Florentino Rodao[1]
Universidad Complutense de Madrid

 

Introducción

1521 concentra conmemoraciones en el ámbito hispano. Junto a los 200 años de la independencia de un buen número de repúblicas latinoamericanas, están los 500 años de la primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano. Este artículo insiste que no están tan separados, porque la llegada a Filipinas da paso a la futura colonización y a una sociedad con muchos parecidos con las de América Latina. A pesar de la distancia, el mestizaje es una característica crucial para entender ambos territorios en las dos orillas del océano Pacífico y complementa los debates que tuvieron lugar en 1492. Las tres décadas pasadas desde el Quinto Centenario de la llegada de Colón a América permiten una perspectiva más amplia y actualizar ideas. Por un lado, es decisivo incluir a las Filipinas en un debate en el que estuvo ausente y tampoco está de más recordar el papel de los avances científicos, pero el aniversario ayuda también a replantear el creciente papel del indigenismo. Las protestas de 1992 contra los “españoles” son ahora muy diferentes; entonces ni había presidentes étnicamente indígenas ni había derribos de estatuas en unas sociedades aparentemente unidas bajo un mestizaje del que no podían escapar las poblaciones originarias. Ahora, la llegada de los europeos vuelve a suscitar emociones que afectan a toda la sociedad, prohibiendo Filipinas la proyección de una película para niños sobre Magallanes y Elcano y debates que parecen limitarse a “historiadores filipinos frente a españoles,” como se ha expresado en varias ocasiones. Pero hay mucho más en juego en común con América Latina, que afecta tanto a su pasado como a su presente y a su futuro. Este texto es mi contribución a unos debates en los que la referencia al origen de cada historiador debería de ser redundante.

Hace cinco siglos fue el colofón de 1492, tras la llegada al continente americano y la constatación de otra Mar Océana posterior, el joven emperador Carlos V envió varias expediciones, una de las cuales dio por primera vez la vuelta al mundo. Fue un gran logro de la humanidad de la que nos hemos beneficiado todos, entre otras razones porque la ciencia y el creciente contacto directo ayudaron a descartar definitivamente las viejas ideas medievales. Constatar la “redondeza de la tierra,” como denominara Elcano, fue un salto cualitativo para descartar ideas fantasiosas sobre otros humanos (con cabeza de perro u otras leyendas) y ayudó a valorar más la experiencia directa y la comprobación de los datos. En el encuentro de los Ibéricos con otros seres humanos, sin embargo, el salto no fue tan cualitativo.

En España, el debate ha estado ausente, pero en Filipinas el acaloramiento ha llenado multitud de la prensa y las quejas han provocado la no exhibición de la película para público infantil Elcano y Magallanes la primera vuelta al Mundo (2019, dir. Ángel Alonso), que en otras partes de mundo ha tenido una excelente acogida. Por ello, para tratar de responder a las preguntas más frecuentes a propósito del encuentro.

Muerte de Magallanes en la batalla de Mactán según un grabado del s. XIX (imagen: Wikimedia Commons)
Como se consiguió?

1. Mejora de la navegación y de las comunicaciones. Tras los grandes viajeros medievales como Ibn Battuta o Marco Polo, Zheng He abrió la época de las grandes navegaciones, al mando de unas grandes escuadras chinas que cruzaron el océano Indico y llegaron, al menos, hasta África Oriental. Los portugueses les siguieron con los grandes descubrimientos marítimos que permitieron cruzar los océanos sin buques tan gigantescos como los chinos. Pero no podemos olvidar, como ha señalado la profesora Felice Noelle Rodriguez, los crecientes avances en la navegación, en especial a lo largo del Océano Indico el más concurrido en el mundo durante muchos siglos. Tras muchos errores y con muchas pérdidas humanas, encontrar el camino para entrar en el Océano Pacífico desde América a través del Estrecho de Magallanes fue un gran logro.

2. Mejora occidental en el armamento. Tal como señala Geoffrey Parker, la superioridad tecnológica occidental ha compensado su inferioridad numérica en muchas ocasiones, pero además ha configurado sus estructuras organizativas: «los estados hacen las guerras, pero las guerras también hacen los estados «[2] (p.8).

3. Guerras comerciales. El comercio de especias fue especialmente beneficioso en la Edad Media. Durante años habían sido monopolio de los árabes, después la monarquía portuguesa se lo arrebató y monarquía castellana quiso hacer lo propio, aunque el monopolio definitivo lo consiguieron los norteuropeos. En especial, la expresión más sofisticada de capitalismo en esos momentos, la neerlandesa VOC.

4. Ensoñaciones que han permitido encontrar tripulantes y aventureros. Los problemas para embarcar buenos navegantes eran recurrentes; muchos preferían emigrar cuando iba a haber una gran expedición, y las autoridades hacían lo posible por convencerles. Urdaneta, por ejemplo, recibió la orden del Rey de embarcarse en el barco, sin poder abrir las instrucciones hasta que no estaba ya mar adentro, sin posibilidades de regresar. Si se pudo contar con tripulaciones dispuestas a embarcar, a pesar de tantas posibilidades de fracasar, fue gracias a las Mirabilias, que llevaban a minusvalorar los infinitos peligros aún desconocidos a cuanta de esas maravillas que compensaran los sufrimientos. Miles de soñadores-aventureros-tripulantes se embarcaron en buques para alcanzar leyendas imaginarias, como las islas de oro y de plata y convertirse en inmensamente ricos de la noche a la mañana. Algo parecido a los misioneros deseando convertir infieles, aunque no en ese viaje de Elcano y Magallanes.

El Océano Índico según el Atlas Miller de 1519 (Biblioteca Nacional de París)
¿Quien fue el primero en dar la vuelta al mundo?

Quizás por fortuna, no se sabe bien. El que recibe más honores por ello, Fernando de Magallanes, no acabó el viaje. Su esclavo, quizás llamado AnRyk, pudo ser quien primero dio la vuelta al mundo, porque comenzó el viaje antes que los demás. Y Juan Sebastián Elcano, que comandaba el barco al regresar, nunca es mencionado por el italiano Antonio de Pigafetta en el relato principal sobre la circunnavegación.

¿Como fue el encuentro?

Propio de la época. Aunque las instrucciones eran de usar la diplomacia en la medida de lo posible, para arrebatar el negocio de la especiería (que sólo se producían en las islas Molucas, en la actual Indonesia) serían necesarias otras medidas. Como en tantas otras ocasiones, hubo búsqueda de aliados, problemas, hambre, alcohol, sexo, relaciones cambiantes y, por supuesto, violencia. La universalidad del lenguaje de las armas y la necesidad de comer llevó a los navegantes a comportamientos que pueden denominarse piráticos frente a otros buques, incluso con situaciones dantescas en Palawan (Poluan), donde se apropiaron de arroz, gallinas y algunos otros animales a cambio de ofrecer la “protección” real. Danny Gerona recuerda que las instrucciones del emperador Carlos I eran descubrir y no conquistar, pero en ese mismo momento Hernán Cortes estaba conquistando Tenochtitlán, la capital de los aztecas, en una zona más conocida. Es fácil pensar que, si se hubiera sabido más sobre la Especiería y su entorno, las instrucciones habrían sido distintas.

Lo más importante, de cualquier manera, es el viaje de exploración,[3] en el que no solo descubrieron el estrecho que separaba el océano Atlántico con el Pacífico o cruzaron el Indico por una zona totalmente desconocida para evitar toparse con portugueses. Lo hicieron, además, con unos medios precarios, sin capacidad de almacenar comida (el buque que llevaba más sal regresó desde el estrecho de Magallanes) y con continuos bombeos de agua, a cargo de una veintena de esclavos asiáticos, de los que llegan a Europa una docena y que desaparecen de la documentación, de hecho apenas se han encontrado siete nombres.

Mapa de Molucas por Willem Blaeu (1630)
¿Se puede comparar el encuentro de 1521 con otro?

Quizás con la llegada de Legazpi, casi medio siglo después. Para entonces, China había comenzado un sistema estable de pagos de impuesto en plata que le hizo absorber plata de todo el mundo, incluida la de Perú y México. Esta necesidad de la economía que entonces suponía en torno al 40% del Producto Mundial Bruto, según Agnus Maddison, provocó intercambios importantes de bienes (metales preciosos) e incluso se puede hablar de una primera globalización. Manila fue su capital, a tenor de las cantidades altísimas de plata intercambiadas anualmente y provocó la primera línea de navegación estable, el Galeón de Manila-Nao de Acapulco, cruzando el océano Pacífico durante más de dos siglos. En el último tercio del siglo XVI, además, la Corona ya sabía de las crueldades que estaban cometiendo los colonos españoles e intentó limitarlo en Filipinas. En definitiva, solo después de medio siglo los españoles contaron con un contexto que les permitiera el éxito de esa base estable en Asia para comerciar y cristianizar.

Monumento al «pacto de sangre» entre Miguel López de Legazpi y el jefe local Datu Sikatuna, en Tagbilaran (foto del blog Zumárraga en Filipinas)

 

¿Quiénes se encontraron?

Gentes con mentalidades muy simples provenientes de sociedades pre-modernas. Los europeos si tenían una tecnología mejor de navegación y de armamento, pero su mentalidad seguía siendo medieval y su fidelidad era a dinastías locales. Ni existían Filipinas ni España tal como se conciben ahora; cuando se autorizó a que el emperador Carlos V buscara a una esposa “de estos Reynos,” nadie protestó porque la elegida fuera una portuguesa. La unión política de Castilla y Aragón, y de Navarra desde 1512, ya empezaba a trascender las identidades locales y el uso del término “España” se iba popularizando, a tenor de la documentación. Una fecha que puede considerarse significativa coincide con el viaje de vuelta al mundo: el comienzo de la Grandeza de España a partir de 1520, para definir a los nobles de alto rango que antes se denominaban Grandes del Reino. Según el profesor Enrique Martínez Ruiz, los italianos tuvieron un papel decisivo, por la confusión con sus contactos con la península: las tropas estaban mandadas por un castellano defendiendo intereses aragoneses, además el rey de Aragón pasó a ser gobernador de Castilla y rey de Nápoles. Los venidos de la antigua Hispania Romana, por tanto, tendieron a ser denominados “hispanioles” o sea, españoles.

Ilustración de la Carta Hidrográfica de Filipinas (1734) de Pedro Murillo Velarde
¿Quién salió perdiendo en el encuentro?

Primero, los muchos muertos y contagiados, bien por las armas superiores españolas, bien por las estrategias de sus adversarios, bien por enfermedades (escorbuto, sífilis…), hambre y demás contratiempos que, como es normal, fueron más numerosos. El único dato fiable es el de la tripulación, apenas regresó el 5% a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522, aunque es preciso recordar los 13 (quizás 12) esclavos asiáticos y los que retornaron a la península en otros momentos, hasta llegar a 87.

Más allá del contacto directo, los habitantes del archipiélago filipino perdieron poder político sobre su destino a raíz de una segunda expedición, como les ocurrió después a los chamorros de la Marianas y a tantos habitantes de América Latina. En Filipinas no hubo genocidios, pero si en la vecina Guam, donde pocos adultos quedaron vivos tras sofocar la rebelión contra el dominio español en 1680. En cuanto a la explotación de los habitantes, fue menor en el caso de Filipinas, según Luis Alonso Álvarez, en parte por el predominio de los religiosos, que evitaron la llegada de laicos.

Los efectos indirectos de ese dominio extranjero han sido los más dañinos. Los habitantes perdieron una parte de su identidad y pasaron a minusvalorar su cultura y a ellos mismos. Los datus y resto de líderes locales pasaron a ser considerados “reyezuelos” y con términos derogatorios parecidos. Y a partir del siglo XIX y el auge de las teorías raciales, sus cuerpos, su color y su complexión pasaron a ser considerados inferiores, menos inteligentes que los de los europeos. El blanqueamiento fue una obsesión en muchos países y el desprecio hacia los que no lo eran generalizado.

Grabado de Alphonse Pellion (1796-1868) que recrea la vida en la isla de Guam antes de que fuera colonizada por los españoles (imagen: blog El mentidero de Mielost)
¿Hubo beneficios?

Los locales tuvieron muchos avances gracias al contacto, desde las nuevas palabras o esa tecnología avanzada que llevó a unos textiles mejores, como ha estudiado Stephanie Marie Coo. En algunos casos, como en la religión, los habitantes lo apropiaron como si fuera algo propio, en parte como forma de protesta contra el poder político. Pero quieres pusieron las normas fueron los españoles y lo hicieron en beneficio de su permanencia como dominadores.

¿Hubo diferencias con otras interacciones cercanas?

El ejemplo de las Molucas permite comprobar que los imperios ibéricos tuvieron un impacto muy ligero cuando no hubo cristianización. La presencia de España y Portugal fue producto de una interactuación entre iguales; Antonio Carlos Campo López muestra que los ibéricos se beneficiaron del conocimiento local y Bondan Manan que proveyeron seguridad a los gobernantes locales que comerciaban especias, en el caso de los portugueses principalmente con los de Ternate y los castellanos con los de Tidore. Y con el tiempo, ese imperio Ibérico no sólo perdió territorios sino que las dificultades sobrevenidas llevaron al final de su presencia y dominio absoluto del imperio holandés, como muestra Jean-Noël Sanchez.

Carta hidrográfica …
¿Cuál es la principal característica de la colonización ibérica en Filipinas y Marianas?

Para mí, el predominio de la evangelización en el lazo largo. Un ejemplo significativo son las masacres en la isla de Guam, porque se mataba a los padres, pero se entregaba a sus hijos a los misioneros para bautizarlos. La muerte del beato Diego de Sanvítores que desencadenó esa rebelión tiene rasgos que son difícilmente imaginables entre misioneros del norte de Europa: bautizó a un niño a pesar de la oposición de su padre, que al enterarse le mató. Al beato le importaba el alma de ese niño y, por decirlo en términos actuales, no podía permitir que el “negacionismo” de su padre le llevara al infierno.

El principal resultado de ese enfoque en la evangelización son las sociedades mestizas. Los foráneos tuvieron un camino claro para ser parte de la sociedad, esto es, cumplir con los preceptos sociales, religiosos e ideológicos establecidos por la Iglesia Católica, esto es Universal. Ello llevó a que la procedencia fuera secundaria y, con ello, al mestizaje. En Filipinas, primero con los chinos y después con los españoles. En América Latina, básicamente con sureuropeos. En el siglo XIX, este mestizaje predominó a pesar del auge de las teorías “científicas” que desdeñaban la mezcla de razas e incluso que las “razas latinas” estaban por debajo de la “raza blanca.” Los mestizos lo rechazaron e incluso desde comienzos del siglo XX proclamaron que ellos eran los “superiores.”

Representación de las Islas Marianas en el relato de la primera vuelta al mundo de Pigafetta (foto: Getty Images)
¿Qué ocurre después de 500 años?

El comienzo del final de esos daños indirectos. La independencia llegó hace ya años, pero en las sociedades mestizas como Filipinas o América Latina quedó soterrada la aportación indígena, que ha predominado en otros territorios. En Indonesia (Indias Orientales Holandesas), por ejemplo, los mestizos fueron marginados pronto en la lucha de la independencia y más allá del mundo hispano, las descolonizaciones han sido básicamente locales vs. colonizadores.

Ahora por primera vez los derrotados de hace 500 años reivindican su propia cultura, su propia identidad y su propio cuerpo, aunque parte sea producto de ese mestizaje. La profesora Felice Noelle Rodriguez se define como a “una mujer parda [“brown,” se traduce también como “aceitunada”] educada en Filipinas”. Y los 500 años, además, han coincido con el BlackLivesMatter, el #metoo y el rechazo a la historia de explotación blanca en Estados Unidos. El legado español está siendo cada vez más contestado, con los ataques a estatuas de Colon, de Isabel la Católica o de tantos otros conquistadores. Simbolizan esa minusvaloración de las culturas locales a raíz de la llegada a América, aunque quizás el gran daño a los indígenas ha sido más reciente, por los colonos que expandieron su riqueza dominando indios y negros, como Borba Gato, el explorador de Brasil que también esclavizó negros e indígenas para excavar minas y para plantar haciendas.

Ilustración de la Carta Hidrográfica de Filipinas (1734) de Pedro Murillo Velarde

Ahora, los indígenas americanos, como los filipinos, están recuperando ese orgullo propio que perdieron hace 500 años. Los campos son más difusos en las sociedades mestizas, son mezcla de los receptores y de los emigrantes, y quizás esa división tan borrosa es la gran duda para el futuro; quizás favorezca concentrarse en lo compartido, quizás lleve a unas disputas internas más apasionadas por la cercanía. De cualquier forma, el indigenismo está pidiendo paso de forma inexorable. El último caso es Perú, en donde la creciente proporción de indígenas es inexorable, como se ha visto en las últimas elecciones democráticas. Se avecinan tiempos difíciles, porque serán necesarios reajustes importantes, y la división interna de la sociedad es muy radical. Hará falta mucha generosidad y, sobre todo, aprender de la historia aunque, como señala Antonio Gramsci, «Enseña, pero no tiene alumnos.”

Notas

[1] Agradezco los comentarios realizados por Enrique Martínez Ruiz, Emma Martinell y Carlos Madrid Álvarez-Piñer, pero también a los participantes en los debates en las reuniones científicas en las que he presentado estas ideas, esto es, el panel “The Pacific: A Retrospective in the context of the 500 Anniversary of Magellan-Elcano First Circumnavigation of the World” (Convencion de Académicos de Asia, ICAS-Casa Asia, Kioto) y en el congreso 500 años del Océano Pacífico. De la primera vuelta al mundo a nuestros días (Universitat Abat Oliba, CEU)

[2] Geoffrey Parker, ed., “Introduction: The Western Way of War”, en The Cambridge History of Warfare (Cambridge University Press, 2005), p. 8.:

[3] Mazón Serrano. Tomas, Elcano. Viaje a la historia (Encuentro, 2020)

Portada: Cuadro del pintor filipino Telesforo Sucgang que recoge la llegada de Miguel López de Legazpi y fray Andrés de Urdaneta a Filipinas (foto: El Correo)

Ilustraciones: Conversación sobre la historia

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