Margarita Ibáñez Tarín
Doctora en Historia Contemporánea

 

La revista portuguesa Seara Nova cumple 100 años

La revista Seara Nova (1921-2021) cumple 100 años y en Portugal se ha celebrado con ciclos de conferencias, muestras itinerantes y una gran exposición en la Biblioteca Nacional de Portugal. En un dossier que enlazamos al final de esta presentación, algunos de los más reconocidos investigadores de Historia Contemporánea de Portugal escriben sobre la importancia que tuvo Seara Nova como instrumento catalizador de las distintas expresiones ideológicas de resistencia contra la dictadura salazarista a lo largo de su siglo de existencia. La celebración del centenario de Seara Nova pretende mostrar a la ciudadanía portuguesa la pertinencia que siguen teniendo en la actualidad los principios fundadores de este proyecto ideológico y cultural antifascista, ahora de nuevo amenazados por las modernas caras que está adoptando la ultraderecha en Europa.

La revista nació en una reunión celebrada en el despacho del director de la Biblioteca Nacional de Portugal, Jaime Cortesão, en 1921 y el primer número de Seara Nova se publicó el 15 de octubre de ese mismo año. A los fundadores Jaime Cortesão, Raul Proença, Aquilino Ribeiro y Câmara Reis se unieron más tarde otros intelectuales como António Sérgio, Faria de Vasconcelos, Ferreira de Macedo, Francisco António Correia y Raul Brandão.

Números de la revista de 1921 (foto: Calouste Gulbenkian Museum)

Se vivían en Portugal en ese momento los últimos años de la I República (1911-1926).  El final de la monarquía, derribada por agotamiento en 1910, había dado paso a un periodo lleno de ilusiones para las élites intelectuales, que intentaron en vano impulsar cambios en el terreno de la secularización del Estado, de la educación, del liberalismo político y del reformismo social. A pesar de los esfuerzos, no se dieron pasos consisten­tes para democratizar el sistema político y no se pudo evitar el fracaso de la República. El nuevo régimen logró dar un adiós definitivo a la monarquía, pero se mantuvo ancorado en la tradición liberal y elitista del siglo XIX y no consiguió atraer la confianza de las masas obreras y rurales. La participación de Portugal del lado de los aliados en la Primera Guerra Mundial agravó todavía más las tensiones políticas y suscitó un fuerte rechazo social hacia los gobiernos republicanos. El coste de la guerra empeoró la situación financiera y el desabastecimiento y la inflación degradaron los niveles de vida de las clases medias y populares. Fue una época convulsa, castigada por las movilizaciones huelguísticas reprimidas sin contemplaciones y por los continuos cambios de gobierno, que apenas duró 16 años.[1]

El deseado regeneracionismo republicano fracasó y fue definitivamente liquidado en mayo de 1926 con el golpe de Estado que instauró la dictadura militar, iniciándose un periodo transitorio —caracterizado por un equilibrio inestable resultante de la lucha entre republicanos liberales y conservadores, por un lado, y fuerzas antiliberales, por otro— que condujo a la definitiva consolidación del Estado Novo en 1932, ya con Salazar como dictador.

asalto de la PIDE a Seara Nova
Los fundadores de Seara Nova

El fundador de la revista Seara Nova, Jaime Cortesão (1884-1960), escritor e intelectual, que ejerció el cargo de director de la Biblioteca Nacional de Portugal entre 1919 y 1927 y en cuyo despacho se gestó el proyecto editorial, estuvo muy vinculado a España en los años de la Segunda República y la guerra civil. Llegó a Madrid en 1931, después de un breve exilio en París, y siendo como era republicano y masón no le fue difícil encontrar acomodo en la capital. Desde allí lideró uno de los núcleos más activos de la resistencia contra Salazar, el llamado “grupo de los Budas”, vinculado a la Liga de París. Se trataba de un núcleo de disidentes portugueses establecidos en la capital de Francia en torno al último presidente de la I República portuguesa Afonso Costa. Jaime Cortesão sirvió de enlace en ese tiempo entre la Liga de París y el gobierno republicano español. Sus contactos principales en España fueron los políticos Manuel Azaña y Marcelino Domingo, así como el financiero Horacio Echevarrieta, que ayudó a sufragar la compra de armamento para llevar a cabo la revolución en Portugal. En 1934, durante el bienio negro, Jaime Cortesão fue obligado a salir de España acusado de la adquisición y transporte de armamento.[2] Más tarde, en 1936, con el triunfo del Frente Popular, regresó a Madrid y continúo participando en la reorganización de los antifascistas portugueses exiliados y en la creación del Frente Popular portugués. En 1937, participó en Valencia en II Congreso de Internacional de Escritores Antifascistas con una ponencia donde puso de manifiesto que el destino del pueblo portugués estaba ligado a la suerte de la causa republicana española:

Os portugueses saben que a sua liberdade e a dos demais povos está ligada à sorte da guerra em Espanha. E saben que dei depende todo o futuro da civilisaçâo. Pis se acaso o fascismo tivesse que vencer —coiisa que mente repele por monstruosa e contraria ao sentido total da Historia— êsse cataclismo social representaría para todos os homens a negaçâo, porventura para sempre, da liberdade e da justiça para os crentes a negaçâo, menos trágica e irremediavel do propio Deus.[3]

Todos los fundadores de Seara Nova pertenecían a esa élite republicana ilustrada y regeneracionista que intentó en vano transformar el país durante la I República con una confianza plena en la educación como motor de cambio de las viejas estructuras. No en balde, cuatro de los ocho fundadores de la revista eran grandes pedagogos, António Sérgio, Ferreira de Macedo, Faria de Vasconcelos y Jaime Cortesão y, otros dos, Cámara Reis y Raul Proença, fueron profesores y bibliotecarios.

Raúl Proença (imagen: Wikimedia Commons)
Aquellos años locos de la pedagogía

En las primeras décadas del siglo XX, en Portugal y en España se compartía el mismo afán de regeneración y renovación educativa. Un tiempo que puede ser considerado “la edad de oro de la Pedagogía” en Europa. En la península Ibérica se trabajó con entusiasmo para introducir las nuevas tendencias de renovación pedagógica que estaban triunfando en el continente. En España, la Junta de Ampliación de Estudios (JAE) en sus casi tres décadas de existencia (1907-1939) propició que un grupo muy sobresaliente de profesores viajaran y conocieran la realidad educativa de otros países de nuestro entorno europeo.[4]

Portugal quiso seguir los pasos de esta institución e impulsó similares iniciativas en los años de la I República. Una de las personas que más interés puso en la creación de una Junta de Ampliação dos Estudos en Portugal, fue António Sergio, director de Seara Nova, y ministro de educación en la I República.[5] Sin embargo, su intento resultó infructuoso y la Junta de Educação Nacional solo vio la luz en 1929, ya bajo la dictadura militar que puso fin a la I República.[6]  António Sérgio fue uno de los intelectuales más importantes de la vida cultural y política portuguesa del siglo XX. Filósofo, publicista, sociólogo y ensayista, se distinguió en particular por su labor de pedagogo.

Pedagogos portugueses, como los fundadores de Seara Nova António Sérgio y Faria de Vasconcellos, y numerosos maestros españoles viajaron en ese tiempo hasta el templo de la Education nouvelle en Ginebra, el Instituto J.J. Rousseau, fundado en 1912 en esta ciudad por el médico Edouard Claparède y el educador Pierre Bovet, y dirigido desde 1921 por Jean Piaget. El Instituto no sólo fue un centro investigador, sino que también se convirtió en aglutinador de las principales figuras de la psicopedagogía europea.[7] En Portugal y en España se apostó por becar a estos jóvenes profesores para que contribuyesen después a la modernización de nuestros países.[8]

Los hombres de Seara Nova tienen mucho en común con nuestros institucionistas Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate, Nicolás Salmerón, y José Castillejo. Y mucho que ver, también, con el profundo influjo que la Institución Libre de Enseñanza dejó en Ortega y Gasset y en la Revista de Occidente, fundada en 1923, dos años después de Seara Nova. Participan de la misma idea de que hay que educar a la opinión pública. La revista portuguesa comparte con la Revista de Occidente el mismo elitismo en sus orígenes y la misma proyección en tierras americanas —Seara Nova se ha difundido siempre en Brasil, sobre todo en los tiempos en los que algunos de sus fundadores, como Jaime Cortesão, estuvieron exiliados allí— pero se diferencia de Revista de Occidente en la continuidad de su trayectoria. Seara Nova ha conseguido la gran hazaña de sobrevivir y mantenerse sin interrupción durante los últimos cien años, aunque no sin dificultades. La Revista de Occidente, sin embargo, fundada en 1923 por José Ortega y Gasset, con un importante papel en la difusión de la cultura española y europea en el mundo hispanoamericano, ha sufrido diversas vicisitudes. Desapareció tras una primera etapa (1923-1936), reapareció en las últimas décadas del franquismo (1963-1975) y volvió de nuevo a ver la luz en 1980 hasta la actualidad.

Seara Nova bajo el salazarismo

De los 100 años de historia de la revista Seara Nova, más de la mitad de su existencia la ha pasado bajo la dictadura salazarista. En ese tiempo, la trayectoria de Seara Nova no estuvo exenta de dificultades. Tras el golpe militar del 28 de mayo de 1926 en Portugal, se instauró un régimen de censura previa y todas las publicaciones debían ser supervisadas antes de su publicación. Desde 1933 hasta 1975, funcionó la censura oficialmente bajo el Decreto Ley N.º 22.469 de la Constitución. Portugal se convirtió en un Estado policial y las tareas represivas, entre las que también estaba la de la censura, se concentraron en manos de las fuerzas de seguridad, especialmente en la policía política. Desde 1933 fue la PVDE, luego en 1945 rebautizada PIDE, fue la que acaparó en Portugal el sistema de represión política en colaboración con el sistema judicial. A partir de este momento son cotidianas en la prensa periódica las supresiones, modificaciones, cortes, tachaduras, eliminación de palabras, expresiones y párrafos enteros. La revista Seara Nova fue objeto desde el principio de esta represión impuesta por la dictadura.

Seara Nova a lo largo de su historia fue siempre una plataforma que reunió a intelectuales de diversos sectores ideológicos comprometidos con la denuncia del régimen y el fortalecimiento de la lucha antifascista. Con el final de la Segunda Guerra Mundial —al igual que ocurrió en nuestro país— el régimen salazarista no vivió una efectiva liberalización, antes bien la labor de la policía política se intensificó en cuanto a la persecución de demócratas, comunistas y disidentes, en general. Las peticiones de amnistía para los presos políticos y del cierre definitivo del campo de concentración de Tarrafal en la isla de Cabo Verde fueron algunas de las principales reivindicaciones que llevaron a la creación del Movimento de Unidade Democrática (MUD), constituido el 8 de octubre de 1945 en el centro Almirante Reis de Lisboa. Entre sus miembros, profesores y otros profesionales liberales, hubo muchos colaboradores de Seara Nova que se unieron al movimiento para reclamar un adelanto de las elecciones y la supresión de la PIDE y de la censura.

La revista desarrolló, desde su fundación en 1921 hasta finales de los años setenta, una labor impregnada de lo que se ha denominado el “espírito seareiro, que se ha caracterizado por el pluralismo ideológico en la creación de una obra cívica, cultural y pedagógica excepcional, centrada en la búsqueda de soluciones a los problemas estructurales de la sociedad portuguesa, cuyo diagnóstico sistemático fue siempre una de sus primeras preocupaciones. En la primera editorial de la revista, publicada el 15 de octubre de 1921, ya quedó establecido el citado “espírito seareiro”

“A SEARA NOVA representa o esfôrço de alguns intelectuais, alheados dos partidos políticos mas não da vida política, para que se erga, acima do miserável circo onde se debatem os interêsses inconfessáveis das clientelas e das oligarquias plutocráticas, uma atmosfera mais pura em que se faça ouvir o protesto das mais altivas consciências, e em que se formulem e imponham, por uma propaganda larga e profunda, as reformas necessárias à vida nacional”.

Portada de Seara Nova de mayo de 1974

LA REVISTA EN LA ACTUALIDAD:

https://searanova.publ.pt/

EL DOSSIER DE LOS HISTORIADORES en Esquerda.net

https://www.esquerda.net/topics/dossier-337-cem-anos-da-seara-nova

[1] DE LA TORRE GÓMEZ, Hipólito, El Portugal de Salazar, Madrid, Arco Libros, 1997, pp. 10-14.

[2] IBÁÑEZ TARÍN, Margarita, “Jaime Cortesão, los budas y el escándalo del caso Turquesa en la II República”, Conversación sobre la Historia, 10 de diciembre de 2018.

[3] Jaime Cortesão, “Ponencia de la sección portuguesa de la Asociación Internacional para la Defensa de la Cultura”, AZNAR SOLER, Manuel y SCHNEIDER, Luis Mario (Eds.), II Congreso Internacional de escritores antifascistas (1937). Ponencias, Documentos y testimonios, Barcelona, Editorial Laia, 1979, pp. 148-154.

[4] Leoncio López-Ocón, “La proyección internacional de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas: El caso de los pensionados en Portugal”, en Augusto José Dos santos Fitas, María de Fátima Nunes, Martha Cecília Bustamente, A Junta de Educação Nacional e a investigação científica em Portugal no periodo entre guerras, Casal de Cambra, Portugal, 2013, p. 12.

[5] Quintino Manuel Junqueira Lopes, “A Junta de Educação Nacional (1929-1936), tesis doctoral presentada en la Universidad de Évora, julio de 2017, p. 36.

[6] Ibid, p. 33.

[7] António Nóvoa, “António Sérgio”, Perspectivas: revista trimestral de educación comparada, París, UNESCO, Oficina Internacional de Educación, vol. XXIV, n.°3/4, 1994, pp. 511–528. En 1926, tras el golpe de Estado en Portugal y la implantación de la dictadura militar, António Sérgio se exilió. Se estableció en París, desde donde llevó a cabo actividades de opositor político y escribió ensayos sobre cuestiones pedagógicas.

[8] Joaquim Pintassilgo, “Imagens e Leituras da Educação Nova em Portugal. Os relatórios de bolseiros portugueses em visita a instituições educativas europeias (1907-1909), en José Gondra e Ana Chrystina Mignot (orgs.), Viagens Pedagógicas, S. Paulo: Cortez Editora, 2007, pp. 195-216.

Portada: fundadores de Seara Nova en 1921: Horácio Biu (párroco que no formaba  parte del grupo fundador), Faria de Vasconcelos, Raul Proença y Câmara Reys (de izquierda a derecha, de pie); Jaime Cortesão, Aquilino Ribeiro y Raul Brandão (sentados)(foto: Expresso)

Fuente: Conversación sobre la historia

Ilustraciones: Conversación sobre la historia

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