El silencio no detiene la ocupación y el genocidio de Gaza

Conversación sobre la historia


 

Presentamos dos artículos que enfocan el racismo y la nueva explotación colonial como fenómenos propios del sur profundo y de la periferia de España y Portugal. González Ruibal, Premio de Nacional de Ensayo 2024, los ve como algo no muy distinto del colonialismo clásico, cuyos rasgos principales eran la ocupación de un territorio y la explotación de la mano de obra local, junto con la segregación social y espacial. El Algarve está ocupado hoy por hoteles de lujo e invadido por colonos de rentas altas o altísimas.  El profesor Villacañas se centra en la prohibición de celebrar la fiesta del cordero en el polideportivo de Jumilla. Allí el nuevo colonialismo, además de apropiarse de la fuerza de trabajo, busca anular la identidad cultural del inmigrante, una forma más -quizá la más violenta- de afirmar ese dominio. Una dañina propensión a crear problemas donde no los hay, que ha sido condenada hasta por la Conferencia episcopal.

Conversación sobre la historia

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De vacaciones en las colonias

Alfredo González Ruibal
Investigador científico, Incipit-CSIC

 

La zona que visité estaba ocupada por hoteles de lujo en los que la clientela era rubia, de ojos azules y del norte de Europa, y el servicio moreno, de ojos oscuros y del Sur Global. Dice el sociólogo Aníbal Quijano que la colonialidad es un sistema de clasificación racial y étnica de la población a nivel planetario que se generaliza a partir de la expansión europea a fines del siglo XV. La colonialidad otorga a cada raza y etnia un lugar en la jerarquía del trabajo. El concepto tiene la ventaja de no entender el fenómeno colonial como algo del pasado, sino como un proyecto en marcha.
Bañistas retienen a inmigrantes desembarcados en la playa del Sotillo en Castell de Ferro (Granada) el pasado 3 de agosto (foto: El Ideal de Granada)
Los amos llegan al Algarve en vuelos comerciales o en jet privado antes de dirigirse a su residencia de lujo o a su yate en Quarteira, donde se encuentra una fenomenal concentración de embarcaciones de más de dos millones de euros.
Marina de Albufeira (foto: Visit Portugal)
Interior de una chabola en la barriada de Mar e Guerra, en la periferia de la ciudad de Faro (foto: Duarte Drago/Público)
Mientras circulo por el territorio colonizado, me cruzo con carteles del partido ultraderechista Chega, que logró un segundo puesto en las últimas elecciones. Su lema es “Salvar Portugal”. Y pienso que está bien elegido, porque tienen el país completamente ocupado y expoliado por invasores extranjeros. Pero no, claro.
Acto de Chaga en Vilamoura (Algarve)(foto: FB be André Ventura)

Fuente: Público 7 de agosto de 2025


Sharq-al-Andalus

José Luis Villacañas
Universidad Complutense de Madrid

El oportunismo incendiario aprovecha cualquier oportunidad para prenderle fuego a lo que tenga a mano. Se ve en los pirómanos que queman los montes y también en esos pirómanos de la convivencia, profesionales de la provocación. Era previsible que se concentrasen en las tierras que las fuentes musulmanas llaman Sharq-al-Ándalus, literalmente al-Ándalus oriental, que por metonimia pasó a significar “la puerta de al-Ándalus” para los que miran desde el norte de África. Si algo tienen los pirómanos, es que conocen el monte. Estos profesionales de la provocación también.

Cualquiera que tenga el teléfono de un electricista, albañil o fontanero sabe que tiene oro. Las probabilidades de que sea una persona inmigrante son cercanas al cien por cien. No hay un conductor de Amazon, ni persona con oficio material, que no lo sea. Nuestra vida cotidiana depende de los inmigrantes, y explotarlos hace que España crezca más que ningún otro país europeo. Sin ellos, la vivienda no sería el negocio que es para los fondos y rentistas, dispuestos a sumarse a la fiesta de la explotación. La última evidencia de Marx reside en que la fuente última de la riqueza es hacerse con la fuerza viva de trabajo. Y eso es la migración. No son vida desnuda, sino fuerza viva.

Celebración el final del Ramadán en marzo de 2025 en las instalaciones deportivas municipales de Jumilla (foto: Siete días Jumilla)

Estos incendiarios de la convivencia no quieren eliminar la inmigración, porque son aliados de los que obtienen ganancias de ella. Son partidarios de una forma de relacionarse con los inmigrantes, haciéndoles saber que son poblaciones sometidas. No son parte de la “identidad”. Por supuesto, la identidad la define su arbitrio. Que tierras que durante cinco siglos fueron parte del islam, y que durante cuatro más albergaron una población morisca amante de la tierra, capaz de vivir adaptados a ella con notable solvencia económica -recuérdese los tres capítulos dedicados al morisco Ricote en El Quijote– se gloríen de identidad cultural cristiana, sólo significa que se glorian de su ancestral violencia.

Y eso es lo que ejerce el comunicado del Ayuntamiento de Jumilla, violencia. Pues viene a decir que la comunidad musulmana de ese pueblo, unas mil quinientas personas, no tienen derecho a gozar de las instituciones públicas a las que financian con sus impuestos y sus trabajos. Se trata de la violencia fiscal del siervo. Tienen la obligación de pagar los impuestos municipales, pero no tienen derecho a gozar de las instituciones que pagan. Esa servidumbre fiscal es la que impone la orden de la señora Seve González López. Y además, la impone personalmente porque se reserva el derecho a decidir el uso de los locales públicos según su criterio. Ella dice que no discrimina a nadie, pero se concede el derecho de hacerlo.

Por ese razonamiento, mañana se podría argumentar que cualquier servicio municipal está limitado a los que la alcaldesa considera dentro de la “identidad”. Como dijo la comunidad musulmana, podría ser la piscina pública, luego la escuela o después el médico. El acto de arbitrariedad acumula una violencia adicional al ser defendido con formas plenamente hipócritas, diciendo que no prohíbe la religión musulmana, que no menciona al islam, que no tiene nada que ver con discriminación. El título de la medida aprobada demuestra que eso es falso. Dice con todas las letras que se trata de prohibir la fiesta del cordero.

Es ejercer violencia que una comunidad no pueda usar espacios públicos para algo que no rompe el orden público ni perjudica a nadie. Pero la provocación va más lejos. Pues se trata de impedir justamente la manifestación de aquello que constituye lo sagrado para seres humanos; aquello en lo que muchos ponen el centro de su personalidad y dignidad. Eso se veta. La señal que se envía es que aquí solo podrán llevar la vida indigna de los sometidos. Que los periódicos que apoyan la línea argumental de VOX y del PP hayan ninguneado la opinión de la conferencia episcopal -mírese cómo Hispanidad ignora esa noticia-, muestra que el ejercicio de hipocresía -la defensa de la identidad cristiana de las tierras españolas- es profundo, pues invoca una razón religiosa negada expresamente por los que se deberían considerar los maestros de su fe.

Imagen del centro de Jumilla (foto: Efe)

Los obispos tienen buena memoria de la magnitud del incendio que se puede derivar de prohibir la dimensión inevitablemente pública de la creencia religiosa. La ocurrencia de que el rezo musulmán se realice en un parquin recuerda a la vieja historia de las catacumbas y tiene, como ellas, un contenido simbólico poderoso. Y esta es la cuestión básica de fondo. ¿Quién decide la identidad? Lo espeluznante de la situación reside en que la mayoría del PP, con un concejal de VOX, se arrogan el poder de decidir la identidad de un pueblo, incluso en contra de las instancias autorizadas al respecto, que pueden tener una idea más refinada de lo que significa hoy ser cristiano que estos politicastros incendiarios.

Si le concedemos este poder a una frágil minoría, estamos sembrando los vientos que producirán tempestades. Pero estamos hablando de pirómanos y de incendiarios, y provocarlas es su aspiración precisa. Saben que cualquier respuesta, por débil que sea, comenzará una espiral que aumentará sus masas de seguidores. La bola de nieve será imparable. Es posible que, de esta manera, el PP de Murcia mantenga eternamente su hegemonía para repartir el botín de cargos. Pero será al precio de no distinguirse de VOX, que tarde o temprano será el que gane la partida. Pues con esta medida, aprobada con hipocresía y alevosía, se manda el mensaje de que con el PP se podrán atender las demandas de los votantes de VOX. Y así el PP mandará eternamente en Sharq-al-Ándalus.

Fuente: Levante/El Mercantil Valenciano 9 de agosto de 2025

Portada: una de las tácticas empleadas para burlar las leyes contra la segregación racial en los Estados Unidos consistió en privatizar las piscinas públicas y convertirlas en clubes privados sólo para socios (blancos). En la imagen, protesta contra la privatización de una piscina pública en Cairo (Illinois) en 1962 (foto: Danny Lyon/Magnum Photos/The Alfred and Ingrid Lenz Harrison Fund/Minneapolis Institute of Art)

Ilustraciones: Conversación sobre la historia

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