El 3 de octubre de 1938 doce aviones sublevados bombardearon las calles de Madrid. Esta vez no caían obuses, sino bolsas con pan blanco que decían “En la España Nacional, «Una, Grande y Libre», no hay un hogar sin lumbre ni una familia sin pan”. No se trataba de un acto de generosidad fraternal con los hermanos del otro lado del frente, sino de una planificada estrategia de guerra para conseguir la victoria franquista sobre la República española. Durante la guerra civil, alimentar al pueblo se convirtió en uno de los mayores problemas políticos del lado gubernamental y la escasez se extendió como una epidemia que afectó en vanguardia y retaguardia y determinó el desarrollo, la experiencia y la memoria de la guerra civil española. Cartillas de racionamiento, mercados clandestinos, intercambios y panes negros se instalaron en la cotidianeidad española y permanecieron como compañeros de la miseria hasta los años cincuenta. Este libro se propone analizar el problema de abastecimiento a la población republicana desde una mirada global. Para ello, analiza las medidas oficiales del Gobierno, la instrumentalización del hambre como arma por el bando franquista, la intervención humanitaria internacional y las respuestas que mujeres y hombres corrientes dieron a la carestía para conseguir sobrevivir.
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La guerra del hambre: abastecimiento, escasez y supervivencia en la retaguardia republicana (1936-1939)
Alba Nueda Lozano
Doctora en Historia por la Universidad de Castilla-La Mancha
Introducción
Pensar en «el hambre» de la guerra lleva irremediablemente a las palabras de Miguel Hernández, a sus versos sobre el olvido, a la imagen del pan y la cebolla y a todo un corolario de citas literarias con las que comenzar de forma lírica el texto de esta tesis doctoral. Pensar «el hambre» proyecta las imágenes de cuerpos maltratados, malheridos y malsanos. Traslada las cartillas de racionamiento y dirige hacia los trabajos que en los últimos años los historiadores que han cultivado y enriquecido para hacer de este un tema actual y recoger el testigo del poeta que dejó escrito «tened presente el hambre, recordad su pasado». Pero pensar en la restricción, en la escasez y en el desconcierto conecta con el pasado más cercano, con las colas que se apoderaron de los establecimientos en la pandemia, con cómo la inseguridad, el miedo que en inicio paralizaba se fue transformando en hastío y cansancio. El hambre y la escasez son temas de un presente permanente, de las crisis humanitarias provocadas por guerras que no cesan, de campos de refugiados que, aunque cambiantes en su ubicación son constantes en su existencia. Son verdades de una cotidianidad incómoda en la que en la mayoría de las ciudades del mundo alguien porta un cartel que dice «tengo hambre». Pensar en el ayer me hace revivir una y otra vez dos frases que he escuchado repetitivamente a lo largo de estos cuatro años: «pasaron hambre, todos lo sabemos», «la guerra fue mala, pero lo que de verdad fue malo fue lo de después».
Esta investigación nace de la voluntad por lanzar una mirada nueva sobre un terreno tan conocido como el de la guerra civil española, pero rescatando la experiencia cotidiana, desde abajo de las mujeres y hombres que la sufrieron, que vieron sus vidas expuestas a los bombardeos y que vieron sus carnes afectadas por la escasez. Esta investigación toma como punto de partida una realidad que a todos es familiar: el hambre. La guerra civil española supuso el detenimiento de la normalidad de la sociedad española, envuelta en los años treinta en un conflictivo proceso de modernización socioeconómica y cultural que se vio paralizado y en algunos aspectos revocado por el conflicto y sus consecuencias. En ella, frente y retaguardia, prensa y fusiles, cotidianidad y batalla se mimetizaron en un todo. Las experiencias individuales y colectivas son un elemento clave para comprender el conflicto en sí mismo, el régimen nacido de su final, las políticas de memoria y formas de identidad que se han ido sucediendo desde entonces. Dentro de esta cotidianidad extraordinaria, el hambre y la escasez fueron unos de los componentes fundamentales y ejes vectores de la experiencia, la moral y el sufrimiento de la guerra civil española.
Uno de los objetivos principales de esta investigación es mostrar cómo las prácticas a nivel micro o a pequeña escala se relacionan con los patrones de palanca macro y son moldeados por ellos. El orden y el desorden social, las crisis y cambios son reflejos de la relación bilateral entre el individuo y la sociedad, entre la agencia y la estructura entre los procesos y los acontecimientos. Todo ello enfatizado además por un contexto de guerra que permeó cada espacio de la vida y que rompió las divisiones entre las cuestiones privadas y los asuntos públicos en una especie de nebulosa indefinida en la que todo podía considerarse un acto político y en el que hasta los más íntimos sentimientos se veían tamizados por el filtro del conflicto.
Entendiendo el hambre, o de forma más compleja, la seguridad alimentaria como la pieza clave en la interacción entre los individuos y el Estado, se ha partido de la idea de que asegurar el mantenimiento material de la vida de los ciudadanos era la base para el sostenimiento de la autoridad, la legitimidad y, con ello, la fidelidad al Estado republicano. Por ello, esta investigación intenta evaluar cuál fue la respuesta social a las políticas de suministro y cómo se experimentó la escasez por parte de la población civil. Se ha pretendido conocer los repertorios de estrategias de supervivencia y de resistencia a las medidas oficiales para llegar a cuestionar cómo afectó la escasez al estado moral de la población y, con ello, al reconocimiento de la legitimidad política del gobierno. Del mismo modo, se ha intentado comprender de qué manera la experiencia del hambre se configuró como un elemento de guerra y de propaganda y si tuvo peso en la movilización internacional en favor de la República o, al menos, aportó visibilidad al conflicto español.
Otro de los objetivos ha sido analizar si existían importantes diferencias regionales en cuanto a la gestión y la experiencia de la escasez. El punto de partida para el análisis desde abajo se ha localizado en el espacio de la provincia de Albacete, caracterizada por su naturaleza agraria y distinguida de territorios similares por la presencia de las Brigadas Internacionales. Tomándolo como centro de muestra pretende ser comparado con la experiencia y la gestión de las crisis de alimentación tanto a nivel interno en la retaguardia republicana como a nivel nacional e internacional, para así plantear cuestiones como ¿son similares las experiencias de escasez?, ¿puede ser el caso español análogo a otros procesos de intervencionismo y racionamiento europeo?
Con todo ello, se pretende contribuir también a comprender de qué manera la escasez, su gestión y las respuestas derivadas de estas afectaron al desarrollo y el resultado de la guerra y cómo pudieron intervenir en proceso de establecimiento de la dictadura y a la propia experiencia de la hambruna de posguerra.
Estos objetivos tratan de aportar protagonismo a los individuos corrientes en el relato histórico, sin desdeñar el poder de las estructuras, de las leyes y las medidas políticas, así como del panorama sociopolítico internacional y su capacidad de acción. Sujetos, autoridades y decisiones que van desde los intelectuales ingleses hasta los jornaleros manchegos, desde las mujeres al frente de las asociaciones antifascistas a las madres desesperadas en las colas, desde los jefes de Estado hasta los campesinos de las colectivizaciones, todos ellos unidos por el hilo conductor de la guerra y sus consecuencias. Se pretende hacer confluir el estudio cuantitativo y cualitativo del espacio de retaguardia republicana que combine, además, las perspectivas macro y micro, con una clara intención comparativa y cosmopolita para intentar comprender cómo la guerra permeó toda la vida de sus afectados, cómo las relaciones interpersonales, vecinales, familiares se vieron afectadas por ella y cómo se crearon sentimientos de solidaridad, pero también de rivalidad.
Esta mirada hacia lo cotidiano supone estudiar prácticas sociales o individuales que a veces estaban cargadas de convicción política y otras de mero instinto de supervivencia, a veces eran evidentes y otras sutiles e incluso inconscientes. Se espera abordar no solo la complejidad sino la contradicción en la interacción entre el imaginario creado por el discurso oficial y la práctica diaria, los ambiguos límites entre el amigo y el enemigo y, en general, las fisuras de una comunidad que batalla una guerra interna y externa. Todo ello es el terreno sobre el que proyectar la definición ya clásica de J. Scott de «infrapolítica del poder».[1] Se pretende, por tanto, visibilizar a los sujetos de a pie que negociaron su bienestar dentro de las condiciones de posibilidad creadas por la guerra.
El objeto de estudio se ha visionado como una especie de poliedro o caleidoscopio, con astillas y sombras, con planos superpuestos. Todo ello para intentar conocer de la forma más amplia posible un problema que impregnó la experiencia de guerra y posguerra de la población civil española que, además, es compartida por los vecinos europeos. El comprender el hambre como un elemento indisoluble al desarrollo de la guerra total ha hecho que se considere que la aproximación multidisciplinar (coherente con la visión de la historia de la vida cotidiana) es la más certera, aunque suponga hacer importantes renuncias. Se han combinado, por tanto, perspectivas clásicas de la historia social, las voces rescatadas por la Alltagsgechichte, historia institucional, la historia de la medicina y la nutrición, el análisis desde la perspectiva cultural y antropológica… Todas ellas mezcladas e hibridadas en un discurso conjunto para lograr desde el «pluralismo básico» definido por Eley una mirada global sobre un problema hundido en la complejidad.[2]
Por ello, se han incorporado los análisis comparativos a diversas escalas, enfrentando las distintas provincias republicanas, la zona gubernamental con la rebelde, las ciudades más urbanizadas y el mundo rural e incluso la experiencia española con la de los países europeos de su contexto. Se han aplicado métodos de las diferentes disciplinas relacionadas con la historia, contrastando los análisis institucionales con los económicos, los nutricionales, los sociológicos y los antropológicos, porque ha comprendido el problema de la escasez como una cuestión multifactorial. Todo ello con el objetivo de lograr un discurso que combinase las miradas a nivel micro y macro, en el que entretejer el análisis local, que ha servido como anclaje para la elaboración de la investigación de lo cotidiano, aportando las fuentes y las experiencias desde abajo, con el estudio global de las políticas y respuestas al problema de la alimentación a nacional e internacional. La intención era crear conjuntamente una narrativa global que permitiese recorrer puntos de confluencia y confrontación de las experiencias de escasez en la España republicana y que entrase en diálogo con las investigaciones europeas.
Se parte de la idea de que lo cotidiano es entendido como la unidad espaciotemporal donde las relaciones sociales logran concreción y se llenan de experiencia para dotarse de sentido social. Esta unidad «resuelve en la práctica la relación compleja entre agencia y estructura, subjetividad y objetividad, enunciados y géneros discursivos».[3] Teniendo en cuenta que lo común es una nebulosa dinámica, fragmentaria y mutante que, para esta investigación, toma la escasez y su gestión como hilo conductor entre todas sus partes.
Para poder tejer esta historia ha sido necesario recurrir a un amplísimo catálogo de fuentes de diferente naturaleza. Este es uno de los principales obstáculos que la historia de la vida cotidiana tiene que sortear puesto que los vestigios de lo corriente rara vez quedan reflejados en documentos oficiales. Sin embargo, esto obliga a hacer de la necesidad virtud y, para ello, ampliar los márgenes de los recursos disponibles. Para llevar a cabo esta investigación ha sido imprescindible acudir a numerosos archivos nacionales como el Archivo General Militar de Ávila, el Archivo General de la Administración o el Centro Documental de la Memoria Histórica, así como archivos de partidos políticos como el Archivo Histórico del PCE o de fundaciones privadas como el Archivo de la Fundación Juan Negrín. Junto a ellos, gran parte de este trabajo ha podido desarrollarse gracias a la documentación de archivos internacionales como The National Archives de Reino Unido, donde está depositada la documentación diplomática del Foreign Office, el Archive Diplomatique du Ministère des Affaires Étrangères (París, Francia) y los Archives d’Etat de Genève (Ginebra), the League of Nations Archives (Ginebra). Así mismo, así como el Arquivo Nacional da Torreo do Tombo (Lisboa, Portugal), el Archivo del Komintern del State Archive of Socio-Political History (Moscú, Rusia) y los fondos de la Marx Memorial Library (Londres).
Recuperar las formas de supervivencia y proyectar una imagen aproximada de las estrategias y «opiniones populares» ha sido una tarea compleja. Para ello se ha acudido a las fuentes judiciales. En concreto, se ha atendido a la documentación depositada en Archivo Histórico Provincial de Albacete en las secciones de Tribunales Especiales, ya que esta provincia ha servido como campo de muestras para la reconstrucción de la historia desde abajo. De igual importancia han sido la información recogida a través de la prensa internacional, nacional y de tirada provincial o local.
En cuanto a las fuentes orales, constituyen un generador de información de valor extraordinario. Al tratarse de los años de la guerra, la idea inicial de acudir a testimonios de primera generación tuvo que ser desechada. Consecuentemente, se apostó por las voces de segunda generación. El análisis de las memorias transgeneracionales se ha planteado desde la óptica crítica necesaria, pero se considera que su valor testimonial se mantiene.[4] Estas declaraciones han sido recogidas para intentar dar voz a quien no la tuvo, apoyándonos en la memoria femenina, tal y como afirma Svetlana Alexievich, como una lupa de la memoria de la experiencia, un recuerdo selectivo de la vida cotidiana, de los sentimientos y, en definitiva, de la humanidad de los conflictos que se ve condicionada por el factor de género.[5] Para ello, metodológicamente se ha acudido al instrumental de las historias de vida. Estas han permitido rico diálogo entre las fuentes escritas (acabadas) y las orales (vivas) donde se han localizado nudos de conflictividad, puntos de confluencia y elementos contradictorios.
Esta investigación ha dividido su contenido en dos partes: «Gobernar la escasez» y «Sobrevivir al hambre» que se espera que encajen como dos piezas de puzle para crear una imagen compleja y multidimensional de la crisis alimentaria, su gestión, recepción y consecuencias que afectó a la retaguardia republicana durante la guerra. En la primera parte, el primer capítulo se propone analizar la política económica republicana, en concreto el proceso de control del mercado exterior y, sobre todo, interior para comprender como marco de referencia el desarrollo de la problemática de abastecimiento. En el segundo capítulo se dedica en exclusiva al estudio de la política de racionamiento republicana, partiendo de la evolución de la ciencia de la nutrición como disciplina con alto valor político y estudiando los diferentes planes de alimentación que se diseñaron e implementaron lo largo de la guerra en el espacio republicano. El tercer capítulo realiza un necesario recorrido por la evolución institucional del sistema oficial de suministro, intentando proyectar el proceso de unificación, centralización y homogeneización de los canales y sectores de avituallamiento y prestando atención a vías alternativas como las cooperativas de consumo.
En la segunda parte, el capítulo cuarto se dedica al estudio de los mercados clandestinos en sus múltiples formas, categorizaciones y modos de funcionamiento. En él se realiza una aproximación a su praxis, valor simbólico, ético y social. El siguiente capítulo se propone, a partir de las teorías sociológicas de Scott, Thomson, Tarrow y Tilly analizar las respuestas a la escasez en clave de movimientos sociales con el objetivo de desentrañar si la delincuencia de subsistencias fue o no una forma de resistencia a la política republicana. En este espacio se dedica especial atención a las mujeres en su rol de madres cuidadoras-abastecedoras y se explora la configuración de los roles de género en la retaguardia. Por último, el capítulo sexto se dedica a contemplar el hambre como un fenómeno global en el contexto de la guerra. Se ha dividido en dos partes distinguiendo su función como arma de guerra contra el enemigo y su función en la propaganda y la movilización de recursos en favor del pueblo republicano. Finalmente, a modo de cierre de los dos bloques se exponen las principales conclusiones a las que esta investigación ha podido llegar.
Antes de finalizar la introducción, querría expresar mi más sincero agradecimiento a cuantas instituciones y personas han hecho posible esta investigación. Al Ministerio de Universidades y la Universidad de Castilla-La Mancha que me han ofrecido la posibilidad de realizar mi tesis doctoral y han facilitado todos los medios para poder desarrollar la labor investigadora a la vez que recibía formación y que me han permitido enriquecer este trabajo con estancias en centros de investigación extranjeros. A mi director de tesis doctoral, Francisco Alía Miranda, quien con paciencia y cariño ha guiado mis pasos durante estos años y me ha enseñad este oficio. A Juan Sisinio Pérez Garzón que siempre me ha regalado generosamente su ayuda maestra y no ha dejado de confiar en mí. A todos mis compañeros, amigos y familia que me han ayudado y hecho florecer durante todo el proceso de trabajo, ayudándome a superar todos los obstáculos y dándome luz durante el camino.
La comida y su ausencia, la gastronomía y el hambre como elementos biológicos y sociales son componentes compartidos por todas las comunidades y todos los tiempos. Sin embargo, no fue hasta la década de los sesenta cuando en el contexto de la Escuela de los Annales, la alimentación y su ausencia se convirtieron en objeto de análisis historiográfico.[6] Con relativa rapidez, el precedente marcado en Francia fue tomando forma propia en las academias europeas, integrándose corrientes como Microhistoria italiana y la History from Below o People’s History británica.[7] En este ámbito es indiscutible influjo que los trabajos de Lévi-Strauss, Igor Garine, Mary Douglas, Marvin Harris o Anne Murcott han tenido para los análisis históricos.[8] Del mismo modo, para las nuevas propuestas de investigación ha sido imprescindible la incorporación de los postulados de Hannah Arendt y Michel Foucault, que motivaron la reformulación de la historia de «lo social»[9] y, por supuesto, los trabajos de James C. Scott que motivaron la reformulación de las miradas al pasado y trasformaron de los elementos de la «vida cotidiana» en focos de análisis bajo la conceptualización de «modos de resistencia» y «armas de débiles».[10]
En este contexto, a calor de renovación de la Historia Social surgió la historia de la vida cotidiana alemana (Alltagsgeschichte), consolidada de la mano de Alf Lüdtke, uno de sus mayores representantes.[11] Su propuesta apostaba por lo normal, de lo cotidiano, de lo irrelevante, porque permitía abrir nuevas ventanas y descubrir, a través del análisis de las experiencias subjetivas, algunas grietas en las conclusiones de la historiografía anterior.[12] Esta nueva mirada se ubicó en el centro del paradigma del estudio de las «opiniones populares» y las discusiones sobre el consentimiento en los regímenes totalitarios del siglo XX. [13] Impregnados de los planteamientos de Scott y Foucault, los actos cotidianos de la gente corriente por la supervivencia se analizaban ahora como formas de resistencia cotidiana que respondían a las acciones ordinarias de represión más allá de la violencia física o política.
Los investigadores emprendían así nuevos caminos en búsqueda de las grietas de la homogeneización del relato estatista o los análisis estructuralistas. Apostaban por la heterogeneidad de lo subjetivo y reconocían la existencia de múltiples «micropoderes» y «microconflictos» que interactúan con los poderes institucionalizados y sus discursos.[14] Bajo la herencia metodológica de los estudios de las actitudes sociales derivada de la Alltagsgeschichte, así como de los paradigmas de la Microhistoria y la History from Below se insertaba el estudio de las hambrunas, los racionamientos y los mercados negros como elementos fundamentales para comprender las dinámicas sociales, políticas y económicas en la contemporaneidad. Desde estos nuevos enfoques y corpus metodológicos, el estudio de la gente corriente y su vida cotidiana dio fértiles resultados para la evaluación de las experiencias en carne y hueso.[15] La miseria, la escasez y la supervivencia a través de estrategias individuales y colectivas como el mercado negro han acumulado desde entonces un importante recorrido historiográfico.[16]
En el caso español, a partir de la década de los 2000 comenzó un nuevo paradigma en los estudios de la guerra y la posguerra. Las nuevas investigaciones otorgaron un mayor protagonismo actores históricos individuales o, de algún modo, subestimados. A la vez, se introdujeron nuevos métodos historiográficos, que incorporaban propuestas desarrolladas en décadas anteriores por disciplinas más próximas, así como nuevos conceptos como el de guerra total.[17]
Bajo la perspectiva analítica de la guerra total, Ainhoa Campos ha desarrollado la hipótesis que había dibujado ya Seidman en A ras de suelo. Historia social de la República durante la guerra civil.[18] Ha demostrado, a través del estudio de las políticas de abastecimiento de Madrid, cómo eran las condiciones materiales y de qué modo determinaron las actitudes sociales de los civiles durante el conflicto.[19] Del mismo modo, la cuestión de la alimentación y el impacto médico durante la guerra, especialmente y casi de manera exclusiva para las grandes ciudades, ha sido explorado por estudios innovadores, muchos de ellos con orígenes en la Historia de la Medicina, como los de María Isabel del Cura y Rafel Huertas.[20] El hambre, sobre todo en Madrid y Barcelona, también ha sido abordado por otros investigadores como las hermanas Gutiérrez Rueda a través de la prensa y los testimonios orales, Ismael Díaz Yubero, desde la perspectiva gastronómica, o desde un prisma más político-institucional por Javier Cervera.[21] Por su parte, estudios como el de Carlos Barciela, Elena Martínez o Pablo Martín que se han ocupado del problema del abastecimiento desde la perspectiva agraria y comercial.[22] Del mismo modo que los estudios de género también han puesto el foco en el racionamiento, la definición de los roles de género y el papel de las asociaciones femeninas en la labor asistencial.[23]
El renovado interés por la escasez en guerra se inscribe en el debate en torno a la definición y defensa de la hambruna española. La preocupación por «los años del hambre» (1939-1952) ha entrado el interés en torno al abastecimiento, de la vida cotidiana y de las diferentes formas de violencia, represión y resistencia durante la primera etapa de la dictadura. Trabajos como los de Miguel Ángel del Arco, Ana Cábana, Gloria Román, Óscar Rodríguez, David Conde o Javier Puche Gil, entre otros, han significado un gran avance en este sentido.[24] Sin embargo, en este contexto historiográfico el tiempo de la guerra está aún poco trabajado.
Como ha podido comprobarse, los estudios del hambre han focalizado todo su interés en los años de la hambruna, es decir, de la posguerra, y los análisis que han atendido al periodo anterior se han limitado a propuestas parciales o locales. Todavía faltan trabajos de conjunto sobre el abastecimiento en la guerra, así como estudios monográficos que aporten una mirada más global, que incluyan análisis comparativos y que analicen la cuestión del hambre desde la complejidad de todo el sistema republicano. Este es el trabajo que la presente tesis doctoral desea emprender, pensamos que, pese a todo lo escrito sobre la guerra civil, aún quedan nuevos análisis que aplicar y nuevas preguntas que plantear.
Notas
[1] James C. Scott, Los dominados y el arte de la resistencia, México D. F., Txalaparta, 2003.
[2] Geoff Eley, Una línea torcida: de la historia cultural a la historia de la sociedad, Valencia, Publicaciones Universidad de Valencia, 2008, p. 294; Zira Box Varela y César Rina Simón (eds.), El franquismo desde el caleidoscopio: perspectivas y estudios transdisciplinares sobre la dictadura, Granada, Comares, 2021, Introducción. También la definición de la «barbarie del especialismo» en José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Madrid, Austral, 1999, Cap. XII.
[3] Francisco A. Ortega, «Rehabitar la cotidianeidad», Veena Das: sujetos de dolor, agentes de Dignidad, (2008), p. 22.
[4] El estudio de las memorias transgeneracionales se ha desarrollado sobre todo para la memoria de los pasados traumáticos, Vid., Josette Coenen-Huther, La Mémoire familiale: un travail de reconstruction du passé, Paris, L’Harmatten, 1994; Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria, Madrid, Siglo Veintiuno de España, 2002; Marianne Hirsch, The Generation o Postmemory: Writing and Visual Culture after the Holocaust, Nueva York, Columbia University Press 2012; para la guerra civil a través del estudio de la producción literaria Vid. Maura Rossi, La Memoria Transgeneracional. Presencia y persistencia de la guerra civil en la narrativa española contemporánea, Oxford, Peter Lang, 2016. Alessandro Portelli: Historia y memoria: la muerte de Luigi Trastulli, Historia y fuente oral, 1 (1989), pp. 5-32. Michael Richards, «Recordando la guerra de España: violencia, cambio social e identidad colectiva desde 1936» en Peter Anderson y Miguel Ángel del Arco (eds.), Lidiando con el pasado. Represión y memoria de la guerra civil y el franquismo, Granada, Comares, 2014, p. 222; Miren Llona, Enrtevese: teoría y metodología práctica de las fuentes orales, Bilbao, Universidad del País Vasco, 2012, p. 35; Gloria Román Ruiz, Franquismo de carne y hueso: entre el consentimiento y las resistencias cotidianas, Valencia, Universitat de València, 2020.
[5] Svetlana Alexievich, La guerra no tiene rostro de mujer, Barcelona, Debate, 2015.
[6] Louis Stouff, Ravitaillement et alimentation en Provence aux XIVe et XVe siècles, Paris-La Haya: Ecole Pratique de Hautes Etudes, Sorbonne VI: Sciences Economiques et Sociales, Centre de Recherches Historiques, Mouton, 1970; Jean-Jacques Hermardinquer, Pour une historie de l’alimentation, Paris, Armand Colin, 1970.
[7] Lucien F. Newman, Hunger in history. Food shortage, poverty and deprivation, Oxford, Blackwell, 1990; John Walter and Roger Schofield (eds.), Famine, disease and the social order in early modern society, Cambridge, Cambridge University Press.
[8] Claude Lévi-Strauss, Le cru et le cuit, Paris, FCE, 1968; Dwain N. Walcher, Norman Kretchmer and Henry L. Barnett (eds.), Food, man and society, New York: Plenum Press, 1976, pp. 150-173; Mary Douglas, «Les structures du culinaire», Communications, 31 (1979), pp. 145-170); Marvin Harris, Bueno para comer, Madrid, Alianza Editorial, 1989.
[9] Hannah Arendt, On Revolution, London: Penguin, 2006, (Ed. original: 1963); Michel Foucault, El gobierno de sí y de los otros, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2009 (Ed. original: 1974).
[10] James C. Scott, Weapons of the Weak, Everyday forms of Peasant, New Heaven, Yale University Press, 1976, Ibid., Resistance, New Haven-London, Yale University Press, 1985.
[11] Alf Lüdtke, «Sobre los conceptos de vida cotidiana, articulación de las necesidades y «conciencia proletaria», Historia Social, 10 (1991), pp. 41-62; Id, «De los héroes de la resistencia a los coautores. Alltagsgeschichte en Alemania», Ayer, 19 (1995), pp. 49-69; Geoff Eley, «Labor History, Social History, Alltagsgeschichte: Experience, Culture, and the Politics of the Everyday, a New Direction for German Social History? », Journal of Modern History, 61 (1989), pp. 297-343.
[12] Claudio Hernández Burgos, «Tiempo de experiencias: el retorno de la Alltagsgeschichte y el estudio de las dictaduras de enteguerras», Ayer, 113 (2019), pp. 303-317.
[13] Paul Corner, Popular Opinion in Totalitarian Regimes: Fascism, Nazism, Communism, Oxford, Oxford University Press, 2009; Ibid., The Fascist Party and Popular Opinion in Mussolini’s Italy, Oxford: Oxford University Press, 2012.
[14] Oscar Rodríguez, «Cambalaches: hambre, moralidad popular y mercados negros de Guerra y Posguerra», Historia Social, 77 (2013), pp. 149-174; Geoff Eley y Keith Nield, The Future of Class in History, Ann Aror, University of Michigan Press, 2007; Alf Lüdtke, The History of Everyday Life, Princeton, Princeton University Press, 1995.
[15] Sheila Fitzpatrick, Stalin’s Peasants, New York, New York University Press, 1994; Ibid., Everyday Stalinism: Ordinary Life in an Extraordinary Times, Soviet Russia in the 1930s, Oxford: Oxford University Press, 1999.
[16] Paul Steege, Black Market, Cold War: Everyday Life in Berlin, 1946-1949, Cambridge-New York, Cambridge University Press, 2007; Mark Roodhouse, Black Market in Britain: 1939-1955, Oxford, Oxford University Press, 2013; Lynne Viola, Peasant Rebels Under Stalin: Collectivization and the Culture of Peasant Resistance, New York, Oxford University Press, 1996.
[17]Ángela Cenarro Laguna, «Movilización femenina para la guerra total (1936-1939), Historia y política: ideas, procesos y movimientos sociales, 16 (2006), pp. 2006; Javier Rodrigo y Manuel Santirso, «Dossier: la guerra civil española 1936-1939 en la nueva historia militar, Revista Universitaria de Historia Militar (RUHM), 6 (2014); David Alegre Lorenz, La batalla de Teruel: la guerra total en España, Madrid, Esfera de los Libros, 2018; James Matthews, Voces de la trinchera. Cartas de combatientes republicanos en la guerra civil española, Madrid, Alianza Editorial, 2015; Javier Cervera Gil, «Historias mínimas: las cartas en la guerra civil española, Hispania Nova. Revista de Historia Contemporánea, 15 (2017), pp. 125-146; José Miguel Hernández, «Experiencia de guerra y narrativas personales en la Guerra Civil Española: diario de Álvaro Silva», Revista Universitaria de Historia Miliar (RUHM), 13 (2018), pp. 318-33
[18] Michael Seidman, A ras de suelo. Historia social de la República durante la guerra civil, Madrid, Alianza Editorial, 2003.
[19] Ainhoa Campos Posada, «La batalla del hambre: el abastecimiento de Madrid durante la Guerra Civil (1936-1939) », Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2020.
[20] María Isabel del Cura y Rafael Huertas, Alimentación y enfermedad en tiempos de hambre, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2007.
[21] Javier Cervera Gil, Madrid en guerra: la ciudad clandestina 1936-1939, Madrid, Alianza Editorial, 2006; Carmen Gutiérrez Rueda y Laura Gutiérrez Rueda, El hambre en el Madrid de la guerra civil (1936-1939), Madrid, La Librería, 2014; Ismael Díaz Yubero, «El hambre y la gastronomía. De la guerra civil a la cartilla de racionamiento», Estudios sobre consumo, 66 (2003), pp. 9-22; Véase también: Matilde Vázquez y Javier Valero, La guerra civil en Madrid, Madrid, Tebas, 1978; Julio Aróstegui y Jesús Martínez, La Junta de Defensa de Madrid, Madrid, Comunidad de Madrid, 1984; Milagrosa Romero Samper, «Hambre y retaguardia. Protesta social en el Madrid de la Guerra Civil», ESD. Estudios de Seguridad y Defensa, 2 (2013), pp. 159-190.
[22] Carlos Barciela López (coord.), «Economía y Guerra Civil española», Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea, 8 (2009); Pablo Martín-Aceña Manrique y Elena Martínez Ruiz, La economía de la guerra civil, Madrid, Marcial Pons, 2006; Elena Martínez Ruiz: «Guerra Civil, comercio y capital extranjero. El sector exterior de la economía española (1936-1939)»; Estudios de historia económica, 49 (2006), pp. 5-105.
[23] Mary Nash, Rojas: Mujeres republicanas en la guerra civil, Madrid, Taurus, 2006; Martha Acklesberg, Mujeres libres. El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres, Barcelona, Virus editorial, 2017; Kathleen Richmond, Las mujeres en el fascismo español: La Sección Femenina de Falange (1934-1959), Madrid, Alianza Editorial, 2004.
[24] Miguel Ángel del Arco (ed.), Los “años del hambre”: historia y memoria de la posguerra franquista, Madrid, Marcial Pons, 2020; Ibid. and Peter Anderson (coords.), Franco’s Famine. Malnutrition, Disease and Starvation in Post-Civil War Spain, New York, Bloomsbury Publishing, 2021; Ana Cábana Iglesia, «Entre a resistencia e a adaptación: La sociedade rural galega no franquismo (1936-1960)», Tesis doctoral, Universidad de Santiago de Compostela, 2006; David Conde Caballero, Borja Rivero Jiménez y Lorenzo Mariano Juárez (eds.), Vidas sin pan. El hambre en la memoria de la posguerra española, Granda, Comares, 2023.
Índice de la obra
El hambre y la vida cotidiana: elementos de reflexión historiográfica. 15
Capítulo 1. UNA ECONOMÍA PARA GANAR LA GUERRA.. 20
1.1.Una economía adaptada a la guerra total 20
1.2. Una producción insuficiente para alimentar al pueblo. 23
1.3.Comprar fuera lo que falta dentro: el mercado exterior. 30
1.4. Contener la descomposición: el control del mercado interior. 36
Capítulo 2. LA REPÚBLICA RACIONADA.. 55
2.1. La seguridad alimentaria como una obligación del Estado republicano. 55
2.2. Nutrición, una nueva ciencia con valor político. 57
2.3. Racionamiento y guerra: problemática de una relación indisoluble. 62
Capítulo 3. La evolución de la gestión de los abastecimientos. 95
3.1. La Comisión Nacional de Abastecimientos. 95
3.2. El gobierno de Negrín y la centralización: La Dirección General de Abastecimientos. 103
3.3. Las cooperativas de consumo: canales alternativos con apoyo oficial 119
Capítulo 4. Mercados clandestinos: estrategias de abastecimiento alternativas. 127
4.1. El mercado negro: una experiencia compartida. 127
4.2. La otra cara de la moneda: el mercado negro como una respuesta necesaria. 132
4.3. Desde el niño al inspector. El mercado negro como una realidad universal 135
Capítulo 5. Protesta, pan y hambre. Valor político de los abastecimientos. 168
5.1. Enemigos del pueblo en una retaguardia erosionada. 168
5.2. Pan y mantequilla, motores tradicionales de la protesta. 175
5.3. Las colas: el escenario de la conflictividad con rostro de mujer. 189
Capítulo 6. El hambre: un arma para la guerra. 216
6.1. Condenar a la escasez y demostrar la caridad. 216
6.2. La miseria de los inocentes como eje para la movilización. 231
Conclusiones. Ni pan, ni paz. 252
Introducción e índice del libro de Alba Nueda Lozano Hambre como arma. La escasez republicana en la guerra civil (1936-1939), Granada, Comares, 2024.
Fuente: Conversación sobre la historia
Portada: Sin título (‘Comedor para pobres’). Casino de Sant Sebastià, Barceloneta, Barcelona, 1936. Arxiu Antoni Campañà
Ilustraciones: Editorial Comares y Conversación sobre la historia
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