XVII y analiza las rebeliones de esa población esclava contra la esclavitud, desde los cimarrones del XVI a los establecimientos de maineles en el XVII. Hace hincapié en la fuerza e influencia de la población de origen africano en la conformación de la sociedad y cultura de la isla sobre todo desde mediados del siglo XVII en que se aceleró el proceso de mestizaje con un porcentaje muy alto de componente africano.

Ilustración sobre el castigo a los esclavos en Cuba publicada en Harper’s Weekly (Nov. 28, 1868) vol.12, p. 753

Al término del periodo virreinal Mikel Imanol González Montero dirige su atención al cambio de sentido del concepto de orden público que, tras el levantamiento de esclavos de Saint Domingue en 1791, incluía el deber de evitar el contagio de la población esclava de los campos cubanos. Creció a partir de ese momento el recelo frente a “la gente de color”, también por la expansión del cimarronaje, de forma que las élites, para asegurar su mano de obra y beneficios, buscaron nuevos cuerpos del orden dedicados específicamente a neutralizar las revueltas y deseos de liberación en las plantaciones e ingenios.

Cierran el libro los capítulos dedicados a los siglos XIX a XXI, que pretenden mostrar cómo una vez abolido el comercio de esclavos y la propia institución, se mantuvo la explotación de personas en condiciones poco alejadas de la esclavitud.

Inicia este apartado Mikel Gómez Gastiasoro, que estudia las consecuencias en la política exterior española en Sudamérica, de la abolición de la esclavitud y el paso al trabajo entre 1840 y 1865. Muestra cómo ambas realidades afectaron a la visión estratégica de España en ese territorio durante los años señalados. Evidencia en su trabajo que la posición española variaba según los intereses políticos: al inicio a favor de la esclavitud buscando el apoyo de los conservadores propietarios de campos y esclavos; otras, tras la abolición de la esclavitud en Sudamérica, como un socio que respetaba la soberanía americana y era garante de la libertad de los esclavos ya libres.

Avanzado el siglo XIX, entre 1847 y 1874, María del Carmen Cózar Navarro analiza un caso de trabajadores supuestamente libres que eran considerados casi como esclavos con maltratos y vejaciones indignas. Se trata de la emigración de los trabajadores chinos trasladados al Caribe y América del Sur para paliar el déficit de trabajo de los esclavos africanos en la agricultura. El trato vejatorio que sufrían en los viajes, las rebeliones y muertes terminaron en 1874, tras diversos avatares y medios para mantener el negocio por parte de las distintas empresas, cuando el gobierno chino detuvo el tráfico ante la comprobación por parte de una comisión internacional de los contratos fraudulentos y las vejaciones infamantes a estos trabajadores.

Imagen de un trabajador chino en el anuncio de una industria tabaquera cubana. Reproducido en Núñez Jimenez, Antonio, Cuba en las marquillas cigarreras del siglo XIX. Havana: Ediciones turísticas de Cuba, 1985: 42.

Concluye este monográfico un trabajo de Iratxe Perea Ozerin que busca reconstruir el impacto de la Revolución de Haití en la contestación global contra la esclavitud y el racismo, considerando tanto sus efectos más inmediatos y prácticos, como aquellos a largo plazo y de carácter ideológico y simbólico. Analiza, por ejemplo, el movimiento actual Black Lives Matter (BLM) como una muestra de la conexión entre esta violencia y los legados de la colonización. Considera Perea la revolución de Haití como un legado simbólico para los movimientos anticoloniales y antirracistas que persisten en la actualidad, desde los movimientos por los derechos civiles de los sesenta en el siglo XX y, más recientemente, en los movimientos de resistencia antirracista.

Concluimos esta presentación poniendo en valor la importancia de este recorrido, que evidentemente ha tenido que elegir sólo algunos hitos, en los que traemos al lector la esclavitud desde el siglo XVI al siglo XXI. Repasamos la existencia y modos de la esclavitud, pero también el camino filosófico, moral y jurídico para afrontar la legitimidad o ilegitimidad de esta institución. Los conflictos entre la concepción de la dignidad de la persona, la teología moral y el derecho; la imagen de esa realidad en la literatura o en la memoria de una sociedad, en contraste con la realidad de la esclavitud de la época moderna están presentados en los tres primeros apartados de este monográfico. La última parte nos trae a la actualidad, primero el paso desde la abolición de la esclavitud al trabajo forzado, hasta la existencia en nuestros días de las actitudes y prácticas racistas en países que han provocado importantes movimientos de contestación. Consideramos que su contenido pone de manifiesto la pertinencia y necesidad de este libro sobre la esclavitud trayendo a nuestra consideración tanto el pasado esclavista y su justificación intelectual, la superación de la misma en la doctrina y el derecho, el rechazo de este pasado en la memoria colectiva, así como la dificultad para extirpar la violencia y maltrato a ciertos sectores de la sociedad por motivos racistas.

Fuente: Conversación sobre la historia

Portada: Mural de Diego Rivera sobre el desembarco de los españoles en Veracruz foto: Flickr)

Ilustraciones: Conversación sobre la historia

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