La publicación consta de tres partes.  Alberto Sabio se encarga en la primera de presentar a María Domínguez y a la Fundación del mismo nombre creada en 2004 con alguna de sus actividades, como el Documental de 2015 cuyo trailer se incorpora. En la segunda parte, Héctor Vicente realiza una Introducción en la que se resume la biografia de María Domínguez y se comenta la amplia Entrevista de 1932, tercera parte, publicada en el diario «Ahora».  Conversación sobre la historia


 

  1. Presentación

Alberto Sabio

Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza

 

Este fin de semana se ha producido la exhumación de los restos de María Domínguez, primera alcaldesa en la historia democrática española. Sus restos han sido trasladados desde el cementerio de Fuendejalón (Zaragoza), en cuyas tapias fue asesinada, al cementerio de Gallur (Zaragoza), municipio donde fue alcaldesa.

¿Quién fue María Domínguez?

Fue la primera alcaldesa durante la Segunda República, es decir, la primera alcaldesa en la historia democrática española. Fue también una de las pocas firmas femeninas que aparecen en los periódicos nacionales de principios del siglo XX. Pero, a diferencia de sus ilustres contemporáneas (Victoria Kent, Clara Campoamor, Hildegart Rodríguez…), con quienes compartió ideas en pro de la igualdad entre clases y sexos, María Domínguez no desembocó en esas ideas desde una cómoda cuna ni desde refinados colegios.

María Domínguez (1882-1936) nació y creció en la humildad económica. Trabajó duro en labores ingratas y descubrió que podía ser pobre pero no analfabeta. Primero aprendió a leer, luego estudió mientras se ganaba el sustento haciendo medias a máquina, y más tarde opinó y escribió, al tiempo que defendía una enseñanza pública de calidad. María Domínguez vivió otra época, pero también padeció los malos tratos. Los padeció pero no los asumió: abandonó a un marido impuesto, fue perseguida por ello y tachada de libertina. Defendió la República como sistema garante de las libertades y como instrumento transformador de la sociedad.

Demasiadas osadías para una mujer de aquellos tiempos: fue fusilada en septiembre de 1936, en medio de ese terror caliente del verano del 36, y sus restos descansan hoy al pie de un ciprés del cementerio de Fuendejalón. Su trayectoria y su persona fueron silenciadas durante décadas. Quedó en el olvido. Solo en 1999 la DPZ le concedió a título póstumo la medalla de Santa Isabel de Portugal.

La Fundación “María Domínguez”, desde 2004

Desde una visión progresista y una indudable preocupación municipalista, la Fundación María Domínguez se creó en 2004, con el ánimo de estar pegada a la realidad aragonesa, pero despojada en lo posible de prejuicios nacionalistas. Preocupada por los asuntos aragoneses y españoles, la Fundación tiene igualmente vocación por acercarse a los problemas internacionales y de ayuda al desarrollo.

En 2015 estrenamos el documental “María Domínguez. La palabra libre”

María Domínguez. The free Word.
Un documental de Vicky Calavia.

Documental / HD / 28 min. / Enero 2015
Dirección y guión: Vicky Calavia
Edición y postproducción: Emilio Casanova
Cámara y sonido: Alberto Pérez Puyal
Música: Joaquín Pardinilla
Intervienen: Javier Barreiro, Arturo Cejudo, Julita Cifuentes, Javier Fernández, Herminio Lafoz, Pilar Maluenda, Rosa Montero, Rosa María Pérez, Alberto Sabio, Mari Carmen Sánchez.
Diseño gráfico: Oscar Baiges
Patrocinado por la Fundación María Domínguez
Una producción de CalaDoc Producciones
Estreno: 17 de Enero de 2015, Centro Cultural Las Armas, Zaragoza

TRÁILER DEL DOCUMENTAL EN VIMEO

SINOPSIS

Semblanza de María Domínguez Remón (Pozuelo de Aragón,1882 – Fuendejalón, 7-IX-1936, Zaragoza, España). El documental reivindica los valores que ella defendió: la igualdad de la mujer, la libertad de pensamiento, el sufragio universal, el voto femenino, la lucha contra la opresión, la liberación de los prejuicios culturales y religiosos, la enseñanza, la cultura como motor de cambio, la superación, el valor, el amor no impuesto sino elegido libremente, el hecho de plasmar los ideales en acciones concretas. Una revolucionaria de su tiempo.

2. Introducción

Héctor Vicente Sánchez
Doctorando del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea
Universidad de Zaragoza

 

Las fotos que se han conservado de María Domínguez nos muestran un rostro adusto y surcado de algunas arrugas que traslucía que su vida no había sido plácida. La historia se divulgó en 1932 gracias al periodista Vicente Sánchez-Ocaña que había formado parte de la Revista semanal Estampa y  ejercido de redactor-jefe en el diario Heraldo de Madrid. A partir de noviembre de 1930 se incorporó al naciente diario gráfico Ahora, de tendencia republicana moderada, cuyo subdirector era Manuel Chaves Nogales. El 27 de octubre de 1932 se publicó la entrevista a María Domínguez que se reproduce al final. En esta presentación se completa la información de la entrevista con diversos datos que proceden de la bibliografía consultada y permiten conocer la agitada vida de este personaje singular con un final muy poco feliz. [1]

Reportaje de Mario Alegría en el Heraldo de Aragón, 27 de octubre de 1932. En la fotografía aparece María Domínguez con su familia

Nuestra protagonista nació el 1 de abril de 1882 en el pueblo de Pozuelo de Aragón, provincia de Zaragoza, en el seno de una familia de jornaleros humildes que no sabían ni leer ni escribir. Esta difícil situación hizo que asistiera pocos años a la escuela y desde muy pronto tuviera que iniciarse en el mundo laboral dedicándose a labores agrícolas como espigar, vendimiar o recoger olivas. En medio de la dura vida del campo comenzó a desarrollar una de sus grandes aficiones: la lectura. Durante aquellos años leyó todo lo que pasó por sus manos y, como contaba la propia María, a su padre “por la noche cuando volvíamos del trabajo, en tanto que mi madre preparaba la cena me contaba cuentos y milagros de los santos”.

Cuando cumplió los 18 años sus padres, buscando lo que creían  mejor para ella, le concertaron un matrimonio que al final, con el maltrato, tuvo todas las inconveniencias posibles. Esta situación se prolongó durante siete años hasta que en 1907 cansada de vejaciones y humillaciones, decidió marcharse de casa. En la entrevista se relatan las distintas vicisitudes de la huida hasta llegar a Barcelona para dedicarse a servir, la lucha con la familia, la posterior marcha a Zaragoza, la promoción que supuso comprarse una máquina de hacer medias que le permitió ganarse la vida sin necesidad de servir en otras casas ni tener que trabajar en el campo…

Reportaje publicado en Crónica, 30 de octubre de 1932

La mejora en sus condiciones de vida le posibilitó dedicar más tiempo a sus dos grandes pasiones: la lectura y la escritura. Un día “se me ocurrió mandar uno de mis artículos a El País” consiguiendo que se lo publicasen, momento a partir del cual se planteó “¿es que puedo escribir en los periódicos?” De este modo iniciaba su carrera periodística que continuó como colaboradora en el semanario Ideal de Aragón dirigido por el republicano Venancio Sarria Simón. En este periódico María Domínguez firmó con el seudónimo de Imperia. En su estancia en Zaragoza quiso también estudiar magisterio y para ello concurrió a los exámenes de acceso a la Escuela Normal en 1914 pero el resultado fue negativo. Su oportunidad en el mundo de la docencia le llegaría en 1917 cuando un amigo le proporcionó trabajo de maestra en el pueblecito vitoriano de Mendiola. Este empleo le permitió abandonar la máquina de hacer medias y simultanear su labor docente con sus estudios para conseguir el ingreso en la Escuela Normal de Pamplona, el cual finalmente logró.

Esta situación fue efímera pues cayó enferma dos veces, una de ellas debido a la llamada ‘gripe española’ que asoló Zaragoza en 1918. Durante su periodo de convalecencia fue asistida por las amistades que había hecho en su periodo de colaboradora en el Ideal de Aragón. Pilar Ginés, militante socialista y mujer de Venancio Sarria Simón, le prestó el dinero que necesitaba y le facilitó las medicinas y alimentos que precisó. Otro antiguo compañero, el médico anarquista y masón Miguel Alcrudo, la atendió durante todo el periodo de baja de forma desinteresada. En la entrevista se relata la vuelta al campo, el segundo matrimonio y la residencia en Gallur de donde procedía su marido y el inicio de la actividad sindical   con la organización en los últimos años de la Dictadura de la sección local de la Unión General de Trabajadores de la que posteriormente María se separaría.

Las 17 alcaldesas de la provincia de Zaragoza posan con el alcalde de la capital y con el gobernador civil durante la recepción que se les ofreció en 1933 (entre ambos, María Domínguez) para un reportaje de Manuel Casanova en Crónica: Emilia Rodríguez (Almochuel), Concepción Cortadé (Alpartir), Antonia Bosque (Ardisa), Jerónima Sebastián (Balonchán), Cecilia Latre (Bureta), Josefina Candé (Clarés de Ribota), Estrella de las Nieves García (El Frasno), Victoriana Cereza (Gelsa), Clementina Bilbao (Lituénigo), Adelina Muñoz (Lobera de Onsella), Isabel Pemán (Magallón), Felipa Elizondo (Novillas), María Gil (Tiermas), Manuela Blasco (Torrellas), Elvira Antorán (Villanueva de Huerva). Todas maestras, excepto María Gil.

Este activismo la incitó a escribir de nuevo en la prensa. Lo hizo en el semanario socialista Vida Nueva que comenzó a publicarse en mayo de 1930 en Zaragoza. Pero las tensiones internas surgidas en el sindicalismo ugetista gallurano le hicieron que decidiera alejarse de dicho órgano y de su prensa. Su popularidad motivó que una vez proclamada la Segunda República volviera a ser reclamada en la escena pública. A María le fue realizado el encargo de elaborar el texto que iba a cerrar la manifestación organizada en Pozuelo de Aragón para celebrar la instauración del nuevo régimen. Fue también solicitada su cooperación para que participara en unas jornadas de exaltación y difusión del régimen republicano entre el colectivo de las mujeres. Esta labor le llevó a realizar varias conferencias a lo largo de 1932 por las provincias de Huesca y Zaragoza. Su gran oportunidad en el mundo de la política llegaría en el verano de 1932 cuando en el mes de julio el gobernador civil de Zaragoza, Manuel Álvarez-Ugena militante de Acción Republicana, destituyó al Ayuntamiento de Gallur y el 28 de julio puso al frente del mismo a María Domínguez Remón. De este modo se convertía en la primera mujer en acceder a la alcaldía en un régimen democrático en España. Antes que ella ya había habido otra mujer Alcaldesa. Matilde Pérez Mollá había ejercido el cargo en el pueblo valenciano de Quatretondeta durante la Dictadura de Miguel Primo de Rivera entre el 27 octubre 1924 y el 1 enero 1930.

Como primer punto del programa municipal del Ayuntamiento presidido por María Domínguez figuró la construcción de un edificio para escuela porque el existente estaba muy defectuoso. También emprendió la tarea de sanear las arcas municipales para obtener fondos con los que realizar obras en las infraestructuras y aplicó la legislación social en el terreno laboral frenando las jornadas abusivas y los bajos salarios. Durante su estancia al frente del consistorio asistió, en octubre de 1932, al XVII Congreso de la Unión General de Trabajadores celebrado en el teatro Fuencarral en el que ejerció de secretaria en la décima sesión. Las críticas a su gestión no tardaron en surgir y decidió cesar en el cargo en febrero de 1933 volviendo a su vida en el hogar y dedicándose a educar a unos cuantos niños que acudían a la escuela de Gallur por las tardes. Ese mismo año también fue publicado su libro Opiniones de mujer que contenía el texto de una conferencia que iba a impartir en Monzón pero que, como la propia autora exponía, no había sido dada por causas que omitía. En el texto se abordaban cuestiones sobre qué era el feminismo, el papel que debía jugar la mujer en las leyes o si ésta era inferior al hombre. La obra contó con un extenso prólogo de la prestigiosa Hildegart Rodríguez. Iniciado el golpe de Estado María no fue molestada, pero aún así decidió refugiarse en Pozuelo en casa de su hermana, una persona de derechas bien conceptuada por el nuevo régimen. Permaneció allí durante quince días convencida de que no había hecho nada malo por lo que nada podía pasarle.

María Domínguez con los alguaciles del ayuntamiento de Gallur (imagen del reportaje de Heraldo de Aragón)

Pero María tenía todas las cartas posibles para no seguir pasando desapercibida: sindicalista, defensora de la República y de la legislación laboral, feminista… y maestra.»Escuelas, Escuelas». El 7 de septiembre de 1936 fue fusilada en las tapias del cementerio del cercano pueblo de Fuendejalón. Su marido también lo sería unos días después en Tabuenca. Instaurada la Democracia, la Diputación Provincial de Zaragoza le concedió, a título póstumo, la medalla de Santa Isabel en 1999. Su nombre también ha servido para nombrar calles en Zaragoza y Gallur, así como para designar centros escolares en el pueblo que la vio ejercer de alcaldesa.

 

[1] BERNAD, Enrique y Enrique SARASA: Los nombres de la rosa, Zaragoza, Doce Robles, 2019, pp. 112-114.

Lápida dedicada a María Domínguez Remón en el cementerio de Fuendejalón

CIFUENTES, Julita y Pilar MALUENDA: “DOMÍNGUEZ REMÓN, María”, en Enrique BERNAD ROYO (coord.): República y republicanos. Socialistas y republicanos de izquierda en Zaragoza y provincia, 1931-1936, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2003, pp. 155-159.

CIFUENTES, Julita y Pilar MALUENDA: “María Domínguez y Pilar GINÉZ, dos vidas rotas”, en Ángela CENARRO LAGUNAS y Víctor PARDO LANCINAS (eds.): Guerra civil en Aragón 70 años después, Zaragoza, Gobierno de Aragón, Centro del Libro de Aragón, 2006, pp. 197-207.

DOMÍNGUEZ, María: Opiniones de mujeres, Madrid, Editorial Castro, 1933.

LAFOZ RABAZA, Herminio: Diccionario biográfico del socialismo en Aragón (1882-1939) II. Zaragoza provincia, Zaragoza, Comuniter, 2016, pp. 153-154.

MARTÍN NÁJERA, Aurelio (dir.): Diccionario biográfico del socialismo español. 1879-1939, A-L, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 2010.

 

3.ENTREVISTA:«Ahora» 27 de octubre de 1932

Portada: María Domínguez Remón, detalle de la foto de portada del reportaje en la revista Crónica del 30 de octubre de 1932

 

Ilustraciones: Conversación sobre la historia

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