En el goteo diario de amigos y conocidos que no han superado la prueba del Covid-19 nos llega  el fallecimiento de Iris M. Zavala ayer [10 de abril] en Madrid a los 84 años: 
Se ha ido sin sufrir y un Viernes Santo, como su adorado César Vallejo.Cuando la tormenta amaine, celebraremos para sus amigos y colegas una despedida como ella quería, con el «Non, je ne regrette rien» de Edith Piaf y sus boleros preferidos de fondo, y os avisaremos por si queréis uniros  
escribe Ángela Rico en la lista de Hispanistas XIX según difusión de Marta Palenque (Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana Universidad de Sevilla).

 


Ricardo Robledo

 

 

En este rescate urgente de la memoria se presenta una pequeña parte de una entrevista, el recuerdo vivo de tres libros de historia, un extracto del libro Leer El Quijote y una bibliografia, sin actualizar según Wikipedia. Puede consultarse también  Dialnet

No se trata, pues, de ninguna necrológica, sino de una nota para comunicar el fallecimiento de Iris M. Zavala en la que se deja hablar a la protagonista. (Dos obituarios que han ido apareciendo luego por  MANUEL ÁNGEL VÁZQUEZ MEDEL  y DARIO VILLANUEVA)

1. En 2004 Domingo Luis Hernández entrevistó a Iris M. Zavala  durante los «Diálogos en vivo» del Cabildo de la isla, Tenerife. «Es inédita y ha sido reelaborada para la publicación en exclusiva» para The Barcelona Review 

De la larga entrevista consultable online selecciono la presentación y dos preguntas:

Nació en la ciudad de Ponce, en Puerto Rico, pero está ligada a la universidad española porque estudió en Salamanca, fue una de las alumnas predilectas de don Fernando Lázaro Carreter y, con él, Iris se acercó a la figura de don Miguel de Unamuno, objeto de su pasión «insomne» desde niña, de su Tesis Doctoral y de innumerables trabajos posteriores. A partir de su estancia en la ciudad castellana, Iris M. Zavala ha recorrido el mundo. Su trayecto ha sido tan largo y tan persistente que está a punto de pronunciar en voz alta la frase que grabó como título de un libro, poco antes de morir, Bruce Chatwin, uno de los grandes errabundos del fin del siglo pasado (el XX). El inglés anotó What Am I Doing Here? y que a mí siempre me ha gustado traducir por ¿qué puñetas hago yo aquí? Lo digo porque no me extrañaría nada que veamos a nuestra trotamundos regresar al punto de partida. Allí afianzará sus pertrechos, la riqueza adquirida y su memoria; pertrechos que son miles de páginas escritas, riqueza que es un recorrido intelectual insustituible para la lengua española y memoria de una experiencia rica, decidida y plena. Enseñó en muchas universidades de Estados Unidos, vivió en Ámsterdam y ha recalado en Barcelona, donde disfrutó de la Cátedra de la UNESCO en la Pompeu Fabra…

Comenzaré por rescatar de la memoria escrita una novela, la novela de la ciudad de Ponce. Se llama Kiliagonía y fue publicada por primera vez en el año 1980. La segunda novela de Iris M. Zavala apareció en el año 1987 y la publicó Montesinos en Barcelona. Se titula Nocturna mas no funesta, llevada también al teatro en adaptación del grupo Alcores de Madrid. Ahí comienza una trayectoria narrativa de Iris que la lleva a El libro de Apolonia o de las Islas, El sueño del amor en la que muestra sus preocupaciones constructivas y personales, en consonancia con su obra ensayística. Nocturna… plantea el tema de la mujer, el tema de la escritura, el tema del deseo, y plantea el tema de la ausencia. El signo es mujer y convento (como Santa Teresa de Jesús; como Sor Juana Inés de la Cruz); también el de la erudición y el de la contradicción; y la represión, pero no sólo represión eclesial, más bien del deseo en relación al arrebato, al júbilo, al goce, a la mística, a la histeria y al otro ausente, a la posesión no fálica.

IZ: Es, además, una reflexión sobre la libertad, sobre el hundimiento de un país que sigue siendo colonia (aunque muchos de los conciudadanos puertorriqueños no estén de acuerdo conmigo). Puerto Rico es una colonia de los Estados Unidos desde 1898 y, naturalmente, ese hecho me ha marcado muy profundamente. De modo que, para mí, es una herida abierta la cuestión de la libertad, y si se es mujer, si se es de un país colonial, si se es nómada y si se es muchas cosas, la libertad es el motor de mi escritura. El asunto se completa con otra defensa mía: hace años que no distingo entre aquello que se llama «reflexión» y esto que llaman «creación»; para mí todo es lo mismo, no hago separaciones. Lo que sí ya no soy (dejé de serlo hace mucho tiempo) es filóloga, aunque mucho de lo que me parece importante de la Filología esté presente en lo que hago. Por ejemplo, me intereso por la palabra, por la sintaxis, por la gramática… y todas esas cosas que te sirven para cercar lo que se llama «lenguaje», ese universo al cual entramos cuando nacemos y que es un universo inasible. Si siempre decimos menos de lo que queremos decir y, al mismo tiempo, se produce la paradoja de decir muchísimo más de lo que querríamos (como pensaba San Agustín), nos encontramos ante un problema del ser humano que a mí me atrae mucho y que un gran pensador como Bajtín me ha ayudado a desvelar. Y otra cosa: la isla, el problema del insularismo y de ser isla. Ser isla es una puerta abierta al infinito; una isla es siempre el trampolín para las grandes conquistas. Las islas son lugares de paso, y siempre hacia la conquista de las penínsulas. Pero las islas son lugares muy curiosos porque al mismo tiempo que se produce ese tránsito, los isleños somos muy huidizos, miramos un poco de reojo, no nos entregamos; aunque somos abiertos, no nos entregamos muy fácilmente; hay (como decían los griegos) un agalma, ese tesoro interior que cuidamos y no se entrega fácilmente, porque no estamos seguros de que (el que viene) esté dispuesto a conquistarte o a hablar contigo. Por otro lado nos encontramos en un enclave por donde entran muchas ideas. Piensen ustedes en el Modernismo; nace en las islas Antillanas, viene a Canarias y se introduce en Barcelona por ser un puerto abierto. O pensemos en Cádiz con las ideas de los liberales en el siglo XIX (porque Cádiz también es isla, con puertas abiertas al exterior). Al mismo tiempo los insulares somos tiernos, porque siempre estamos dando vueltas alrededor del mismo terreno y conocemos al otro desde su prehistoria, desde la historia familiar de cada uno. Por otra parte reconocemos el infierno insular, eso que hace que la gente se meta en sus casas. En el Caribe a las seis de la mañana hay la luz y es difícil que te quedes en la cama, pero está la casa, ese lugar privado en el que puede ocurrir cualquier cosa. Así la historia se reinventa constantemente; y toda historia que no se puede decir tiene que ver siempre con la sexualidad, con el amor, con las pasiones insomnes… Eso es Nocturna mas no funesta, que se reedita ahora en el Instituto de Cultura de Puerto Rico, y hace unos años se hizo una adaptación para el teatro con cierto éxito.

El título sale de un verso de Sor Juana y se convierte en una novela que es el homenaje a Sor Juana. Es un verso de «Primero Sueño» que, probablemente con «Espacios» de Juan Ramón Jiménez y con el «Contemplado» de Salinas, es uno de los grandes poemas filosóficos en lengua española. Y eso que la lengua española no ha sido nunca vehículo de poesía filosófica, como es la inglesa, o la francesa (pensemos en Voltaire, en Milton…). «Primero Sueño» es un maravilloso viaje por el conocimiento, por el deseo de conocerlo todo. La experiencia de una noche termina con un verso magnífico que es: «el mundo iluminado, y yo despierta», que a mí me parece excepcional.(…)

 

 

 

DLH: Si quieren conocer la obra de Iris M. Zavala, les recomiendo un orden y un principio, para poder mirar el pasado con sensatez y alongarnos al futuro con garantías. El libro de llama: El bolero: historia de un amor. No basta con decir que es un libro espléndido, es fundamental por lo qué contiene y cómo lo contiene su autora. Mi generación conoció de verdad ese fenómeno musical por la primera edición de Alianza y multiplicamos el encanto por la segunda (corregida y aumentada) de Celeste. Ha aumentado el volumen, pero he de decir que en esta edición del 2000 no sólo hay más datos, encontramos más Iris en él. Por lo demás hay una parte del libro de Celeste que a mí me parece muy graciosa: el «Prólogo» de Manuel Vázquez Montalbán. Por él podemos entender aquello de lo que hablábamos antes y que se resume la pregunta: ¿a qué le tienen miedo los hombres de las mujeres? Por ejemplo, se extraña Vázquez Montalbán de que a Iris M. Zavala le sirvan Hegel y Lacan para hablar del bolero… Para dar valor a tu propuesta, te pido que nos hables de una aclaración del texto: «Lacan y el pecado». «Necesitamos la ley para pecar», es lo que fundamenta ese tema introducida a la historia del bolero. Segunda cuestión: Hegel y la condición del Yo en relación al Otro.

IZ: El libro está reescrito, en relación a lo publicado por Alianza. Se repite la historia (que yo no me puedo inventar), pero a lo largo de estos años me han sucedido una serie de experiencias personales que me han hecho cambiar enormemente. Ha sido una experiencia muy dolorosa, pero como todo dolor muy fructífero. Cuando se hizo la presentación de Celeste en el Fnac de Barcelona, Manolo hizo una presentación muy simpática y, de pronto, se me queda mirando muy seriamente y me dijo: «¿y tú pones a Lacan y a Hegel y a todos esos filósofos de los que hablas por sorprender al lector?». A lo que yo respondí: «No. La primera sorprendida soy yo». La verdad es ésa. Naturalmente que son necesarios, porque te ayudan a reflexionar; no están puestos allí por epatar, por juego o por sorprender. Hay que empezar por definir qué es el bolero. Y comenzamos. El bolero es algo fundamental en el Caribe. Un bolero fue la música y «Bésame mucho». Fue la música y la voz que yo escuché antes de mi primer «exilio», mi primer «dolor». Yo me había criado con mi abuela en la ciudad de Ponce, una ciudad muy aristocrática, muy encerrada en sí misma… Por cierto, es una ciudad casi calcada de Barcelona, porque había muchos catalanes allí. (Mi abuela era de origen catalán…). Y ves los chaflanes, las casonas… Cuando mi madre me llevó de Ponce a San Juan a vivir con ella, yo pasaba por un puente para llegar al Viejo San Juan a donde iba a vivir y estaban tocando el «Bésame mucho». Entonces mi madre me hacía dormir cantándome boleros truculentos, a los que era muy aficionada mi madre. Recuerdo uno que decía «cicatrices imborrables de mi vida»… Yo me quedaba anonadada y me preguntada: «¡Dios mío!, ¿qué es todo este mundo?». Recuerdo que, cuando cantaban «Bésame mucho», yo estaba en la falda de mi madre y, de pronto la miro, y le pregunto: «Oye, mamá, ¿y eso de bésame, qué es?». Ella se me quedó mirando un poco desconcertada (ya sabes lo que les pasa a las madres con las niñitas) y me dijo: «ya tendrás tiempo para saberlo». Entonces yo me dije: «hay que averiguarlo pronto, porque parece importante». El bolero es una marca para el Caribe y las Antillas. El bolero es nuestra historia sentimental, es nuestra historia sexual, es un vínculo social porque está unido al baile, al mismo tiempo el bolero es una historia de la hibridez, de la mezcla que es el Caribe… Por un lado, el bolero tiene a toda Europa concentrada en él; por otro, está lo negro. Está Bach (y no estoy jugando) y están los modernistas, desde poemas de Darío a poemas del venezolano Andrés Eloy Blanco. Yo me pregunto, ¿qué diría Darío si en un prostíbulo escuchase su «Nocturnal»?

La forma de explicar todo esto, en lugar de una manera plana y lineal, era buscar abismos. Los abismos los da la teorización, el pensamiento filosófico. Hegel está en todos nosotros aunque en la vida no hayamos leído a Hegel. Hegel forma parte de lo que es la cultura occidental. Hegel ha dado pie a otros tipos de pensamiento, por ejemplo a Marx, que es un antihegeliano, y de ahí sale el marxismo. Lo mismo Lacan. Cuando Lacan dice «es necesario una ley para pecar» está uniendo dos cosas impresionantes; une a Kant con el imperativo categórico (la ley moral por la que tenemos que regirnos) y a Sade, el otro lado, la paradoja del «imperativo categórico». Sade el gran pecador, Sade el pornógrafo, Sade el oculto en las grandes bibliotecas… Esas dos cosas son el bolero. El bolero es un mundo de sensaciones, de emociones, de libido, de sexualidad… En un bolero las niñas y los niños nos iniciamos en esa aventura que es la sexualidad. Hay muchas formas de bailar el bolero: separado, apretadito, en una loceta… Hay una topología del bolero. No es lo mismo el bolero de prostíbulo con el tono de la voz un poco soez, que huele a humo, a tabaco malo, a ron, a sexualidad…, que el bolero de salón. Pongo todo eso en mi libro, aparte de a todos mis amigos. Incluyo a mi gran amor, al único rubio que me ha gustado, el condenado Julio Vega, que nunca me hizo el menor caso y me desquité. (Iris ríe a carcajadas.)


 

2. Los que transitamos, con mejor o peor suerte, por la universidad franquista a fines de los años 60 fuimos haciéndonos con nuestra ‘caja de herramientas’ con bastante autodidactismo pero con una presunción: que lo valioso científicamente era necesariamente antifranquista. Entre los autores  no faltó Iris M. Zavala.

 

Javier Herrero, entonces  en la Universidad  de Pittsburgh, publicó en Anales galdosianos (Año nº 7, 1972, págs. 137-141) la reseña de este libro escrito con Clara E. Lida.  Extracto un párrafo

La revolución de 1868 estudia realmente el período que se extiende desde la victoria del liberalismo moderado hasta el fracaso de la Gloriosa y el triunfo de la restauración borbónica. Sus autores se proponen analizar las causas (políticas, económicas, culturales) que impidieron la consolidación de esa democracia que había nacido por el inmenso esfuerzo de los revolucionarios liberales. El libro consta de veinticinco ensayos, escritos por especialistas de distintas disciplinas históricas, divididos en tres secciones: Historia, Pensamiento, Literatura. Lleva al frente una preciosa introducción de Vicente Llorens, y concluye con un Apéndice documental en el que los editores recogen diecisiete documentos directamente relacionados con la Gloriosa. Clara E. Lida e Iris M. Zavala han dirigido la edición y han contribuido al texto, la primera con tres artículos y la segunda con dos.

   

 Sinopsis de  la Editorial siglo XXI:

De la situación política y social en la primera mitad del siglo XIX español, se destaca un factor: la función de las sociedades secretas como elemento aglutinante de las diversas corrientes políticas. Las insurrecciones y motines que fomentaron los miembros de los clubs y sociedades secretas, cambiaron radicalmente la relación entre las diversas capas sociales, atrayendo al activismo político a miles de hombres de los más variados sectores populares. (…) La situación del país impulsaba al movimiento democrático hacia la organización clandestina. La actividad política secreta, iniciada por la masonería en la primera década del siglo XIX, se fue transformando. Las organizaciones más radicales -los comuneros fueron el núcleo decisivo -comprometieron al pueblo en la causa de la libertad y en defensa de sus propios intereses; ellos destacaron la importancia de este compromiso y trataron de mantener viva una actuación que los liberales más conservadores quisieron ahogar. La acción de estas sociedades secretas configura decisivamente la formación de los partidos políticos peninsulares.

 

 

Su atención se centra, en estas páginas, sobre las publicaciones ochocentistas, y mediante un análisis en profundidad de los números consultados establece las posibles relaciones con los periódicos y revistas parecidos o de la misma orientación. Así, El Zurriago, que ha pasado a la historia como ejemplo de prensa «insidiosa y calumniadora», sirve de pauta a las numerosas publicaciones que se asomaron a la peripecia del Trienio Constitucional. La euforia editorial que se aprecia a partir de 1834 está muy vinculada al influjo que el periodismo ejerce, enriquecido ya por la incorporación de la imagen, en los gustos y tendencias literarias del romanticismo. Movimientos como el cabetismo catalán y el socialismo madrileño están contemplados a través de la prensa socialista francesa. La repercusión de los vaivenes de la política en el periodismo queda suficientemente probada a lo largo del libro, que se cierra precisamente con el estudio de cuanto supuso la «Gloriosa» en el auge que adquirió el periodismo científico e intelectual.

 

3 El presente texto es una síntesis del libro Leer El Quijote. Siete tesis sobre ética y literatura. Barcelona, Anthropos, 2005.

Fuente: Itinerarios, Vol. 10 (2009)

3.1 Los personajes femeninos

Podrá haber mundo sin amor, pero no hay mundo sin mujeres; en El Quijote hay 52, y el autor, o los autores, o los plagiarios las toman, según las indicaciones del autor supremo, una por una. Eso, no como el universal La mujer –que no existe–, sino en su singularidad, y en este novedoso tour de force descubre la mujer nueva que decide su propio destino. Inventa a la mujer moderna, plantea, proyecta, diseña casos una por una; cada una desgrana la verdad o la ficción de su historia de amor. Me atrevo a decir que pone a las mujeres en el diván de Freud, y lo hace con lucidez trescientos años antes de que Freud pusiera a Dora en el diván. Y las deja hablar, con el bla bla bla de las mujeres nos va descubriendo la unicidad de cada una, alejándose así de la filosofía de su tiempo y vislumbrando la que será la nuestra.

Me centraré en una, Marcela: se permite pensar, discrepar, transgredir, pero para hacerlo se retira a la naturaleza… Y todas aquí sabemos que aún hoy sustentar esta postura es difícil, que se hace a contrapelo, a contracorriente; que no todas lo hacen… Nuestra pastora es moderna, en realidad es un personaje de la modernidad: podría definirse como el modelo de histérica que nace con la modernidad, que transgrede, se sitúa en la frontera, en el margen, va a contrapelo del discurso social. Nuestra pastora quiere ser libre; ¿y no es la libertad lo que persigue Don Quijote? Recordemos sus palabras:

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. (Quijote, II, 58)

Y me dejo en el tintero a Teresa Sancho, a la princesa Micomicona… Un último punto: las mujeres son deseantes y amantes…(…)

3.2.La nueva mirada y los síntomas sociales

Don Quijote es así objeto privilegiado para captar con nueva mirada “el malestar en la cultura”, los síntomas sociales, la crueldad humana y su relación con la sublimación. Recordemos que Kant sostiene en un pasaje de la Crítica de la capacidad de juzgar que la belleza es un símbolo moral. Ya en el ensayo La moral sexual “cultural” y la nerviosidad moderna (1908), texto fundamental que plantea la sublimación como una facultad que viene de la misma pulsión sexual, Freud lo precisa. En sus palabras: “A esta facultad de permutar la meta sexual originaria por otra, ya no sexual, pero psíquicamente emparentada con ella, se le llama la facultad para la sublimación”. Lacan es más radical: hay un estructura privilegiada ligada a ese algo, que es el amor cortés, y que es tan importante para nosotros para revelar las estructuras de la sublimación; le dan su armazón, sus ejes, su estructura, lo organizan. El campo de la construcción de la mirada, que es tanto como decir el de la construcción de la realidad es, en definitiva, la fenomenología barroca.

Conviene ahora subrayar la distinción lacaniana entre la realidad (trama significante en la que el sujeto puede encontrar un lugar de identificación en relación a los demás) y lo Real lo que permite entender que no se trata de una realidad traumática que priva al sujeto de ingresar al mundo compartido de sus semejantes, sino de un fenómeno de otro orden. La realidad nunca es traumática porque el trauma está del lado de lo Real. Y es justamente lo Real lo que Don Quijote ve en la realidad cotidiana. Dicho en palabras de Gracián, “Hacen falta ojos sobre los ojos, ojos para ver cómo miran los ojos”. La escópica se relaciona con la mise en abyme que supone una reflexión, de la obra sobre y para ella misma. No se trata tanto de la copia o de la reconducción de un reflejo material del objeto, sino de una especulación sobre su propia existencia. La obra de arte especula sobre su propia teoría.

Escópica, mirada, espejos deformantes, realidad, lo Real… todo un entramado que nos lleva de la mano a la realidad, la ficción y lo Real. El problema de dónde termina la ficción y comienza la realidad obsesionó a Freud y luego a Lacan: “La verdad tiene la estructura de una ficción”, en palabras del psicoanalista francés. Desde esta perspectiva, la borradura o difuminación narrativa plantea muchos enigmas que nos invitan a una interpretación en nuestro hoy, en la línea abierta por Freud con sus teorías sobre la interpretación de los sueños. Cervantes se concentra en las ficciones, ni más ni menos: del poder que ejercen las fantasías, del poder que nos impulsa a escenificar fantasías, y la línea divisoria que separa la realidad de la ficción tiende a tornarse más y más difusa. Decimos que no conviene confundir la ficción con la realidad; recuérdese la doxa posmoderna de acuerdo con la cual “realidad” es un producto discursivo, una ficción simbólica que mal percibimos como entidad sustancial autónoma. Roland Barthes lo llamaba l’eff et du réel (“el efecto de lo Real”), que significa que el texto nos lleva a aceptar como “real” su producto ficticio. En síntesis: Cervantes no explica, implica. Sigamos por estos derroteros. Si, como nos recuerda Lacan, lo verdadero es la historia, es decir, que se volvió verdadero a lo que se le dio un sentido, es preciso discernir, en lo que experimentamos como ficción, el meollo duro e irreductible de lo Real, que sólo seremos capaces de sustentar si lo ficcionalizamos.

En otras palabras, es necesario discernir qué parte de la realidad se “transfuncionaliza” mediante la fantasía, de modo que, aunque sea parte de la realidad, se percibe bajo el modo de la ficción. Mucho más difícil que denunciar o desenmascarar la realidad travestida de ficción es reconocer en la realidad “real” el ingrediente de ficción que comporta. Como nos recuerda Žižek, volvemos así a la antigua idea lacaniana de que si los animales pueden engañar mediante la presentación de lo que es falso como si fuera verdadero, sólo el ser humano, entidad habitante del espacio simbólico, puede engañar mediante la presentación de lo verdadero como si fuera falso. Dicho de otro modo, en contraste con el barthesiano effet du réel, en el que el texto nos lleva a aceptar como “real” su producto ficticio, aquí, lo Real mismo, se percibe como un espectro irreal y pesa.(…)

  

  1. Libros

A continuación se presenta una lista de las publicaciones por Iris (Wikipedia)

1963

  • Unamuno y su teatro de conciencia. Acta Saltmanticensia: Univ. de Salamanca, 222 pp.

1965

  • La angustia y el hombre. Ensayos de literatura española. México: Universidad Veracruzana, 224 pp.
  • Barro doliente (Poesía). Santander: La Isla de los Ratones

1970

  • La Revolución de 1868. Historia, pensamiento, literatura, ed. con Clara E. Lida. Nueva York: Las Americas.
  • Masones, comuneros y carbonarios. Madrid: Siglo XXI, 363 pp.

1971

  • Ideología y política en la novela española del siglo XIX. Madrid: Anaya, 362 pp.

1972

  • Poemas prescindibles (Poesía). Nueva York: Anti-ediciones Villa Miseria.
  • Románticos y socialistas. Prensa española en el siglo XIX. Madrid: Siglo XXI, 205 pp.

1973

  • Libertad y crítica en el ensayo puertorriqueño, intr., ed. Con R. Rodríguez. Puerto Rico: Puerto, 448 pp.

1974

  • Escritura desatada (Poesía). Puerto Rico: Puerto.
  • Fin de siglo: Modernismo, 98 y bohemia. Madrid: Cuadernos para el Diálogo.

1977

  • Alejandro Sawa, Iluminaciones en la sombra, ed. estudio, notas. Madrid: Alhambra. 2.ª ed.1986

1978

  • Clandestinidad y libertinaje erudito en los albores del siglo XVIII. Barcelona: Ariel, 459 pp.

1979

  • Historia social de la literatura española, en col. C. Blanco Aguinaga, J. Rodríguez Puértolas. Madrid: Castalia, 3 vols. (ed. revisada 1983, muchas reimpresiones); reed. Madrid: Akal, 2001
  • Intellectual Roots of Puertorrican Independence, coll con R. Rodríguez. Nueva York: Monthly Review Press (ed. revisada y traducida en 1973)

1981

  • El texto en la historia. Madrid: Nuestra Cultura, 259 pp.

1982

  • Romanticismo y realismo. vol. 5 Historia y crítica de la literatura española. Barcelona: Crítica, 1982, 741 pp. (muchas reimpresiones)
  • Kiliagonía (novela). México: Premià (trad. Chiliagony. Indiana University: Third Woman Press, 1985)

1983

  • Que nadie muera sin amar el mar (poesía). Madrid: Visor.
  • El siglo XVIII, spec. issue, Nueva Revista de Filología Hispánica XXXII: 1

1984

  • Women, Feminist Identity and Society in the 1980´s, ed. Con M. Díaz-Diocaretz. Ámsterdam: John Benjamins, 138 pp.

1987

  • Lecturas y lectores del discurso narrativo dieciochesco. Ámsterdam: Rodopi, 118 pp.
  • Noctura mas no funesta (novela). Barcelona: Montesinos.
  • Approaches to Discourse, Poetics and Psychiatry, ed. con Teun van Dijk, M. Díaz-Diocaretz. Ámsterdam: John Benjamins, 235 pp.

1989

  • Romanticismo y costumbrismo. Madrid: Espasa Calpe (Historia de España, t.35, vol. II), 183 pp.
  • Rubén Darío bajo el signo del cisne. Universidad de Puerto Rico, 153 pp.
  • El modernismo y otros ensayos de Rubén Darío, ed. intr.Madrid: Alianza.

1990

  • La musa funambulesca. Poética de la carnavalización en Valle-Inclán. Madrid: Orígenes, 175 pp.

1991

  • Unamuno y el pensamiento dialógico. M. de Unamuno y M.Bajtin. Barcelona: Anthropos, 207 pp.
  • La posmodernidad y M. Bajtin. Una poética dialógica. Madrid: Espasa Calpe, 277 pp.
  • El bolero. Historia de un amor (ficción creativa). Madrid: Alianza, 162 pp.; reed. Aumentada y corregida, Madrid:Celeste, 2000.

1992

  • Colonialism and Culture: Hispanic Modernisms and the Social Imaginary, Indiana University Press, 240 pp.
  • Discursos sobre la ‘invención’ de América, ed. intr. Ámsterdam: Rodopi.
  • El libro de Apolonia o de las islas (novela). Puerto Rico: Instituto de Cultura.
  • Discurso erótico y discurso transgresor en la cultura peninsular. Siglos XVI al XX, ed. con M.Díaz-Diocaretz, Madrid: Tuero, 1992
  • Breve historia feminista de la litertura española (en lengua castellana). 1. Teoría feminista: discursos y diferencia, ed. con M.Díaz-Diocaretz. Barcelona: Anthropos

1993

  • Historia y crítica de la literatura española. 5/1 Romanticismo y Realismo, ed. Primer Suplemento. Barcelona:Crítica.

1995

  • Historia feminista de la literatura española (en lengua castellana). II. La mujer en la literatura española, ed. Barcelona:Anthropos, 1995.

1996

  • Bajtin y sus apócrifos, ed. con T. Bubnova, S.Bocharov, N. Pedgorced, Amalia Rodríguez Monroy. Barcelona: Anthropos
  • Escuchar a Bajtin. Barcelona: Montesinos
  • Historia feminista de la literatura española (en lengua castellana). III. La mujer en la literatura española (del siglo XVIII a la actualidad). ed. Barcelona Anthropos

1997

  • Historia feminista de la literatura española (en lengua castellana). IV. La Literatura escrita por mujer (De la Edad Media al siglo XVIII). ed. Barcelona: Anthropos
  • Hacia una filosofía del acto ético. De los borradores y otros escritos, ed. Con comentarios de I. M. Zavala, Augusto Ponzio. Anthropos/ Universidad de Puerto Rico

1998

  • El sueño del amor (novela). Universidad de Puerto Rico/Montesinos
  • Historia feminista de la literatura española (en lengua castellana). V. La literatura escritura por mujer (siglos XIX y XX), Anthropos/Universidad de Puerto Rico
  • ¿Historia o literatura?, ed. Iris M. Zavala. Núm. Esp. La Torre.

2000

  • Feminismos, cuerpos, escrituras. ed Iris M.Zavala. La Página. Canarias
  • El bolero. Historia de un amor, ed. Madrid: Celeste. ( 2.ª ed. ampliada)
  • Historia social de la literatura española (en lengua castellana) vol I-II. C. Blanco Aguinaga, Julio Rodríguez Puértolas, Iris M. Zavala. Madrid: Akal. Reedición
  • Breve historia feminista de la literatura española (en lengua catalana, gallega y vasca). vol. VI, ed. Iris M.Zavala. Barcelona: Anthropos

2001

  • El rapto de América y el síntoma de la modernidad. Barcelona:Montesinos

2004.

  • La otra mirada del siglo XX. La mujer en la España del siglo XX. Madrid. La Esfera de los Libros

2006

  • Leer Don Quijote. 7 tesis sobre ética y literatura. Barcelona: Anthropos

2007

  • Percanta que me amuraste. Barcelona: Montesinos (novela)
  • Poesía completa, Canarias: La Página
  • Kiliagonía (reed). Canarias: La Página

2008

  • Alejandro Sawa. Crónicas de la bohemia. Ed. Veintisiete: Madrid
  • Miguel de Unamuno, ensayos heréticos. Ed. Veintisiete (en prensa)
  • La (Di)famación de la cultura. 7 ensayos sobre ética. Ed. Veintisiete, Madri

Datos del Autor: Iris M. Zavala. Archivado el 27 de julio de 2013 en la Wayback Machine. Artecomunicarte A.C. 2008. Visto 18 de junio de 2012.


Portada:  Iris M. Zavala 
Ilustraciones: Conversación sobre la historia
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