El auge del Nazismo en Alemania dio lugar a una de las etapas más oscuras de la historia del siglo XX, cuyos desencadenantes son aún hoy objeto de debate. En esta columna argumentamos que las medidas de austeridad implementadas a principios de los años treinta, por el Canciller Heinrich Brüning, aumentaron el sufrimiento social, agravando los efectos de la Gran Depresión, la crisis social y financiera, y, en última instancia, contribuyendo a polarizar el electorado alemán. Usando datos municipales, mostramos que fue en aquellas localidades donde se impusieron mayores recortes allí donde los Nazis obtuvieron un mayor número de votos en cada una de las diferentes elecciones que tuvieron lugar de 1930 a 1933. En un ejercicio contrafactual, argüimos que, sin estas políticas de austeridad, el partido Nazi hubiese tenido más dificultades para alzarse al poder en marzo de 1933- Gregori Galofré

 
 
Yago Álvarez Barba

 

«A principios de la década de 1930, las medidas de austeridad en Alemania agravaron el sufrimiento social y contribuyeron a los disturbios políticos que allanaron el camino para el ascenso del Partido Nazi en Alemania”. Esa es la principal conclusión a la que ha llegado el estudio académico Austerity and the rise of the Nazi party publicado por Gregori Galofré Vilà, de la Universidad Pública de Navarra, Christopher Meissner, profesor de Economía de la Universidad de California Davis, Martin McKee, Profesor de Salud Pública Europea en Londres y David Stuckler, profesor de Economía Política de la Universidad de Bocconi.

En dicho trabajo, los cuatro economistas han estudiado los datos de las estadísticas oficiales alemanas de más de un centenar de ciudades y un millar municipios en el período que abarca las cuatro elecciones celebradas entre 1930 y 1933. Los resultados muestran que cada aumento en la profundidad de la austeridad se asoció con un aumento de entre dos y cinco puntos porcentuales en la cuota de votos para los nazis. También han averiguado que los aumentos de impuestos que se realizaron cargando a las clases medias se correlacionan positivamente con el éxito electoral de Hitler.

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Parados frente a una oficina de empleo en Berlín, 1930 (foto coloreada: AKG Images)

Entre 1930 y 1932, Heinrich Brüning, el canciller alemán durante esos dos años que llegó al poder tras el hundimiento del Gobierno de coalición socialdemócrata, redujo notablemente el gasto público, en particular el gasto social en salud y vivienda, y aumentó los impuestos a la renta. En concreto, según la investigación, el gasto real se redujo en un 8% y el gasto real central en un 14%. Las ayudas sociales y de desempleo pasaron a tener un carácter exclusivo (por ejemplo, dejando fuera los jóvenes).Una reducción que recaía sobre unos presupuestos ya mermados por la crisis que suponían alrededor del 30% del PIB alemán en 1928.

Según explican los autores, “en lugar de una política fiscal expansiva para combatir la depresión, los alemanes se vieron obligados a recurrir a un sistema de ayuda cada vez más excluyente y agotado”, lo que provocó que gran parte de la población alemana se tuviera que enfrentar a la inseguridad económica y a la marginación. 

Resultados electorales, austeridad, nazis y comunistas

En concreto, el estudio, concluye que las áreas más severamente afectadas por la austeridad tenían relativamente más votos para el Partido Nazi en todas y cada una de las elecciones federales alemanas entre 1930 y 1933.

Manifestación para reclamar medidas contra el paro, en torno a 1930 (foto: Hulton Archive / Getty Images)

En su estudio han analizado también los trasvases de votos de unos partidos a otros. Los datos apuntan a que el mayor cambio hacia el partido de Hitler provino del Partido de Centro, el que presidía Brüning. Además, sus cálculos, basados en los datos de riqueza y renta de esas ciudades y municipios, muestran que los más desfavorecidos económicamente y los desempleados no cambiaron su voto hacia los nazis, sino que eligieron al partido comunista. Esto es debido a que las clases económicas que se encontraban por encima de los más necesitados, que tenían mucho más que perder con las subidas de impuestos y los recortes de gastos, fueron los que votaron “a los nazis cuando su partido no les proporcionaba alivio económico”.

La austeridad mata y los nazis lo aprovechan

Si el pueblo alemán va a morir de hambre, habrá muchos más Hitlers”, expresó Hjalmar Schacht, ex director del Reichsbank (antiguo banco central alemán), en una entrevista al New York Times en octubre de 1930. Las conclusiones de la investigación avalan dicho argumento. La mayor parte del impacto electoral de la austeridad fue impulsado por los recortes en el gasto social en salud y vivienda, dos de las líneas presupuestarias severamente afectadas por la austeridad. Los datos también demuestran que las localidades que experimentaban una austeridad más severa experimentaban un mayor sufrimiento, medido por la tasa de mortalidad. Dichas zonas en las que más gente moría por culpa de dicha precariedad y donde el Estado dejó de salvar a la ciudadanía, tenían más probabilidades de votar a Hitler.

Cartel creado por Mjölnir [Hans Schweitzer], para las elecciones presidenciales de 1932, en el que se pide el coto a Hitler a los sectores más perjudicados por la crisis (foto: Holocaust Encyclopedia)

Por lo que el estudio concluye que una “austeridad demasiado severa puede desencadenar disturbios sociales y consecuencias políticas no deseadas”. Dicha austeridad dio lugar, en el caso alemán, a “un sufrimiento humano considerable y exacerbó la desigualdad y la falta de equidad. En un momento en que la gente necesitaba más de su gobierno, este les falló, y se vieron atraídos por los cantos de sirena de los partidos populistas radicales”.

Mismas recetas, mismos errores

Si has llegado hasta aquí, no habrás podido evitar pensar en paralelismos con la situación actual, las recetas aplicadas en la anterior crisis y el peligro que supone cometer los mismos errores en las políticas para recuperarse de la actual crisis provocada por el covid-19. La austeridad aplicada en la última década y la solución de recortar derechos sociales tras la crisis del sector financiero, sumada a la pérdida de legitimidad de instituciones que como la Unión Europea las han promovido, han formado un caldo de cultivo perfecto para que los partidos de extrema derecha en toda Europa, Latinoamérica o los Estados Unidos hayan resurgido e incluso llegado ya al poder.

Manifestación nazi pidiendo el boicot a los comercios judíos (foto: bwthegreatdepression.weebly.com)

Al igual que en el surgimiento del fascismo alemán, zonas muy afectadas por dichos recortes han alimentado el descontento y la radicalización del voto hacia posiciones que apuntan a las minorías y al extranjero como fuente de sus males. Los municipios con rentas medias y altas, aquellas que al igual que en Alemania también tenían más que perder con las subidas de impuestos, también han trasvasado en gran medida votos desde partidos de centro derecha a extrema derecha. Los “cantos de sirena” resuenan con fuerza en los congresos de diputados de muchos países. Y esta nueva crisis coloca a la sociedad y a los dirigentes encargados de reconducir la salida en la difícil disyuntiva de elegir entre la austeridad, tal y como hizo Brüning mientras Hitler esperaba su turno, o en políticas de gasto público enfocadas a mejorar la vida de las personas y a asegurar su bienestar, como hicieron la mayoría de las naciones tras la II Guerra Mundial, que llevaron a lo que se conoce como “treinta gloriosos”, como se llamó al periodo desde la postguerra hasta la principios de los 70, en los que la economía creció como nunca en la historia y el planeta vivió en relativa paz.

Entrevista a Gregori Galofré: «Si es torna a aplicar austeritat a Europa, és possible que l’extrema dreta rebroti» (ARA, 27 de septiembre de 2020)

 

Fuente: El Salto Diario 18 de agosto de 2020, versión revisada por Gregori Galofré, uno de los autores del estudio.

Portada: cola de parados ante una oficina de empleo en Hannover hacia 1933, con una pintada al fondo pidiendo el voto para Hitler, detalle de una foto de Walter Ballhause (fuente: https: //onthisdateinphotography.com/2017/04/03/march-3/)

Ilustraciones: Conversación sobre la Historia

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1 COMENTARIO

  1. No es desdeñable el efecto disuasorio de la etapa del fracasado Estado Popular de Baviera (en alemán, Volksstaat Bayern) produjo en amplias capas de la sociedad alemana, antes proclives a la revolución y al reformismo radical.
    El Volkstaat Bayern fue un estado socialista de corta duración en Baviera de 1918 a 1919 y que coexistió con la República Soviética bávara, rival desde el 6 de abril de 1919, con su gobierno bajo el mando de Johannes Hoffmann.
    Eta rivalidad entre comunistas bolcheviques y socialistas mas moderados produjo una desorganizacion y declive de la calidad de vida brutal y dejo una malisima sensación en la población, cayendo su opinión acerca de las bondades de una revolución.
    Una oportunidad perdida.

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