Ander Goyoaga

 

Xabier Irujo es probablemente la persona que más ha investigado en los últimos años el bombardeo de Gernika, de actualidad 85 años después al hilo de la intervención de Volodímir Zelenski en el Congreso. Catedrático de Historia por la Universidad de Nevada y profesor de Estudios de Genocidio en este mismo centro, ha seguido con indignación las airadas reacciones de determinados sectores políticos y mediáticos a raíz de la mención del presidente ucraniano. Desde su punto de vista, son el último eslabón de una cadena de mentiras que se inició desde el mismo momento del bombardeo.

¿Le han sorprendido las reacciones a la mención de Zelenski sobre el bombardeo de Gernika?

Sí, me ha sorprendido la reacción de Abascal, de Herman Terstch, de Jamardo… Es muy difícil digerir que existan en pleno siglo XXI reacciones de este tipo ante una masacre.

¿Y la referencia del presidente ucraniano a Gernika y Mariúpol? ¿Le ha parecido adecuada?

Zelenski no quería comparar dos situaciones idénticas ni dar una lección de historia en torno al contexto en el que se desarrolla, por un lado, el bombardeo de Gernika, y, por otro, el contexto que rodea a los bombardeos de Mariúpol u otras ciudades ucranianas. Lo que pretendía era resaltar el aspecto simbólico de Gernika, que representa la muerte de personas, creo que lo de inocentes es un elemento sobrante. Eso es lo que representa Gernika y a lo que hacía mención, y es lo que todos, o la gran mayoría, entendemos de buena fe. Hay muchas personas que están perdiendo sus vidas en el curso de bombardeos indiscriminados contra poblaciones abiertas. Eso ocurrió en Gernika, y de eso quería hablar Zelenski.

¿Hasta qué punto esas reacciones que comenta engarzan con lo que fue, primero, una negación histórica en torno al bombardeo y, después, una relativización o un reduccionismo sobre el mismo? ¿Se habrían producido sin ese [hecho] histórico que comienza desde el mismo momento del bombardeo?

Hay una vinculación muy clara. Esta reacción viene al hilo de un proceso histórico que dio comienzo con la orden de Franco de negar que Gernika hubiera sido bombardeada y, posteriormente, de acusar a los “rojos”, utilizando su terminología, ya que el Partido Comunista no tenía fuerza en Gernika, de haber quemado su propia ciudad. Esa mentira original genera un negacionismo que dura 40 años, lo que dura el régimen, y posteriormente da amparo a un reduccionismo que sigue muy vivo. Estas declaraciones entran en esa línea que pretende reducir el impacto del bombardeo y cambiar su naturaleza: no fue un bombardeo de terror, sino que fue fruto de la propaganda soviética de aquel tiempo. Aquella fue la orden de Franco, y hay un amplio espectro de la política española que acata esa lógica. Estas reacciones acatan la lógica de la negación instaurada en el 37. Y semejantes ladridos los hemos oído no solo por parte de Vox. Hay un hilo conductor, por supuesto; y hay un discurso que se ha insertado en una parte de la sociedad y que sale cuando aparece la palabra de Gernika. Hablan de patraña, de mito… 40 años de negacionismo son muchos.

Imagen: eldiario.es

 

Parece que hay sectores que no se sienten cómodos cuando se menciona aquel episodio. Zelenski no señaló a nadie, pero las reacciones han sido airadas…

Efectivamente, y las razones son las que comento. La orden de Franco de negar el bombardeo y todo lo que ha venido después ha generado esta dinámica de muchos años. Es una herida en la memoria del pueblo vasco que no se deja cicatrizar. Las víctimas del bombardeo no pueden reposar en paz, no se les deja. Y quiero subrayar que son al menos 2.000, según consta en la documentación que tenemos y según los testigos del bombardeo que hablaron en su día. Lo más grave, en todo caso, no es la reacción, sino el significado que se detrae de palabras como las de Abascal.

¿A qué se refiere?

¿Qué significa que mencionar Gernika es traer a colación iconografía soviética y, sin embargo, se debe hablar de Paracuellos? Significa que estas personas pintan a los muertos de colores. Viene a decir que hay muertos legítimos, en razón de su credo, etnia, religión o su ideología, y muertos ilegítimos. Eso es algo terrible, humillante. Hay pocas cosas menos humanistas que eso; es restar valor a la vida humana según las características de las personas que han perdido la vida.

En su última obra en torno al bombardeo de Gernika habla de un proceso histórico marcado por la negación, las falsedades y el reduccionismo. De todas las mentiras sobre aquella masacre, ¿cuál es la más hiriente?

Sin duda, el tema que más me hiere como ser humano es el tema de los muertos. Podemos discutir sobre el número de aviones que hubo o sobre las toneladas de bombas que se lanzaron; está documentado, pero se puede tratar de un error historiográfico. Ahora, en el caso de los muertos, cuando tenemos documentados más de 2.000 muertos, que haya gente que se enroque en mantener que es una patraña soviética es éticamente reprobable. Estamos matando dos veces a las víctimas. Que se niegue la existencia a aquellas personas que, desarmadas, fueron ese día a por comida al mercado es un ultraje. Va mucho más allá de una pugna historiográfica. Y en muchos países es un crimen.

¿De dónde nace la negación del bombardeo de Gernika? ¿Se trató de negar por vergüenza o estaba previamente decidido?

Probablemente se tenía pensado desde antes, pero la orden de Franco de negar que el bombardeo hubiera ocurrido y, al mismo tiempo, ordenar que se dijese que habían sido los rojos los que quemaron la ciudad en retirada se dio antes de las 7.00 de la mañana del 27 de abril de 1937, horas después del bombardeo. Se telegrafió a Alemania e Italia. Lo que tenemos nosotros es la recepción de la orden, enviada por parte de Franco, y que recibe el delegado italiano, que a su vez se la envía a Mussolini a las 7.00 de la mañana de ese día, de manera que se envió antes.

La negación en la prensa franquista: El Adelanto de Salamanca, 28 de abril de 1937, dos días después de la destrucción de Gernika.

La negación de Gernika empieza antes de las 7.00 de la mañana del día siguiente”

La negación no termina de surtir efecto, ¿por qué? ¿Qué papel juegan periodistas como George Steer?

No surte efecto en países con una tradición democrática prolongada. La orden se llevó a rajatabla en toda la zona de influencia de quienes se habían alzado contra el Gobierno republicano: en Italia, en Alemania, incluso en Japón o Portugal. En el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá o Australia no funcionó, gracias sobre todo a la actividad de los corresponsales internacionales. Corresponsales como Noel Monks, australiano; el británico George Steer, o Corban, por citar algunos, visitaron Gernika. Además, la mentira tampoco fue coherente, se mintió muy mal.

Pero, aun así, se apostó por insistir…

Al año del bombardeo fue el Duque de Alba quien contactó con Franco y le vino a decir que había que mentir bien. Le pidió que construyera un informe de apariencia científica que diera a conocer al mundo, en inglés, que el bombardeo había sido en realidad un incendio provocado por los rojos. Ese es el famoso informe Herrán, de 1938, que ya señala que Gernika fue ligeramente bombardeada, que cayeron unas seis bombas, y que esa excusa fue utilizada por los que denominaban rojos para quemar la ciudad con fuego y dinamita. La Legión Condor no lanzó seis bombas sobre la localidad, sino más de 40 toneladas de bombas. Miles de bombas.

 ¿Por qué era tan importante ahondar en esa versión? ¿Por qué no buscaron pasar página?

Porque el bombardeo de la población civil y su ametrallamiento durante tres horas y media era algo bárbaro, y Franco se presentaba ante el mundo como el defensor de la religión y de la verdad. De hecho, es tan radicalmente clave que el eco que tuvo en la esfera internacional fue el punto de inflexión del apoyo de países y partidos políticos a Franco. A partir del bombardeo y otras atrocidades similares, el bando franquista empieza a perder el apoyo de sectores de la iglesia católica a nivel internacional y de otros actores.

En sus obras menciona una fase posterior a la de la negación inicial, en la que se instaura el silencio.

Hay una anécdota histórica que ilustra bien lo que ocurrió, ya con el régimen franquista instaurado. A Gernika llega un nuevo párroco que repetía en sus sermones que la población de Gernika debía purgar sus pecados por haberse alineado con el bando republicano. Dos mujeres de Gernika, que habían perdido sus casas, pero seguían yendo a misa en la localidad, decidieron ir a hablar con el sacerdote con toda su buena fe. Le dijeron que ellas mismas habían visto que Gernika había sido bombardeada, que no había sido quemada por sus habitantes, y que no eran culpables. Al día siguiente una de ellas fue arrestada, le raparon el pelo y la pasearon por la localidad después de haberle dado aceite de ricino. Después estuvo más de un año en prisión. Eso explica el silencio que se instauró sobre la base de un miedo terrible.

Habla también de hojas parroquiales arrancadas, labores de desescombro en las que se obvian los cadáveres…

De un lado, los libros parroquiales de Forua u otras localidades en los que se registraron los muertos del bombardeo aparecen tachados y con hojas arrancadas. Pero lo que es más grave fue no registrar los cadáveres. En un primer momento, el Gobierno vasco contabilizó 1.600 víctimas, la mayoría muertos en los días siguientes en hospitales como consecuencia del bombardeo. Antes de la caída de Bilbao, dos meses después, el Ejecutivo del lehendakari Agirre había ordenado iniciar el desescombro, y ahí se encuentran cuerpos calcinados o fragmentos de cuerpos. No se pueden contabilizar. Sin embargo, muchos más cuerpos estaban sepultados debajo de las ruinas: El gobierno rebelde toma el relevo en el desescombro, que no termina hasta 1941. ¿Sabes cuántos cuerpos encuentran?

¿Cuántos?

Ninguno. Después de desescombrar más de 60.000 metros cúbicos no se registra el hallazgo de ningún cuerpo. Evidentemente, el gobierno rebelde no quiso registrarlo, y eso, obviamente, dice mucho del nivel de ocultación. Tenemos testimonios de las personas que participaron en las labores de desescombro que señalan cómo los cuerpos eran tirados junto al escombro. Se quiso borrar todo. La Gernika actual se construyó sobre aquellos escombros.

Poco antes de la muerte de Franco sectores del régimen empiezan a entender que la mentira de Gernika no se sostiene. Entonces, el Instituto de Historia liderado por Ricardo de la Cierva tiene la misión de rescribir la historia de España de una manera más digerible. De la Cierva pasa de la negación al reduccionismo. Escribió al menos tres artículos sobre el bombardeo, señalando que los muertos “no pasan de una docena”, textualmente. A partir de ahí se genera el discurso de Salas Larrazábal o el de Vicente Talón, que cogen el testigo.

Los escritos de Salas Larrazábal son muy conocidos, ¿no los podemos considerar rigurosos?

No, son libros completamente dirigidos. Tienen aportaciones historiográficas, como casi todos los libros de historia, pero parten del informe Herrán, al que quieren dar legitimidad. Es una trampa tras otra. Y es especialmente grave lo que señala sobre el número de muertos. Hay que tener en cuenta la razón de ser de la mentira. El hermano de Jesús Salas Larrazábal fue piloto de la Legión Condor y uno de los dos pilotos que bombardeó Otxandio, por ejemplo.

Gernika se ha convertido en un icono de la mentira en la guerra»

¿Por qué hay tantas diferencias en torno al número de muertos? “Una docena”, según De la Cierva; algo más de un centenar, según otras fuentes; unos 300; alrededor de 800; más de 1.600… Usted habla de más de 2.000, en su obra ‘Gernika’.

El alcalde de Gernika de aquel momento, después de tres días recuperando cadáveres, habló de miles, y Pedro Basaldua, habla de más de 3.000. En mi caso, hablo de más de 2.000 porque son los que tenemos documentados, no puedo dar una cifra exacta. La literatura reduccionista tiende a mentir por omisión, como es el caso de Salas Larrazábal, que no da una sola prueba y ni siquiera menciona el registro del Gobierno vasco, que habla de más de 1.600 muertos. Tampoco menciona a ninguno de los 38 testigos que dieron cifras de más de mil muertos. Y se limita a restar credibilidad, hablando de “exageraciones”, a testigos del bombardeo como Noel Monks, aludiendo a que vio 600 muertos el primer día, mientras que en crónicas posteriores hablaría de “varios miles”, algo del todo lógico a tenor de la evolución de los acontecimientos y la recuperación de cadáveres.

Usted señala que solo en uno de los refugios, el de Andra Mari, murieron muchos más de los que señalan estas fuentes.

En el refugio Andra Mari murieron las 450 ó 500 personas que estaban allí, todas salvo tres. Y lo sabemos por testigos que estuvieron allí tratando de recuperar víctimas y ofrecen testimonios iguales. Contamos con hasta 38 testimonios contrastables, que ofrecen credibilidad, y que son el 100% de los testigos directos del bombardeo que dieron a conocer de forma libre y sin coacción un número de víctimas mortales en aquel momento. Sin embargo, las fuentes negacionistas o reduccionistas se limitan a señalar que no están identificadas. Y eso en una localidad en la que las bombas incendiarias elevaron la temperatura hasta 3.000 grados centígrados. En los bombardeos de esta magnitud ocurre que no se pueden identificar los cadáveres, más en un municipio abarrotado por ser día de mercado, con dos terceras partes de gente de fuera del municipio, y con hasta siete trenes llegados desde Bilbao.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Algunas fuentes niegan también que hubiera mercado…

Es un buen ejemplo del nivel al que llegan las falsedades. ¿A qué obedece la negación actual de que fuera un lunes de mercado? En este caso la mentira parte de Vicente Talón, que manipula una orden posterior del lehendakari Agirre, relativa a la cancelación del mercado, pero tras el bombardeo de Gernika. Una vez más, estamos ante una falsedad con una razón de ser. Si no había mercado, no había tanta gente en la localidad; en consecuencia, los muertos serían menos ¿Qué ocurre? Que la orden, que no reproduce en sus publicaciones, lleva una fecha posterior al bombardeo. Es cuestión ir al centro de documentación y ver esa orden, reproducida en un libro de Castor Uriarte. Estamos hablando de mentiras, porque el autor debió de ver una copia de la orden de la que habla.

Otra de sus aportaciones pasa por poner de relieve la dimensión internacional que adquirió el bombardeo antes de la obra de arte de Picasso. ¿El bombardeo era conocido antes del cuadro?

De hecho, Picasso tomó el título de Gernika por esa relevancia internacional que tuvo el bombardeo. Había habido muchísimos bombardeos, todos ellos terribles. Solo en el frente vasco más de 2.000 en un año, en el frente catalán muchos más. Y en toda España muchos más. Picasso eligió Gernika por lo que ya simbolizaba. Existían cientos de artículos solo en Estados Unidos. The New York Times publicó 63 artículos sobre el bombardeo en los antes de julio de aquel año. La Vanguardia publicó 72 artículos antes de que se conociese el cuadro de Picasso. Evidentemente, el cuadro dio notoriedad a Gernika, pero en un principio se había escogido ese título por la dimensión internacional del bombardeo.

¿Por qué se eligió Gernika para un bombardeo de esas características?

Esa elección es un tema complejo que obedece a muchas razones. Franco estaba intentando ganar una guerra y Mola buscaba un genocidio, pero los alemanes estaban testando sus armas. El mando alemán quería adoptar como eje de este experimento una villa que pudiera ser destruida en un 100% con los medios de los que disponían. No podía ser Bilbao, por su tamaño, y Gernika tenía para ellos el tamaño adecuado. Además, los lunes eran días de mercado, de manera que habría una densidad de población tremenda. Querían medir la capacidad de matar que pudieran tener estos bombardeos y necesitaban una villa que no hubiera sido bombardeaba con anterioridad, para medir bien esa capacidad. Lo más brutal de esta lógica es que querían que fuera bombardeada el 19 de abril, fecha inicial prevista para el bombardeo, porque un día después era el cumpleaños de Hitler. Querían que fuera su regalo.

Por tanto, ¿no obedecía a su carácter simbólico para los vascos?

Más allá de las razones exclusivas del bando alemán, hay una razón que unía a Franco, Mola, los alemanes y los italianos. Pensaban que un bombardeo de terror tenía que cumplir dos condiciones. En primer lugar, debía causar muchos muertos. En segundo lugar, se debía bombardear un lugar con una fuerte connotación simbólica. Se buscaba atacar algo muy querido para el enemigo. Y hay que tener en cuenta, además, lo que representaba Gernika: de un lado, el parlamentarismo y la democracia; de otro, para los vascos es un símbolo de sus libertades.

La negación después de la barbarie se repite estos días en Bucha o Mariúpol, como en tantos otros lugares y tantas otras guerras…

Es recurrente. Cualquier atrocidad que se haya cometido en la historia de la humanidad tiene detrás un grupo de gente que trata de reducirla o negarla. Ahora lo que estamos viendo es una atroz campaña de propaganda y la negación de que estas atrocidades que han cometido. Podemos adelantarnos y decir que en los próximos meses, cuando otras ciudades sean bombardeadas, volverá a pasar. El caso de Gernika no es único en absoluto. Simboliza la mentira en la guerra, se ha convertido en un icono de las mentiras oficiales. ¿Por qué? Porque se mantuvo de forma oficial durante 40 años y todavía hay quién la defiende.

Fuente: La Vanguardia 7 de abril de 2022

Portada: ruinas de Gernika tras el bombardeo (foto: Fundación Sabino Arana)

Ilustraciones: Conversación sobre la historia

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5 COMENTARIOS

  1. Magnifico artículo y reflexiones. Mi modesta opinión es que Zelensky en su intervención ante Congreso , Senado y Gobierno de España, simplemente quiso comparar dos cosas:

    1) La barbarie, probable Delito de Lesa Humanidad, por parte de Putin y Rusia, bombardeando ciudades matando civiles inocentes, es totalmente comparable al de Guernika. De hecho fue el primer «experimento» de entrenamiento de la Luftwaffe / Legión Cóndor), como los bombardeos en picado de los Stukas y tantos otros utilizados durante la II WW.

    2) Los oídos sordos de la entonces «Comunidad Europea del Carbón y del Acero» (1945-59), posteriormente denominada «Unión Económica Europea, y mas tarde «Unión Europea» que no es tal sino sigue siendo «Económica», junto a la Naciones Unidas de entonces (ONU hoy), a las desesperadas solicitudes de ayuda del legítimo y democrático Gobierno de la II Republica Española. Todos les dieron la espalda.

    La ayuda de Hitler y Mussolini a los sublevados (no comparable a la rusa), también fue denunciada (sin éxito). El Presidente español advirtió (acertadamente) a todos los países europeos «Lo que sufrimos hoy los españoles, lo sufriereis todos en breve»

    Ese es el verdadero MENSAJE IMPLÍCITO que quiere transmitir Zelensky a España y a Europa en sus intervenciones televisivas ante los Parlamentos.

    La Historia se repite machaconamente (como los ciclos de la Economía). Ahora, recuerdo a diario la frase de mi querida y apreciada Profª. Josefina Cuesta Bustillo (DEP): «Europa lleva ya demasiados años en Paz». La III WW está viniendo, hay tantos PARALELISMOS, que sin duda (por mi parte) de que LLEGARÁ.

    Deberían ser los Ejércitos de los países integrantes de la ONU valedores de la la Paz y la Libertad en el Mundo (no solo la OTAN), los que BAJO SU MANDATO, saltándose el absurdo «derecho de pernada» de Rusia y China, sean los que invadan Ukrania y al menos toda la frontera rusa lindante con la Unión Europea (una bonita utopía como en 1936, 1939 y tanta y tantas ocasiones). De otra manera…. estamos abocados a repetir la Historia, que siempre refleja a sucesivos Sátrapas y sus megalomanías.

  2. Tiene varias incorrecciones: siempre se acusó a los ‘dinamiteros asturianos’ no al PCE; no es cierto que «tenemos documentados más de 2.000 muertos» (la Gernikazarra Historia Taldea, asociación de historiadores de la ciudad, había documentado 153 víctimas y tenía otras seis en estudio hasta mayo de 2012); el Informe Herrán no cifraba las víctimas en 6 sino en un centenar ni creo que «las bombas incendiarias elevaron la temperatura hasta 3.000 grados centígrados», que ni siquiera se alcanzó en la ‘tormenta ígnea’ del bombardeo de Dresde: 7.000 toneladas de bombas (por 50 en Guernica, no 40); acusar a Vicente Talón de mentiroso es inicuo: fue el primero en publicar en España, en 1973 y contra todos los ‘historiadores’ franquistas, que el bombardeo fue obra de la Legión Cóndor… En fin…

    • ¿Incorrecciones? igual sería mejor decir que tiene afirmaciones que no le gustan.

      “Guernica, destruida por el fuego de los rojos” titulaba en un artículo el ABC, “Los marxistas destruyeron Guernica” diría La Nueva España, en mayo de 1937.

      Por cierto los «dinamiteros asturianos» eran miembros o cercanos al PCE. Valga como muestra que para la defensa de Irún se formó en Asturias un grupo de 100 dinamiteros. El grupo, que se llamó “Lenin”, fue recibido, al llegar a Irún, por el líder comunista Jesús de Larrañaga

      Afirma que «no es cierto que «tenemos documentados más de 2.000 muertos»». Y Para demostrarlo cita usted el trabajo de Gernikazarra, con datos de 2012. Bien, Debería usted leer los últimos libros del profesor Irujo. Igual entendería así por qué dice que «tienen documentados más de 2.000 muertos».

      Lo que dice el Sr. Irujo con respecto al Informe Herman es que unos aviones desconocidos lanzaron 6 bombas, nada dice de que fueran seis muertos. En realidad el citado informe ofrece un listado de 18 identificados, 20 sin identificar y 12 fallecidos más que no
      tienen nada que ver con el bombardeo.

      Respecto a los 3.000 grados, coincido con usted. Es realmente difícil conseguir que un incendio alcance los 3.000 grados. Seguramente «solo» llegaría a los 800ºC.
      Es de suponer que se habrá dejado llevar por el mismo «entusiasmo» que usted cuando habla del bombardeo de Dresde, donde «solo» se lanzaron unas 4.000 toneladas de bombas, no las 7.000 toneladas a las que se refiere usted. Lanzadas, por cierto a lo largo de varios días, en una ciudad de casi 700.000 habitantes. No parece una comparación muy pertinente ni por el tamaño de la ciudad (Gernika no llegaba a 1 Km2 de superficie), ni por las características del bombardeo (las más de 3 horas contra 3 días).

      Se calcula que se lanzaron en Gernika entre 31 y 40 toneladas de bombas. Sin que exista un dato certero de ello.

      No se si usa el término «inicuo» en su acepción de «falto de Equidad» o de «malvado». En cualquier caso es cierto que el Sr. Talón afirma en su libro que el bombardeo lo realizó la Legión Cóndor. Sólo faltaba que en 1973 un historiador negase eso. Eso si que sería inicuo, o tal vez tendría mejor cabida en el término «estúpido».
      Lo que no fue estúpido, sino muy medido y con un objetivo muy concreto, fue la manipulación, para dar a entender que aquel día no había mercado, de una orden posterior del lehendakari Aguirre, relativa a la cancelación del mercado, pero tras el bombardeo de Gernika. El objetivo de eso no puede ser otro que reforzar la idea de que había un numero inferior de potenciales víctimas, lo que servía para demostrar que lo narrado por los supervivientes, por los corresponsales testigos de las consecuencias del bombardeo, por los datos del Gobierno de Euzkadi, era falso. Todo ello para «vaciar» de muertos el listado.

      Sin duda seguirá habiendo personas que negaran lo evidente. En fin…

  3. En este debate sí llama la atención las enormes diferencias a la hora de evaluar el número de víctimas entre historiadores solventes. El Grupo (Taldea) de historia de Guernica, que lleva muchos años estudiando in situ habla de algunos centenares de muertos, mientras que investigaciones más recientes, como las aquí reseñadas, hablan de varios miles. Sería cosa de explicitar los criterios.
    Ya que se cita de pasada a uno de los hermanos de Ramón Salas Larrazábal, Ángel, habría que recordar que en 1988 escribió un libro sobre el bombardeo de Guernica, donde precisa que 19 Junkers 52 salidos del aeródromo de Gamonal (Burgos), junto con cazas provenientes de Soria y Vitoria, bombardearon Guernica arrojando 22 toneladas de bombas, parte de ellas incendiarias, con el sistema de ataque en «cadena». Él debía de conocer bien este sistema, entonces novedoso (como el propio bombardeo de población civil, que se suele considerar el primero, olvidando la actuación española en Marruecos), pues lo practicó en otras localidades vascas. No consta que actuara en Guernica, ni ceo que fuera piloto de la Legión Cóndor, aunque en esa época pilotaba aviones alemanes.
    Por otra parte, concretando un poco el tema del mito de la destrucción de Guernica por los «rojos», fue Vicente Gay, jefe de la Oficina de Prensa y Propaganda del Cuartel General (Salamanca) el que, al día siguiente del bombardeo, publicó la versión de que los culpables habían sido «las hordas rojas, al servicio criminal de Aguirre» y la prensa franquista ya daba detalles sobre el estado de la ciudad aunque su ejército tardaría dos días en entrar en ella. Lo de si fueron dinamiteros, comunistas o anarquistas es una cuestión sin mucho sentido; primero porque es mentira todo y, segundo, porque para los sublevados «rojos» eran todos. Después de la primera y verídica versión publicada por los periodistas Steer, Christopher Holme y Mathieu Corman, los franquistas prohibieron el acceso de prensa extranjera a Guernica durante varias semanas, de modo que mientras tanto pudieron maquillar el escenario a su gusto. Pero, como aquí se dice, el terrible suceso ya había trascendido y conmocionó a la opinión pública occidental, especialmente a la inglesa, que por esas fechas ya empezaba a barruntar la posibilidad de que en un futuro no muy lejano pudiera sufrir ataques aéreos semejantes.

    • Así es, Luis Castro. Es necesario saber cómo, y por qué, existe ese baile de números.

      Pero sin duda para analizar ésto, hay que tener en cuenta varios elementos.

      Llama mucho la atención que en su primer informe, tras el bombardeo, el Gobierno Vasco (GoVa) hable de muchos centenares de muertos y otros tantos de heridos.
      Solo existe una razón para que un gobierno de esos datos: que la tragedia sea de tal magnitud que prefiera dar unos datos desmoralizadores, que intentar maquillar las consecuencias de las acciones del enemigo.

      La guerra en 1936 no tenía la proyección mediática que tienen, algunas, de las de ahora. El GoVa, no era adivino y, por lo tanto, ni sabía que el Times iba a recoger esa información con la importancia con la que lo hizo, ni que el NYTimes iba a colocarlo en portada. Tampoco sabía que Picasso iba a crear una obra con ese nombre, ni que ésta se iba a convertir en un icono. La historia hay que construirla en su contexto, no desde el conocimiento de las consecuencias que los acontecimientos tuvieron con posterioridad.

      Los datos del resto de los bombardeos, dados por el GoVa, son generalmente aceptados como reales, ¿por qué iban a «mentir» en este caso? No ganaban nada, aparte de crear una sensación de indefensión entre sus ciudadanos. Los datos de los registros relacionados con el caso fuero «manipulados» por los rebeldes encuentran cuanto entraron en Gernika o Bilbao (con métodos tan «elegantes» como arrancar páginas de los mismos). No se desescombró Gernika y se reconstruyó encima de un metro y medio de escombros sin retirar. Incluso se dieron autenticas agresiones a la memoria de las familias que sufrieron perdidas en el ataque, como por ejemplo el caso de la familia de Magunazelaia, a los que les obligaron a cambiar la lápida de la tumba de su abuelo de 26/4/1937 por 26/4/1936

      Los rebeldes no podían admitir los más de 1.000 muertos (2.000 según las últimas investigaciones) que su ataque había producido, por la sencilla razón de que ante la reacción internacional por el bombardeo, habían negado que éste existiera. La red de mentiras, medias verdades, y manipulaciones, se ha extendido hasta el día de hoy.

      Mientras que el GoVa dejaba a los corresponsales acceder a la información en sin cortapisas (les decían: “contad lo que veis”), los rebeldes controlaban de forma férrea la información, y la desinformación. Es muy esclarecedora la comunicación telegráfica entre el diario Times y su corresponsal Steer en relación con la veracidad de la crónica enviada. Puesta en duda debido al cablegrama del corresponsal del diario entre los rebeldes que afirmaba que éstos negaban el bombardeo. Eso ya en los dos días siguientes al ataque.

      El deseo de los responsables políticos vascos de dar a conocer lo que estaba pasando en el frente vasco se puede observar en acciones como la que hicieron al día siguiente del bombardeo. La sensación de tragedia fue tan grande, que llevaron a miembros de las tripulaciones de los barcos ingleses que habían roto el bloqueo rebelde de Bilbao a ver lo ocurrido en Gernika. Visitaron la villa foral un día antes de la entrada de los insurrectos. Entre ellos estaba Norman Ramsey, natural de South Shields, que había llegado el día 23 de abril a Bilbao a bordo del carguero Hamsterley. Él fue y sacó fotografías. De aquella visita nació el artículo, que contenía esas fotografías y que fue publicado por los diarios North Mail y Newcastle Chronicle después de su regreso a Newcastle en mayo.

      Lauaxeta, el poeta vasco que trabajaba en la oficina del prensa del GoVa, fue capturado por tropas rebeldes mientras llevaba a unos corresponsales extranjeros a visitar las ruinas Gernika. Fue fusilado poco después por “rebelde”.

      No parece la forma de actuar de alguien que está “inventando“ una tragedia. Más bien parece la forma de actuar de personas que están horrorizados con ella y que quieren que se conozca.

      Ante los que crearon la mentira de Gernika, ante los que se sienten los “más listos del pueblo” intentando demostrar que el poder miente (ya sea con el tema del bombardeo de Gernika, o negando que hayamos pasado una pandemia)… solo queda recordar los datos de un gobierno democrático, los afirmado por los testigos y las crónicas de los periodistas que escribieron sin presión ni censura.

      Lo demás es una continuación de la propaganda rebelde….

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